Asesinos en serie relacionados con Zamora, en una conferencia en Buenos Aires

El pasado 5 de noviembre se produjo en Buenos Aires el regreso del que ya es uno de los mayores festivales de literatura negra de Latinoamérica; el BAN!: Festival Internacional de Literatura Policial "Buenos Aires Negra". Un festival que por séptima vez reflexionó sobre los vínculos que conectan al arte y la literatura con la criminalidad, ideado y dirigido por el escritor Ernesto Mallo (La Plata, 1948).

Desde su primera edición, este encuentro se ha incorporado a los festivales más importantes del circuito de novela policial en el mundo, como la Semana Negra de Gijón, Barcelona Negra, Getafe Negro, Mord am Hellweg en Alemania, Polars du Sud en Francia y Theakston Old Peculier Crime Writing del Reino Unido.

Entre los participantes invitados en la edición: escritores, periodistas, investigadores, forenses y delincuentes, resaltó, de nuevo, el nombre del historiador villalpandino Eduardo Fernán-López 'Malatesta'. El zamorano, que en la pasada edición ofreció una conferencia sobre el terror de los crímenes en la España rural, en esta ocasión, y ante el repleto auditorio del Centro Cultural Recoleta, ofreció la ponencia titulada: “Asesinos seriales de España: cuando la ciudad es una trampa”.

Entre los casos tratados por Fernán-López, destacaron algunos tan característicos de la España Negra como la biografía del mayor asesino en serie nacional; el Arropiero. Además, el de Villalpando desgranó de manera pormenorizada otras actuaciones de criminales seriales que conmocionaron a una sociedad poco acostumbrada a su presencia: desde el Hombre Lobo de Allariz, a mediados del siglo XIX, hasta el más reciente Asesino de la Baraja, más de una docena de estos criminales pasaron por el escenario del histórico barrio porteño.

Fernán-López, puso especial énfasis en la carrera criminal de Francisco García Escalero, conocido como 'Matamendigos': un tipo que asesinó, violó y devoró al menos a dieciséis mendigos en Madrid entre las décadas de los ochenta y noventa del siglo pasado. Se da la casualidad, y Fernán-López no lo dejó pasar por alto, de que el Matamendigos era hijo de dos zamoranos que habían huido de la miseria del campo a la capital en busca de un futuro mejor. 

Una interesante forma de conocer, y analizar, la historia más oscura de nuestra tierra.