Electoralismo versus pasotismo

Corrían los tiempos felices del Partido Popular, cuando Rajoy mandaba en La Moncloa. Entonces, se me ocurrió pedirle, en un artículo, en una de mis cartas a los zamoranos, a Clara San Damián, senadora y mujer con poder en los círculos cercanos al presidente del gobierno y a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, que visitase al político responsable de la Muralla Medieval de nuestra ciudad que, al parecer, debe mimar, cuidar y restaurar el Ministerio de Cultura, y, por supuesto, aunque este asunto no viene a cuento ahora, que hablase con Fomento para que, de una vez por todas, después de 30 años desde que se inauguró la avenida de Cardenal Cisneros, arreglase las aceras de ese bulevar. Es más, además de poner por testigos a los lectores, un buen día, creo que era una mañana soleada de un fin de semana, me encontré con Clara, una política a la que he respetado, pese a mantener con ella profundas disensiones en diversas materias y formas de actuar, porque ha sido, y es, liberal en su acepción más hermosa, en una terraza de la Plaza Mayor de Zamora, acompañada de sus amigos y afines del grupo popular en el Ayuntamiento. Y, como tengo confianza con la todavía senadora, abusé de ella, para rogarle y aconsejarle esas dos visitas. Si no recuerdo mal, me respondió que eso era cosa de Guarido, del alcalde. Y, como así le parecía,  que yo sepa, no me hizo ni puto caso. Lógico. ¡Quién soy yo! Un periodista provinciano.

Y ese exordio viene a cuento, propiciado por la visita que hoy, por la mañana, ha realizado Antidio Fagúndez, primer teniente alcalde, al director general de Bellas Artes.  El primer teniente alcalde, recomendado por altos cargos del gobierno, se presentó en Madrid para abordar dos asuntos transcendentales: aportación económica para el nuevo Museo de Semana Santa, porque no se puede consentir, ni esta ciudad admitir, es que ese proyecto se quede en una mera ampliación, en otra almacén, como el actual, pero más bonito y moderno. Y, otra cuestión, esencial, la de restauración de la muralla, que debería concretarse en un proyecto global no solo parcial. Podría criticar el resto de los partidos a Fagúndez aduciendo que estos viajes forman parte de una preparación para las jornadas del 28 de abril y 26 de mayo.  No lo niego. Cada cual juega sus bazas. ¿Por qué el PP no se movió cuando tenía poderío? Quizá porque los populares creyeron que Zamora era su cortijo y que el voto de los zamoranos les correspondía, como si fuera su  propiedad, que nada, por mal que fuera nuestra economía, se les escaparía, que todo se hallaba bajo control.

Se equivocó la paloma de Alberti. El PP, también. Desde que Rajoy lo purgó la ideología, los zamoranos más conservadores se liberaron de votar esas siglas. El PSOE aprovecha cualquier resquicio del enemigo para horadarle, empequeñecerle, destruirle. ¿Qué hay elecciones legislativas y comicios municipales en unos meses? ¡Lo saben todos los que quieren vivir de la política y no lo ignoran los que tenemos que votar! Antidio se mueve. No espera sentado. Va. Toca a quien es menester. Quiere vivir de la res pública. Si este joven político tiene ambición personal y encuentra lo que busca, Zamora y los zamoranos se beneficiarán. Es deber de todo político trabajar por los ciudadanos siempre. Y no importa si es Cuaresma, Carnaval, Navidad, Solsticio de Invierno o hay convocatoria a las urnas. Hay que ordeñar la ubre de la vaca todos los días. Zamora no puede perder el tiempo. Zamora no puede permitirse cerrar por vacaciones, porque llueva, nieve, haga frío o granice. Zamora debe ganar el futuro cuando hay elecciones.  Unos y otros ambicionan la conquista del poder. Si lo quieren, que trabajen por nosotros. Si el PP no quiso pedir cuando mandaba en La Moncloa, allá penas. Si el PP quiere perder la Diputación Provincial, su institución más querida, y caer al vacío político en el Ayuntamiento, y, por ende, la Junta de Castilla y León, ha hecho muy bien presentando a Mayte Martín Pozo como candidata a inquilina a la Casa de las Panaderas. Cada cual que se suicide a su manera. Que el PSOE de Zamora saca partido a sus ministros con visitas, pues muy bien. Por mi parte, exijo –fui el único periodista que así lo manifestó, porque no doy coba a nadie- que se venga a  nuestra ciudad o se vaya a pedir a Madrid con el trabajo hecho. Si la Dirección General de Bellas artes aporta dinero para el nuevo Museo de Semana Santa, cojonudo. Y, cuanto más ponga, mejor. Y si, además, se construye un Museo importante, pues que entre a formar parte de la Red de Museos del Estado. Ideal.

¿Electoralismo? Sí. Pero si se consiguen proyectos para Zamora, adelante con ese ismo y todos los que hagan falta. Lo que odio es el pasotismo zamorano, la resignación religiosa y la falta de talento en la política y el periodismo.