MUJERES
Pisamos fuerte
Emilia Casas Fernández
"Es cierto que siempre habrá una diferencia natural física entre varones y mujeres, pero si fuera solamente por la diferencia de tasa de testosterona, y no por razones sociales y culturales, la diferencia probablemente no sería tan grande como lo es ahora (y como no lo es en otros mamíferos, sólo hace falta ver la potencia de una leona para darse cuenta de que no es un ser débil, delicado y amoroso como nos quieren hacer creer que son "naturalmente" las mujeres)".
Hace poco leí algo que me llamó mucho la atención. En 1880, Hubertin Auclert (defensora de los derechos políticos de las mujeres y fundadora de la primera sociedad feminista en Francia) fue acusada de locura y detenida por la policía debido a que tenía una enfermedad muy contagiosa ¿qué enfermedad, te preguntarás? Según el informe policial: pensar que era igual que los hombres.
Cierto o no éste dato anecdótico, “Pisamos fuerte”. Hemos llegado muy lejos tras siglos de lucha. Aun así soy realista y consciente de las muchas metas que quedan por conseguir en lo relativo a la igualdad entre hombres y mujeres. Entrela publicidad y el estereotipo de mujer que se vende a través de ella, el compaginar la familia y el trabajo y “que por el mismo trabajo se cobre lo mismo”, la cuestión más preocupante es sobre el hecho de que la violencia de género, la violencia contra la mujer por ser mujer, resulta ser vista por la sociedad como una problemática familiar y no como una problemática social. Se trata un tema de educación en valores de tolerancia cero hacia este problema e impulsar valores de igualdad entre hombres y mujeres. El debate está sobre la mesa, pero, ¿y la solución?
"Es cierto que siempre habrá una diferencia natural física entre varones y mujeres, pero si fuera solamente por la diferencia de tasa de testosterona, y no por razones sociales y culturales, la diferencia probablemente no sería tan grande como lo es ahora (y como no lo es en otros mamíferos, sólo hace falta ver la potencia de una leona para darse cuenta de que no es un ser débil, delicado y amoroso como nos quieren hacer creer que son "naturalmente" las mujeres)".
Hace poco leí algo que me llamó mucho la atención. En 1880, Hubertin Auclert (defensora de los derechos políticos de las mujeres y fundadora de la primera sociedad feminista en Francia) fue acusada de locura y detenida por la policía debido a que tenía una enfermedad muy contagiosa ¿qué enfermedad, te preguntarás? Según el informe policial: pensar que era igual que los hombres.
Cierto o no éste dato anecdótico, “Pisamos fuerte”. Hemos llegado muy lejos tras siglos de lucha. Aun así soy realista y consciente de las muchas metas que quedan por conseguir en lo relativo a la igualdad entre hombres y mujeres. Entrela publicidad y el estereotipo de mujer que se vende a través de ella, el compaginar la familia y el trabajo y “que por el mismo trabajo se cobre lo mismo”, la cuestión más preocupante es sobre el hecho de que la violencia de género, la violencia contra la mujer por ser mujer, resulta ser vista por la sociedad como una problemática familiar y no como una problemática social. Se trata un tema de educación en valores de tolerancia cero hacia este problema e impulsar valores de igualdad entre hombres y mujeres. El debate está sobre la mesa, pero, ¿y la solución?





















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