DESMONTANDO LA TESTA
No me lo creo: María Teresa
Fernando Martos
No me creo que, quien aspira por el PP a liderar un proyecto municipal, haya dicho en el casting nacional de aspirantes que quiere devolver la ciudad a los zamoranos. Para devolver algo hay que poseerlo, salvo que en realidad sí que tenga a la ciudad secuestrada y no esté dispuesta a liberarla salvo que los ciudadanos paguen el doble: darles el ayuntamiento y darles la diputación.
No me creo que, después de lo de Andalucía, haya dicho que ganó hace cuatro años las elecciones. No puede ser que a estas alturas del trimestre no sepamos calcular proporciones. No me lo creo, habrá querido decir que perdió por poco.
No me creo que haya dicho que Zamora se convirtió por ello en exótica. Es decir, que todos los votos no sumisos al PP son una plaga que invadió el ayuntamiento, y que no son zamoranos autóctonos sus gobernantes, que eso es lo que significa ser exóticos. Y acaso por eso, ella, no para de poner invernaderos de capas pardas para que viva la planta autóctona, que regalará en tiestecillos las vísperas de las votaciones, añadiendo más colas a Zamora, pues la suma de colas derivadas de su política es grande: la cola de la despoblación, la cola del paro, la cola de la desindustrialización, la cola de la pérdida de la sanidad, la cola de los desamparados y ancianos. No me lo creo.
Y no me creo que haya dicho que tiene ambición. Ambición (Del latín ambit?o, -?nis) es el deseo ardiente de poseer riquezas, fama, poder u honores. No puede haber cometido tan grave error y horror en el minuto que estuvo interpretando su tema. No me creo que hable de desgobierno, porque, si no lo sabe, alguien le habrá dicho que la diputación de Zamora está de las últimas en el ranking: calidad de servicio público/ coste de la institución para el ciudadano.
No me creo que haya hablado de la perla de Zamora, citando a Jack Sparrow. O intentar superar lo de Ferrero el de los Bombones en Puebla anunciando su medida estrella de más iluminación. Y no me creo que haya dicho que su gestión la avala, cuando la provincia es un desastre que sólo ansía, como último recurso, anexionarse a Portugal si la UE nos lo permitiese. Hacer para Zamora lo que el PP sabe hacer, fue su última amenaza que tampoco me creo.
No me creo que, quien aspira por el PP a liderar un proyecto municipal, haya dicho en el casting nacional de aspirantes que quiere devolver la ciudad a los zamoranos. Para devolver algo hay que poseerlo, salvo que en realidad sí que tenga a la ciudad secuestrada y no esté dispuesta a liberarla salvo que los ciudadanos paguen el doble: darles el ayuntamiento y darles la diputación.
No me creo que, después de lo de Andalucía, haya dicho que ganó hace cuatro años las elecciones. No puede ser que a estas alturas del trimestre no sepamos calcular proporciones. No me lo creo, habrá querido decir que perdió por poco.
No me creo que haya dicho que Zamora se convirtió por ello en exótica. Es decir, que todos los votos no sumisos al PP son una plaga que invadió el ayuntamiento, y que no son zamoranos autóctonos sus gobernantes, que eso es lo que significa ser exóticos. Y acaso por eso, ella, no para de poner invernaderos de capas pardas para que viva la planta autóctona, que regalará en tiestecillos las vísperas de las votaciones, añadiendo más colas a Zamora, pues la suma de colas derivadas de su política es grande: la cola de la despoblación, la cola del paro, la cola de la desindustrialización, la cola de la pérdida de la sanidad, la cola de los desamparados y ancianos. No me lo creo.
Y no me creo que haya dicho que tiene ambición. Ambición (Del latín ambit?o, -?nis) es el deseo ardiente de poseer riquezas, fama, poder u honores. No puede haber cometido tan grave error y horror en el minuto que estuvo interpretando su tema. No me creo que hable de desgobierno, porque, si no lo sabe, alguien le habrá dicho que la diputación de Zamora está de las últimas en el ranking: calidad de servicio público/ coste de la institución para el ciudadano.
No me creo que haya hablado de la perla de Zamora, citando a Jack Sparrow. O intentar superar lo de Ferrero el de los Bombones en Puebla anunciando su medida estrella de más iluminación. Y no me creo que haya dicho que su gestión la avala, cuando la provincia es un desastre que sólo ansía, como último recurso, anexionarse a Portugal si la UE nos lo permitiese. Hacer para Zamora lo que el PP sabe hacer, fue su última amenaza que tampoco me creo.





















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