PINTOR
Mezquita: un padre, un pueblo... nuestra historia
Presentación de "Memoria del padre", de José María Mezquita

En el primer jueves de este imprevisible año que comienza, se produjo uno de esos acontecimientos aparentemente intrascendentes, pero que, cuando los abordas y vives en “primera persona”, sientes una satisfacción muy superior a la que te hizo suponer cuando decidiste ir…
Si, además, confluyen varios de esos “acontecimientos”, en el lugar y a la hora prevista, te sientes en la obligación de compartirlo. Y esto es lo que me dispongo a hacer desde nuestro periódico: “El Día de Zamora”.
1º.- La Librería, por antonomasia y con mayúsculas de Zamora, SEMURET, que nos alegró a tantos de nosotros cuando se nos hizo saber que su “alma máter”, Luisito, había encontrado relevo y alternativa al cierre, puesto que le sustituiría Judit…y desde luego que lo está haciendo con nuevos bríos y formas que alientan a los que, desde fuera, queremos lo mejor para las dos: la librería y la que tiene que vivir con/de ella.
2ª.- La presentación de un libro siempre es (siempre ha de ser), un acontecimiento. Si lo es de un zamorano… y lo “hace nacer” en Zamora, es un espejismo que no puedes dejar escapar. Si, además, la autoría corresponde al “Premio CyL de las Artes” por su faceta como gran pintor y escultor… quien ha decidido “pintar” su primer libro… Hay que verlo y contarlo.
Estamos hablando de José María MEZQUITA y de su obra, “nacida desde su padre”: “MEMORIA DEL PADRE”.
3º.- El “culmen” lo conseguimos cuando ambos acontecimientos se unen…llegando a la fusión, y un libro de un nuevo escritor, artista ya, es presentado acompañado, rodeado por otros libros, como se aprecia en la foto, de “distintas edades” y ante personas que quisimos ser testigos y fedatarios de este nacimiento.
Como decía, a mi entender, esto ocurrió ayer: la fusión de Semuret/Mezquita/“la Memoria del Padre”. Los recuerdos que ha mantenido un hijo, huérfano de padre a los 13/14 años, el cual había emigrado a Cuba, donde le sorprende la “Revolución Castrista”, la cual pervive en la actualidad y que le hizo “re-emigrar” a Miami… para terminar volviendo a su pueblo natal:o, San Juan del Rebollar, en Aliste.
Finalmente se asentaría en la capital para regentar una mercería, la cual, hubo de ser atendida por “la madre”, tras el prematuro fallecimiento del cabeza de familia, para seguir sacándola adelante.
El hijo, José María, nos contó todo esto y lo amplia en su libro que, en realidad y según sus palabras, “es de su padre”, puesto que recoge infinidad de documentos, escritos, fotografías, comentarios del largo acontecer de su corta vida…y que pudo trasmitir, “insuflar”, a su hijo hasta convertirse/convertirlo en el artista que hoy conocemos, cuyos establecimientos, locales, parajes, que se han visto “traspasados” a sus lienzos, nos relajan y nos hacen pensar.
Numerosos conciudadanos de San Juan, hijos y nietos de coetáneos de su padre, acompañaron y “completaron” las anécdotas que entre todos fueron sacando, para culminar con la firma de numerosos ejemplares que, de seguro, hará las delicias de sus compradores, sus familiares y amigos cuando recuerden esos acontecimientos, esas fotos, de las que fueron testigos privilegiados. Mi enhorabuena a Mezquita y a San Juan del Rebollar.

En el primer jueves de este imprevisible año que comienza, se produjo uno de esos acontecimientos aparentemente intrascendentes, pero que, cuando los abordas y vives en “primera persona”, sientes una satisfacción muy superior a la que te hizo suponer cuando decidiste ir…
Si, además, confluyen varios de esos “acontecimientos”, en el lugar y a la hora prevista, te sientes en la obligación de compartirlo. Y esto es lo que me dispongo a hacer desde nuestro periódico: “El Día de Zamora”.
1º.- La Librería, por antonomasia y con mayúsculas de Zamora, SEMURET, que nos alegró a tantos de nosotros cuando se nos hizo saber que su “alma máter”, Luisito, había encontrado relevo y alternativa al cierre, puesto que le sustituiría Judit…y desde luego que lo está haciendo con nuevos bríos y formas que alientan a los que, desde fuera, queremos lo mejor para las dos: la librería y la que tiene que vivir con/de ella.
2ª.- La presentación de un libro siempre es (siempre ha de ser), un acontecimiento. Si lo es de un zamorano… y lo “hace nacer” en Zamora, es un espejismo que no puedes dejar escapar. Si, además, la autoría corresponde al “Premio CyL de las Artes” por su faceta como gran pintor y escultor… quien ha decidido “pintar” su primer libro… Hay que verlo y contarlo.
Estamos hablando de José María MEZQUITA y de su obra, “nacida desde su padre”: “MEMORIA DEL PADRE”.
3º.- El “culmen” lo conseguimos cuando ambos acontecimientos se unen…llegando a la fusión, y un libro de un nuevo escritor, artista ya, es presentado acompañado, rodeado por otros libros, como se aprecia en la foto, de “distintas edades” y ante personas que quisimos ser testigos y fedatarios de este nacimiento.
Como decía, a mi entender, esto ocurrió ayer: la fusión de Semuret/Mezquita/“la Memoria del Padre”. Los recuerdos que ha mantenido un hijo, huérfano de padre a los 13/14 años, el cual había emigrado a Cuba, donde le sorprende la “Revolución Castrista”, la cual pervive en la actualidad y que le hizo “re-emigrar” a Miami… para terminar volviendo a su pueblo natal:o, San Juan del Rebollar, en Aliste.
Finalmente se asentaría en la capital para regentar una mercería, la cual, hubo de ser atendida por “la madre”, tras el prematuro fallecimiento del cabeza de familia, para seguir sacándola adelante.
El hijo, José María, nos contó todo esto y lo amplia en su libro que, en realidad y según sus palabras, “es de su padre”, puesto que recoge infinidad de documentos, escritos, fotografías, comentarios del largo acontecer de su corta vida…y que pudo trasmitir, “insuflar”, a su hijo hasta convertirse/convertirlo en el artista que hoy conocemos, cuyos establecimientos, locales, parajes, que se han visto “traspasados” a sus lienzos, nos relajan y nos hacen pensar.
Numerosos conciudadanos de San Juan, hijos y nietos de coetáneos de su padre, acompañaron y “completaron” las anécdotas que entre todos fueron sacando, para culminar con la firma de numerosos ejemplares que, de seguro, hará las delicias de sus compradores, sus familiares y amigos cuando recuerden esos acontecimientos, esas fotos, de las que fueron testigos privilegiados. Mi enhorabuena a Mezquita y a San Juan del Rebollar.






















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