EMPRESA
El edificio de los Matilla será restaurado por Construcciones Tamar
Ubicado en la avenida de Víctor Gallego, número 5, llevaba décadas abandonado, desde que los empresarios que los adquirieron en su día no lo restaurasen para su venta, coincidiendo con la crisis de la vivienda.
![[Img #33110]](http://eldiadezamora.es/upload/images/12_2019/4105_ta.jpg)
Construcciones y Estructuras Tamar, empresa que preside Maxi Martín, que condujese los destinos del Zamora Club de Fútbol en uno de sus épocas más complicadas, iniciará la reestructuración de un edificio emblemático, el de los Matilla, en Víctor Gallego 5; que junto al de Cacho y Pichel, empresarios de éxito ya antes de la contienda civil, conformaron un triángulo estético, en lo que fue la Zamora de la expansión hacia el este, una vez superado el recinto medieval.
Durante varias décadas, desde que fue vendido el mencionado edificio, nadie se atrevió a reestructurarlo. Recordamos que su fachada principal fue apuntalada por andamios de hierro, que impidieron la libre circulación de peatones por una acera tan transitada, de la que desaparecieron no hace mucho tiempo.
Ese espacio de la ciudad se hallaba afeado por ese abandono secular, tanto que las palomas se apoderaron del lugar, con los daños causados en sus estructuras por las consideradas “ratas” del aire. Ahora, ¡por fin!, un empresario zamorano, con arrestos y talento, Maxi Martín, cambiará la fisonomía de una zona urbana de la ciudad.
![[Img #33110]](http://eldiadezamora.es/upload/images/12_2019/4105_ta.jpg)
Construcciones y Estructuras Tamar, empresa que preside Maxi Martín, que condujese los destinos del Zamora Club de Fútbol en uno de sus épocas más complicadas, iniciará la reestructuración de un edificio emblemático, el de los Matilla, en Víctor Gallego 5; que junto al de Cacho y Pichel, empresarios de éxito ya antes de la contienda civil, conformaron un triángulo estético, en lo que fue la Zamora de la expansión hacia el este, una vez superado el recinto medieval.
Durante varias décadas, desde que fue vendido el mencionado edificio, nadie se atrevió a reestructurarlo. Recordamos que su fachada principal fue apuntalada por andamios de hierro, que impidieron la libre circulación de peatones por una acera tan transitada, de la que desaparecieron no hace mucho tiempo.
Ese espacio de la ciudad se hallaba afeado por ese abandono secular, tanto que las palomas se apoderaron del lugar, con los daños causados en sus estructuras por las consideradas “ratas” del aire. Ahora, ¡por fin!, un empresario zamorano, con arrestos y talento, Maxi Martín, cambiará la fisonomía de una zona urbana de la ciudad.





















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