DENUNCIAS
Agua pestilente en la muralla de la Feria
Acumulaciones de agua contaminada en la zona ajardinada
Manuel Herrero Alonso: texto y fotografías
Fue empeño municipal conseguir la liberación de la muralla de la Feria, eliminando los edificios que literalmente tapaban el lienzo. Es propósito firme el de continuar con esa política, aunque los mismos que criticaban el método de expropiar fincas se acogen a la misma medida para llevar a cabo el mismo fin. Y será un espacio ajardinado, a saberse cómo, para disfrute ciudadano. Mientras, está en espera y permanecer en espera tiene sus consecuencias.
Si bien a cualquier propietario que realice un derribo se le exige que, concluido el mismo, el solar, hasta que en él se lleve a cabo un nuevo proyecto, quede en unas condiciones mínimas, vallado, pavimentado y con la correspondiente canalización para recogida de aguas pluviales, que eviten humedades que pudieran afectar a los vecinos, cuando es el ayuntamiento quien realiza las demoliciones para conservar un lugar público, todo vale, esté como esté, con la justificación de que queda pendiente de actuaciones posteriores. Así, en una parte despejada de la ronda de la Feria, junto a uno de los muros que quedó a medio derribar, han aparecido acumulaciones de aguas no limpias, procedentes de filtraciones. Evidentemente, el origen del líquido no puede precisarse, pero, a juzgar por su aspecto y, sobre todo, por el hedor que desprenden, se trata de aguas sucias. Y, como todo es susceptible de empeorar, la acumulación y retención de agua embalsada en una superficie, sin tratamiento alguno, tiene ya de por sí esa tendencia a llegar a un estado de putrefacción. Es como se encuentra actualmente, lo indica el olor que desprende y puede apreciarse aun sin acercarse excesivamente, tan solo caminando por la acera cercana.
Las aguas filtradas ocupan mayor o menor volumen, como demuestran las líneas de flotación de la zona verde afectada. En la parte más próxima a la calzada, se observa una ligera absorción por la tierra, desconociéndose dónde acabará esa agua putrefacta.
Agua retenida, contaminada y procedente de un origen desconocido, que se acumula en la zona verde. El aumento de temperaturas que está por venir empeorará el estado del líquido embalsado, favoreciendo la aparición de insectos y otros microorganismos, que favorecerán la propagación de plagas transmisoras de enfermedades. Los responsables administrativos solo han procedido a señalizar la zona afectada. No basta.
Manuel Herrero Alonso: texto y fotografías
Fue empeño municipal conseguir la liberación de la muralla de la Feria, eliminando los edificios que literalmente tapaban el lienzo. Es propósito firme el de continuar con esa política, aunque los mismos que criticaban el método de expropiar fincas se acogen a la misma medida para llevar a cabo el mismo fin. Y será un espacio ajardinado, a saberse cómo, para disfrute ciudadano. Mientras, está en espera y permanecer en espera tiene sus consecuencias.
Si bien a cualquier propietario que realice un derribo se le exige que, concluido el mismo, el solar, hasta que en él se lleve a cabo un nuevo proyecto, quede en unas condiciones mínimas, vallado, pavimentado y con la correspondiente canalización para recogida de aguas pluviales, que eviten humedades que pudieran afectar a los vecinos, cuando es el ayuntamiento quien realiza las demoliciones para conservar un lugar público, todo vale, esté como esté, con la justificación de que queda pendiente de actuaciones posteriores. Así, en una parte despejada de la ronda de la Feria, junto a uno de los muros que quedó a medio derribar, han aparecido acumulaciones de aguas no limpias, procedentes de filtraciones. Evidentemente, el origen del líquido no puede precisarse, pero, a juzgar por su aspecto y, sobre todo, por el hedor que desprenden, se trata de aguas sucias. Y, como todo es susceptible de empeorar, la acumulación y retención de agua embalsada en una superficie, sin tratamiento alguno, tiene ya de por sí esa tendencia a llegar a un estado de putrefacción. Es como se encuentra actualmente, lo indica el olor que desprende y puede apreciarse aun sin acercarse excesivamente, tan solo caminando por la acera cercana.
Las aguas filtradas ocupan mayor o menor volumen, como demuestran las líneas de flotación de la zona verde afectada. En la parte más próxima a la calzada, se observa una ligera absorción por la tierra, desconociéndose dónde acabará esa agua putrefacta.
Agua retenida, contaminada y procedente de un origen desconocido, que se acumula en la zona verde. El aumento de temperaturas que está por venir empeorará el estado del líquido embalsado, favoreciendo la aparición de insectos y otros microorganismos, que favorecerán la propagación de plagas transmisoras de enfermedades. Los responsables administrativos solo han procedido a señalizar la zona afectada. No basta.























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