Miércoles, 08 de Octubre de 2025

Eugenio de Ávila
Jueves, 06 de Febrero de 2020
COSAS MÍAS

Los cómplices de la despoblación

[Img #34865]He llegado a la certidumbre  de que los políticos, unos y otros, creen que los zamoranos somos tontos de baba, gente sin un gramo de sustancia gris en su cerebro, una especie de reserva espiritual de España; provincia de almas pías y labriegos analfabetos.

Como se sabe, un medio que no es de Zamora, que devoró la cabecera del viejo El Correo de Zamora, una forma de humillar nuestra historia, periódico con más tradición que muchas cofradías de nuestra Semana Santa, prepara -¡a buenas horas mangas verdes!- una jornada sobre despoblación. Solo existía un objetivo: blanquear su falta de protagonismo intelectual en esta provincia y buscar nuevas aportaciones económicas de grandes empresas para detener la marcha hacia el abismo de la prensa de pago. ¿Soluciones aportadas al desierto demográfico zamorano?: Ni una sola.

Eso sí la ministra de la cosa, vicepresidenta 4ª del ejecutivo PSOE-Podemos, Teresa Ribera, regaló el oído a los petimetres zamoranos, con esa manida publicidad, propia de cualquier Oficina de Turismo: “Zamora es una ciudad llena de oportunidades”. La responsable de la Transición Ecológica -¿hacia dónde?- se olvidó de que Zamora es la capital de la provincia con menor actividad económica de España, solo por detrás de Orense –un servidor no escribe Ourense, porque escribo en español-; también la más envejecida, con un sector primario que ha sido castigado con extrema dureza desde que Felipe González se humilló ante Francia y Alemania para entrar en Europa, y vendió a nuestros agricultores y ganaderos, a los que se engañó con subvenciones, pan de hoy y hambre de mañana, de un mañana que es este presente catastrófico para el campo, para el medio rural, para los jóvenes que desean seguir mimando a la tierra para extraer las materias primas que después nos alimentarán; que forman parte de la profesión que más vela por el medio ambiente, por la ecología.

Ninguno de los intervinientes en esa jornada puramente alimentaria para la organización, sacó a la palestra la inversión privada más importante que se pudiera producir en nuestra provincia, siempre que los intereses oscuros del entramado político y empresarial zamorano y regional no lo impidan, desde hace décadas, en todo este periodo democrático: la Biorrefinería Multifuncional de Barcial del Barco, idea del ingeniero Vicente Merino Febrero, persona extraordinaria, altruista, un gran zamorano y leonés, a la que tanto se ha puteado por parte de multinacionales, empresarios y políticos locales y de esta autonomía, siempre al servicio del eje Valladolid-Burgos. Por cierto, convencido estoy que si este proyecto hubiera tenido por destino la provincia que limita por oriente con la nuestra, ya sería una realidad.

Miembros de Viriatos, una de las pocas organizaciones vivas, reivindicativas, conocedoras de nuestra realidad, pionera en analizar el fenómeno de la despoblación, manifestaba, al término de la jornada,  que nadie dijo nada importante, no se tuvo en cuenta a la gente, soluciones cero, porque cada cual vino a Zamora a buscar sus negocios: biotecnología, digitalización, etc. Solo Cipriano García, director de Caja Rural, con sus advertencias a los políticos y exigencias de infraestructuras, y Francisco J. Requejo, el político más pujante, el que aporta más ideas para transformar esta provincia, dieron la talla en esta feria de la hipocresía periodística.

Al Gobierno de Sánchez hay que exigirle, si quiere que el sector primario se revitalice, si desea que detener la aniquilación de nuestra agricultura y ganadería, que abarate los impuestos sobre el combustible agrícola, que tanto grava; que defienda una PAC (subvenciones) en Europa a favor de los profesionales de la agricultura, los hombres y las mujeres que se lo curran, desde el alba hasta el ocaso del sol, desde enero hasta diciembre, invierno, primavera, verano, estío y otoño; no para que reciban enormes cantidades de euros los grandes terratenientes españoles, aristócratas y gran burguesía, los absentistas, los ricos de verdad de toda la puta vida, y que no eche la culpa a los híper y supermercados de la quiebra del sector primario, causada por medidas solo de los políticos, porque nunca creyeron en el campo, ni en su futuro; porque desconocen la historia, porque desprecian cuanto ignoran.

Reitero, por lo que respecta a nuestra ciudad y provincia: el futuro de nuestra tierra se halla en el sector primario, moderno e industrializado; que sus materias primas, excepcionales, se transformen aquí, no que se exporten, en bruto, a otras provincias y regiones, donde se quedan las plusvalías. Con agricultura desarrollada, que obtenga beneficios, Zamora, la capital, renacerá: sus comercios volverán  ser lo que fueron, la decadencia económica se frenará, correrá el dinero, se abrirán nuevos negocios, se necesitarán más funcionarios.

Este periódico nunca organizará jornadas sobre despoblación, presididas por la hipocresía. Aquí, desde hace una década, todos los días se escriben artículos sobre las cuitas de Zamora. Hemos analizado las raíces de sus males, de su deriva económica y demográfica.

Un servidor fue el primero, hace mucho más de un lustro, en advertir a nuestros políticos de la caída en picado de la población en nuestra provincia, cuando no estaba de moda tratar de un tema que parecía tan etéreo. Amar a esta tierra, a esta provincia, a su capital, consiste en denunciar sus problemas, aportar soluciones y criticar a los poderosos, a los políticos, a los empresarios que se constituyeron como enemigos del progreso de Zamora. El Nazareno solo condenó a hipócritas, a los fariseos: “Guías ciegos, que cuelan el mosquito pero se tragan el camello”, y a los ricos: «Es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios». Los políticos zamoranos, que traicionaron a su gente, son esos guías ciegos, y los ricos, aquellos que explotan, especulan y quieren que nada cambien para que su poder caciquil siga dominando nuestra tierra. Cuentan, unos y otros, con cómplices en la prensa. No va más.

Postdata: Vicente Merino Febrero, ingeniero y empresario, no fue invitado a esta Jornada sobre la Despoblación, cuando su proyecto parece esencial para asentar gente en el medio rural. ¿Paradoja o persecución?

 

Eugenio-Jesús de Ávila

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