El periodismo falaz

Eugenio-Jesús de Ávila

Ucronía periodística: lo que pudo ser noticia y no fue, aunque, casi seguro, lo será. A primera hora de la tarde de ayer, viernes, 29 de marzo, ese periódico que compró el centenario El Correo de Zamora, para ocultar su cabecera, afirmaba en su web que el Consejo de Ministro había aprobado la rehabilitación de Monte La Reina. A la par, un digital de esos que pululan por estos pagos, también lo certificaba, con un texto que no escribió nadie entre la gente que trabaja en ese medio. Más mosqueo. Tanto que le pongo un whassaap al responsable de prensa del PSOE para que me confirme esa información. Veinticuatro horas después todavía no me ha respondido. ¿Qué había pasado en realidad? Pues que esa información era una mentira absoluta, que el Consejo de Ministros no había abordado el tema de Monte La Reina en esa reunión del último viernes del tercer mes del año. ¿Por qué ese periódico, de cuyo nombre no me gusta acordarme, se adelantaba; por qué mentía, qué le pasa a esos personajes que laboran en esa colmena para lanzar noticias que no son, pero que serán, como adelantó, en absoluta primicia El Día de Zamora?

No lo sé ni me importa, pero me preocupa que se juegue así con la información, que los zamoranos se traguen mentiras. Más si el resto de medios realizan seguidismo del embuste y caen en la trampa.

Conociendo de qué va el PSOE de Zamora, más a menos de un mes de las elecciones legislativas y dos de las locales, si el Consejo de Ministros hubiera aprobado la reutilización de Monte La Reina, el Gabinete de Prensa de los socialistas zamoranos habría elaborado un comunicado al respecto, en el que se jactase de que ese proyecto crecerá en Zamora merced al buen hacer y al cariño del presidente Pedro Sánchez Pérez-Castejón y sus correligionarios en nuestra tierra, entiéndase Antidio Fagúndez y Ana Sánchez. Pero no hubo nada sobre el particular. Ni Mar Rominguera, candidata, de nuevo, al Congreso de los Diputados; ni el teniente alcalde del Ayuntamiento de Zamora, ni Ángel Blanco, subdelegado del Gobierno, salieron a la palestra para vender ese gesto extraordinario del Gobierno socialista. Nada. Silencio en la tarde. Silentes hoy. Callados todos. Ni esta boca es mía. Porque sabían que el Congreso de Ministros no había aprobado nada de nada sobre el campamento del Ejército, ubicado entre la capital de la provincia y la ciudad de  Doña Elvira. Tanto sigilo entre políticos de fuste, muy listos, capaces de vender arena en el desierto y hielo en el Polo, acabó por convencerme de que esa noticia era falsa de toda falsedad. De hecho, hoy, en su edición de papel, han intentado disimular su desfachatez informativa, su ucronía periodística. De este personal me lo espero todo. Tanta falta de clase, de elegancia, de erudición los distingue.

Y algo más para desvelar que esa información era mentira y poner punto final a este artículo crítico sobre la prensa de aquí, cómplice necesario de los males económicos, políticos y demográficos de nuestra provincia. Si se hubiera aprobado en el Consejo de Ministros del 29 de marzo, Pedro Sánchez, en plena campaña electoral, habría anunciado en Zamora, en el Ramos Carrión, que en el Consejo de Ministros del viernes, 36 horas después de su estancia en la ciudad del Romancero,  aprobaría que Monte La Reina se restaurará para ubicar varios batallones militares en esas 1.235 hectáreas. Y, sin embargo, un tío tan dotado para la política, tan inteligente para haber resucitado de entre los muertos cuando el PSOE lo quiso centrifugar, solo dejó una breve pincelada, un boceto, sobre Monte La Reina en su mitin en nuestra ciudad.

Además, el equipo de este periódico se encargó de supervisar todos los acuerdos del Consejo de Ministros para informar que lo escrito por ese periódico y los digitales, puro seguidismo, era mentira. Nosotros no nos callamos ante la mentira, como sucedió cuando políticos del PP, apoyados en ese medio, se lanzaron como hienas contra Rosa Valdeón. También mintieron. Pero el embuste les duró 48 horas, hasta que hablé con el chofer del tráiler que tuvo aquel leve incidente con la que fuera vicepresidenta de la Junta de Castilla y León.

Y así seguiremos hasta nuestra jubilación. Ahora, invito al lector que colija quién escribe la verdad y quién quiere seducir con la mentira.