Resaca a la zamorana después de San Pedro

Manuel Herrero Alonso: textto y fotografias

Pasaron las Ferias y Fiestas de San Pedro, como siempre las actividades  en su mayoría, para bien  o para mal, se desarrollaron en el caso antiguo, que no será el centro, pero en estas ocasiones sí que se recurre a él, para utilizarlo como escenario de la mayoría de los actos a celebrar.

                Cada mañana la ciudad iniciaba su actividad, que no es otra que la que proporcionan los mismos zamoranos, unos desplazándose a su lugar de trabajo, otros abriendo sus negocios y algunos continuando su particular fiesta.  A primera hora, todo estaba impoluto. Momentos antes no era así. La plaza, donde se han celebrado las verbenas, amanecía repleta de todo tipo de restos que, previamente, habían sido tirados por los que habían ido a divertirse. La Plaza y todas sus inmediaciones. Los operarios del servicio de limpieza, escoba en mano con todas las basuras esparcidas por el suelo, hacían montones. Grandes montones que, posteriormente, cargaban directamente  al camión de la basura. Así, día tras día, durante todas las fiestas. Puede que muchos permanezcan ajenos a la realidad de la ciudad, amaneciendo tras las celebraciones, pensando que todo siempre estuvo más o menos limpio.

                No es así, y porque hay necesidades, que hasta no hace mucho se hacían en cualquier parte, se tuvo a  bien colocar urinarios portátiles en las cercanías de las celebraciones. De este modo quien, y porque no lo quiera,  no haga uso de ellos y se sirva aliviarse en cualquier otra parte debe tener doble condena. Del mismo modo, y por una sencilla regla de tres, hay, queda demostrado, quien tiene necesidad de librarse de botellas vacías y de otras basuras, sin que se haya habilitado en las inmediaciones contenedores específicos para la recogida de residuos. Por lo que debe tenerse en consideración, que no puede llamarse persona limpia a quien se libre en las celebraciones de basuras arrojándolas al suelo. También la administración local , tiene su culpabilidad subsidiaria al no habilitar recipientes a mayores de las papeleras existentes para arrojar los desperdicios. Mientras, responsables los unos y los otros, nos suponen un gasto adicional en limpieza, que hemos de cubrir entre todos. sí, como tantas otras cosas.