Martes, 09 de Septiembre de 2025

Eugenio de Ávila
Viernes, 27 de Septiembre de 2019
ME QUEDA LA PALABRA

Caja Rural de Zamora, una necesidad

[Img #30071]Si Caja Rural de Zamora no existiese, habría que inventarla. La única entidad bancaria zamorana inyecta vida a nuestra cultura, deporte, ciencia, agricultura y ganadería. Caja Rural es la sangre que corre por las venas de esta ciudad y su provincia. Si un mal día los dirigentes de esta institución decidieran retirarse de todos esos sectores antes citados, clubes deportivos, asociaciones culturales, exposiciones, conferencias y ciencia desaparecerían. Y, añado, también quedarían tocados numerosos medios de comunicación locales.

 

Zamora10, la organización empresarial que lleva combatiendo un par de años para que Zamora venza en su batalla para asir el futuro, obtiene su apoyo intelectual de los cerebros que laboran en la avenida de Alfonso IX, la sede central de la Caja Rural, que ha tenido que sufrir, desde que se creó ese organismo privado todo tipo de embates por parte de instituciones públicas, con protagonismo principal de la Diputación, durante el segundo periodo del mandato de la ínclita María Teresa Martin Pozo, que hizo todo lo imposible para que los proyectos del organismo que gerencia Francisco Prieto Toranzo se quebrasen, se perdiesen. La entidad bancaria, de alguna manera, también fue tocada por esta guerra. Recuerdo que hubo ruedas de prensa en las que participaron directivos de la entidad financiera en las que no se personó diputado alguno. Hubo órdenes superiores para ausentarse en cualquier acontecimiento en el que participase Caja Rural de Zamora. Paradoja que solo se da en nuestra provincia: que una dirigente conservadora se ponga en contra de un organismo empresarial.

 

Pero Zamora10 ha salido adelante y continuará construyendo más ciudad, más provincia, más progreso. Las ideas progresistas nunca las detendrá gente sin talento, envidiosa y reaccionaria. Caja Rural, su director general, Cipriano García Rodríguez, y su ejecutor intelectual en ese organismo empresarial, Narciso Prieto Martín, son dos de los principales artífices de la potencia que ha ido adquiriendo Zamora10, sin olvidarme de un gran zamorano, su gerente, Francisco Prieto, que, después de muchos años lejos de su patria chica, ha conducido esta nave hacia el puerto del futuro. Queda mucho por hacer, pero los caminos se están desbrozando de maleza política y empresarial. En verdad, Zamora10 ha hecho olvidar a CEOE y Cámara de Comercio, dos organismos con escasa transcendencia en la vida económica zamorana. De ahí que, dentro de Zamora10, oculte una quinta columna muy peligrosa en sus bodegas.

 

Caja Rural es una entidad de la que los zamoranos podemos presumir, porque está labrando las tierras que nos darán el fruto del porvenir, del futuro. Algún día lo recogeremos. Hoy, en breve, la Fundación Científica entregará los premios que otorga todos los años cuando Zamora ya huele a otoño. Sin la entidad financiera zamorana, nuestra tierra habría fallecido ha tiempo. De momento, su ejecutoria intelectual y financiera nos conduce a la tierra prometida. Algún día los zamoranos bien nacidos tendrá que otorgan un galardón a nuestra Caja.

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