TERCERA DIVISIÓN
El Zamora, nuevo líder, al derrotar al Bupolsa, en Burgos: 1-3
El cuadro rojiblanco cerró el partido en la primera mitad, tras anotar tres goles en esos 45 minutos, marcados por Juanan, Dani Hernández y David Álvarez
La Arandina falló ayer. Perdió en el feudo del Júpiter leonés. El Zamora no podía fallar hoy, en Burgos, siempre que su técnico prefiera jugar la fase de ascenso a Segunda B como campeón del grupo. Y los rojiblancos, al parecer, anhelan, desean, quieren quedar primeros.
En principio, alineación extraña de Movilla, que dejó fuera de la convocatoria a Fer y en el banquillo, cosa que ya no es novedad, a Sergio García, al que me da que reserva para la fase de ascenso. Además, hoy, ni en las próximas seis semanas, podrá contar con uno de los centrales titulares, Alcañiz, y tampoco, por sanción, con Ramos. Por lo tanto, con lo que quedaba confeccionó un once inicial con Chete, en sustitución de Alcañiz, en la parte central de la defensa; Garban, como lateral derecho; Coque, en el izquierdo, y Asiel, como jefe de operaciones en la retaguardia. En la medular, regreso de Pipi, con Juanan, y arriba, Murci, en la punta, con Dani Hernández, David Álvarez y Javi Rodríguez, un zurdo cerrado, por la derecha del ataque. Se necesitaban sus centros a balón parado: saques de esquina y faltas.
Y el Zamora, marcó el primer gol, obra de Juanan, al poco de iniciarse el choque, que se jugó sobre un campo de césped artificial y con mucho viento. Condicionantes que paliaban todo atisbo de jugar buen fútbol. Bupolsa jugó balones largos, que rara vez llegaron al área rojiblanca, que hoy jugó con su tercer uniforme, el de los nervios, arterias y corazón. Mientras que el Zamora intentó trenzar buen fútbol, hecho que consiguió de vez en cuando, máxime después de inaugurar el marcador.
Los rojiblancos encontraban huecos en la defensa local, pero no sería hasta el minuto 38 cuando Dani Hernández, en una extraordinaria acción individual, de genio, marcó el segundo tanto. Y, casi en el tiempo de descuento, David Álvarez sentenciaba el choque. El Zamora olía ya a líder cuando se fue al vestuario, una vez concluida la primera mitad.
Y, en la segunda, buena jera. Aburrimiento, con los rojiblancos perdiendo el tiempo, sin esforzarse, sin perder energías de cara a próximos acontecimientos. Pero hubo tanto relax que el Bupolsa anotó su gol en un despiste defensivo.
Lo mejor de esta segunda mitad lo aportaría Javi Bueno, un jugador que sabe jugarla en la medular, con su fútbol aseado. Y poco más que contar, porque los burgaleses tampoco dieron más problemas a la zaga rojiblanca, un tanto tocada tras el gol.
Lo importante es mantener ya esa posición de privilegio y no cometer más errores, sobre todo a domicilio. La Arandina cometió uno ayer y perdió la cabeza. Ojalá que no la vuelva a encontrar.
La Arandina falló ayer. Perdió en el feudo del Júpiter leonés. El Zamora no podía fallar hoy, en Burgos, siempre que su técnico prefiera jugar la fase de ascenso a Segunda B como campeón del grupo. Y los rojiblancos, al parecer, anhelan, desean, quieren quedar primeros.
En principio, alineación extraña de Movilla, que dejó fuera de la convocatoria a Fer y en el banquillo, cosa que ya no es novedad, a Sergio García, al que me da que reserva para la fase de ascenso. Además, hoy, ni en las próximas seis semanas, podrá contar con uno de los centrales titulares, Alcañiz, y tampoco, por sanción, con Ramos. Por lo tanto, con lo que quedaba confeccionó un once inicial con Chete, en sustitución de Alcañiz, en la parte central de la defensa; Garban, como lateral derecho; Coque, en el izquierdo, y Asiel, como jefe de operaciones en la retaguardia. En la medular, regreso de Pipi, con Juanan, y arriba, Murci, en la punta, con Dani Hernández, David Álvarez y Javi Rodríguez, un zurdo cerrado, por la derecha del ataque. Se necesitaban sus centros a balón parado: saques de esquina y faltas.
Y el Zamora, marcó el primer gol, obra de Juanan, al poco de iniciarse el choque, que se jugó sobre un campo de césped artificial y con mucho viento. Condicionantes que paliaban todo atisbo de jugar buen fútbol. Bupolsa jugó balones largos, que rara vez llegaron al área rojiblanca, que hoy jugó con su tercer uniforme, el de los nervios, arterias y corazón. Mientras que el Zamora intentó trenzar buen fútbol, hecho que consiguió de vez en cuando, máxime después de inaugurar el marcador.
Los rojiblancos encontraban huecos en la defensa local, pero no sería hasta el minuto 38 cuando Dani Hernández, en una extraordinaria acción individual, de genio, marcó el segundo tanto. Y, casi en el tiempo de descuento, David Álvarez sentenciaba el choque. El Zamora olía ya a líder cuando se fue al vestuario, una vez concluida la primera mitad.
Y, en la segunda, buena jera. Aburrimiento, con los rojiblancos perdiendo el tiempo, sin esforzarse, sin perder energías de cara a próximos acontecimientos. Pero hubo tanto relax que el Bupolsa anotó su gol en un despiste defensivo.
Lo mejor de esta segunda mitad lo aportaría Javi Bueno, un jugador que sabe jugarla en la medular, con su fútbol aseado. Y poco más que contar, porque los burgaleses tampoco dieron más problemas a la zaga rojiblanca, un tanto tocada tras el gol.
Lo importante es mantener ya esa posición de privilegio y no cometer más errores, sobre todo a domicilio. La Arandina cometió uno ayer y perdió la cabeza. Ojalá que no la vuelva a encontrar.

















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