RES PÚBLICA
¡Qué espera Pedro Sánchez del separatismo racista catalán!
![[Img #33042]](http://eldiadezamora.es/upload/images/12_2019/9532_sanchismo.jpg)
Ni soy un optimista antropológico, porque carezco de la jeta de Zapatero, ni un tipo melancólico, más bien un analista de la actualidad de mi patria, con un conocimiento muy superior a todos los periodistas que ejercen este oficio en Zamora, que, por cierto, tampoco cuentan con columnas en sus medios, ni tampoco hay huevos para criticar a tirios y troyanos.
Jamás pretendí elucubrar sobre el futuro, ni pretendo aparecer como profeta en el Antiguo Testamento de España, pero quizá, dentro de un año, en el solsticio de invierno de 2020, la nación más antigua de Europa no la conocerá ni la madre que la parió, que diría Guerra.
Si Pedro Sánchez acepta las peticiones de ERC, un partido que, desde su génesis, siempre conspiró, como lo evidencian varios golpes de Estado, contra España, los socialistas de verdad, los que todavía laboran para acabar con los privilegios de empresarios y regiones ricas, deberían exigirle al presidenciable que no aceptase ni una sola propuesta del nacionalsocialismo catalán que trasgrediese la Carta Magna. Y si lo hiciera, traicionaría la historia del partido que fundase Pablo Iglesias y que renovase Felipe González, y, además, a la nación española.
Piense aquel lector que se defina de izquierdas, si es socialismo conceder más y más prebendas, sinecuras y canonjías económicas a la región más rica de España, en detrimento de las más humildes. Los catalanes viven mejor que nadie, salvo los vascos, porque, desde Canovas del Castillo, se les mimó, protegió, consintió y malacostumbró. Todos los regímenes, Restauración, Dictadura de Primo de Ribera, II República, Dictadura de Franco y Democracia, consintieron todos sus caprichos. Robaron, como se demostró, a manos llenas, las arcas del Estado, la Banca Catalana, el 3% a los empresarios para trabajar en Cataluña, y dieron golpes de Estado, mientras el resto de la nación guardaba silencio y algunas provincias, como la nuestra, se moría económica y socialmente.
Los catalanes, que se formaron en las escuelas e institutos públicos catalanes desde que Pujol administró la Generalidad, aprendieron a odiar a España, obteniendo matrículas de honor en inquina, fobia y desprecio hacita todo lo español. La mitad de aquella región del noreste se halla enferma de España. Y pasarán décadas hasta que un galeno político, un hombre de Estado, la recupera de ese virus que amenaza con destruir la paz en la nación.
ERC, ya en plena Guerra Civil, traicionó al gobierno de la II República, confinado en Valencia, queriendo manejar la Hacienda Pública, las reservas del Banco de España y conformar su propio ejército. ¡Qué espera Pedro Sánchez, que aguardan los socialistas, de estos botarates, felones y malandrines del separatismo racista catalán!
![[Img #33042]](http://eldiadezamora.es/upload/images/12_2019/9532_sanchismo.jpg)
Ni soy un optimista antropológico, porque carezco de la jeta de Zapatero, ni un tipo melancólico, más bien un analista de la actualidad de mi patria, con un conocimiento muy superior a todos los periodistas que ejercen este oficio en Zamora, que, por cierto, tampoco cuentan con columnas en sus medios, ni tampoco hay huevos para criticar a tirios y troyanos.
Jamás pretendí elucubrar sobre el futuro, ni pretendo aparecer como profeta en el Antiguo Testamento de España, pero quizá, dentro de un año, en el solsticio de invierno de 2020, la nación más antigua de Europa no la conocerá ni la madre que la parió, que diría Guerra.
Si Pedro Sánchez acepta las peticiones de ERC, un partido que, desde su génesis, siempre conspiró, como lo evidencian varios golpes de Estado, contra España, los socialistas de verdad, los que todavía laboran para acabar con los privilegios de empresarios y regiones ricas, deberían exigirle al presidenciable que no aceptase ni una sola propuesta del nacionalsocialismo catalán que trasgrediese la Carta Magna. Y si lo hiciera, traicionaría la historia del partido que fundase Pablo Iglesias y que renovase Felipe González, y, además, a la nación española.
Piense aquel lector que se defina de izquierdas, si es socialismo conceder más y más prebendas, sinecuras y canonjías económicas a la región más rica de España, en detrimento de las más humildes. Los catalanes viven mejor que nadie, salvo los vascos, porque, desde Canovas del Castillo, se les mimó, protegió, consintió y malacostumbró. Todos los regímenes, Restauración, Dictadura de Primo de Ribera, II República, Dictadura de Franco y Democracia, consintieron todos sus caprichos. Robaron, como se demostró, a manos llenas, las arcas del Estado, la Banca Catalana, el 3% a los empresarios para trabajar en Cataluña, y dieron golpes de Estado, mientras el resto de la nación guardaba silencio y algunas provincias, como la nuestra, se moría económica y socialmente.
Los catalanes, que se formaron en las escuelas e institutos públicos catalanes desde que Pujol administró la Generalidad, aprendieron a odiar a España, obteniendo matrículas de honor en inquina, fobia y desprecio hacita todo lo español. La mitad de aquella región del noreste se halla enferma de España. Y pasarán décadas hasta que un galeno político, un hombre de Estado, la recupera de ese virus que amenaza con destruir la paz en la nación.
ERC, ya en plena Guerra Civil, traicionó al gobierno de la II República, confinado en Valencia, queriendo manejar la Hacienda Pública, las reservas del Banco de España y conformar su propio ejército. ¡Qué espera Pedro Sánchez, que aguardan los socialistas, de estos botarates, felones y malandrines del separatismo racista catalán!



















Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.122