ELECCIONES
Zamora Gana, día 7
Fernando Martos
El desgobierno de lo público viene motivado o por un interés de apropiarse del dinero público (el ayuntamiento es un botín), o porque no se tiene un deseo regenerador ni se le da la importancia a los ayuntamientos como protagonistas de un cambio social (el ayuntamiento es un engorro).
Hemos sufrido los dos desgobiernos en Zamora. Si una crítica se le debe hacer a un ayuntamiento que se autodefine de izquierdas, es justificar su desgobierno con los mismos argumentos y privatizaciones que la derecha.
Zamora Gana si la mayoría del próximo ayuntamiento tiene un concepto positivo de lo público. Si considera imprescindible que las competencias que le son propias, no debe privatizarlas. Contamos con 500 trabajadores. Cabe alguna fórmula de contrato más, no muy costosa. Las plantillas que se asuman por municipalizar no supondrán mayor coste, ya las pagábamos en el monto de la concesión. Y nos ahorramos los impuestos y el beneficio fiscal de la empresa contratada.
Quizá el Ayuntamiento de Zamora ha sido de los más afortunados. Tenía muchos contratos caducados, irregulares, a falta de cumplimientos, y bastaba irlos asumiendo (no lo impedía la Ley Montoro, había vías para hacerlo) pero no se quiso. Las consecuencias son fáciles de deducir. Tenemos cada vez menos población y la empresa que se encarga de la gestión quiere obtener beneficio. De esta manera el ayuntamiento nos condena a pagar recibos de mayor cuantía, mayores cuantos menos vecinos vivamos en Zamora: a escote de los demás, nada es caro. El negocio es redondo para la empresa. Redondo para un “ayuntamiento engorro” al que asumir responsabilidades le resulta muy costoso, en palabras de uno de sus representantes.
Con estos contratos y concesiones sólo podremos, en el futuro, poner la lupa en los trámites irregulares que se llevaron y el incumplimiento de las cláusulas, por ver si los podemos revertir a la gestión pública, municipalizarlos, sin que se nos vaya el ahorro en pleitos.
Pero hay dos que podemos asumir ya. El agua y los cuidados a domicilio. El agua, como mucho, cabría sólo contratar a un gestor que lleve el control de las tareas, porque todo lo demás es nuestro. Y respecto a los cuidados a domicilio, se puede asumir la plantilla sin coste, elevar la calidad profesional de sus trabajadoras mediante la formación dirigida a objetivos, dar atención de mayor calidad y localizar e intervenir en hogares con déficit.
Todo es poner voluntad. Mañana seguimos. Salud.
El desgobierno de lo público viene motivado o por un interés de apropiarse del dinero público (el ayuntamiento es un botín), o porque no se tiene un deseo regenerador ni se le da la importancia a los ayuntamientos como protagonistas de un cambio social (el ayuntamiento es un engorro).
Hemos sufrido los dos desgobiernos en Zamora. Si una crítica se le debe hacer a un ayuntamiento que se autodefine de izquierdas, es justificar su desgobierno con los mismos argumentos y privatizaciones que la derecha.
Zamora Gana si la mayoría del próximo ayuntamiento tiene un concepto positivo de lo público. Si considera imprescindible que las competencias que le son propias, no debe privatizarlas. Contamos con 500 trabajadores. Cabe alguna fórmula de contrato más, no muy costosa. Las plantillas que se asuman por municipalizar no supondrán mayor coste, ya las pagábamos en el monto de la concesión. Y nos ahorramos los impuestos y el beneficio fiscal de la empresa contratada.
Quizá el Ayuntamiento de Zamora ha sido de los más afortunados. Tenía muchos contratos caducados, irregulares, a falta de cumplimientos, y bastaba irlos asumiendo (no lo impedía la Ley Montoro, había vías para hacerlo) pero no se quiso. Las consecuencias son fáciles de deducir. Tenemos cada vez menos población y la empresa que se encarga de la gestión quiere obtener beneficio. De esta manera el ayuntamiento nos condena a pagar recibos de mayor cuantía, mayores cuantos menos vecinos vivamos en Zamora: a escote de los demás, nada es caro. El negocio es redondo para la empresa. Redondo para un “ayuntamiento engorro” al que asumir responsabilidades le resulta muy costoso, en palabras de uno de sus representantes.
Con estos contratos y concesiones sólo podremos, en el futuro, poner la lupa en los trámites irregulares que se llevaron y el incumplimiento de las cláusulas, por ver si los podemos revertir a la gestión pública, municipalizarlos, sin que se nos vaya el ahorro en pleitos.
Pero hay dos que podemos asumir ya. El agua y los cuidados a domicilio. El agua, como mucho, cabría sólo contratar a un gestor que lleve el control de las tareas, porque todo lo demás es nuestro. Y respecto a los cuidados a domicilio, se puede asumir la plantilla sin coste, elevar la calidad profesional de sus trabajadoras mediante la formación dirigida a objetivos, dar atención de mayor calidad y localizar e intervenir en hogares con déficit.
Todo es poner voluntad. Mañana seguimos. Salud.
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