Eugenio de Ávila
Lunes, 10 de Febrero de 2020
MELIZA 2020

La miel zamorana, sabor eterno

[Img #35032]La sociedad humana perfecta, la Atenas que imaginó Platón, sería como una colmena de abejas. Cada cual atendiendo a su labor. Este pequeño antófilo funciona como la alcahueta de las flores desde hace 100 millones de años, cuando se separó de la avispa. La abeja más antigua registrada se encontró en Myanmar, recubierta de ámbar.

 Insecto que sabe extraer el néctar y el polen, la esencia del amor vegetal, para transformarlo en miel, alimento del que el ser humano se nutrió desde su origen. Gustaba tanto su sabor que los hebreos daban el nombre a sus hijos de Deborah y los griegos el de Melissa, en honor de este himenóptero, que significa abeja en ambos idiomas. Este producto cambio tanto la vida de nuestra especie como el descubrimiento del fuego. Incluso los antiguos egipcios y los semitas de Oriente Medio utilizaban la miel para embalsamar a sus muertos, que también se utilizaba como edulcorante y antiséptico.

La civilización egipcia fue la primera que crio abejas en sus casas. Sucedía que para arrebatar la miel a las abejas se destruía la colmena. Fue un tal Lorenzo Langstroth, un clérigo norteamericano (Filadelfia), nacido en 1809,  al que podemos señalar como el primer apicultor moderno, el que inventó la colmena de cuadro móvil, que patentaría en 1852, tras descubrir el espacio necesario para la abeja, pues el cuadro no debe ser menor de 5 mm ni mayor de 9.

Datos históricos sobre un ser y el producto que elabora esencial en la vida del hombre, amante de las flores, señor de la naturaleza, alimento para endulzar la vida, acaramelar el erotismo, suavizar la garganta, pulir la voz. Pues hete aquí que nuestra provincia ofrece la miel de mayor calidad del mundo. No es chovinismo. Contrastado el aserto. Empírico. Nuestros apicultores aman a sus abejas, las miman, las adoran. Y ellas aprecian esa pasión, dándoles dulces besos en sus enjambres. Insectos libérrimos, enamorados de las blancas y rosáceas flores del almendro, al que cortejan para seducirlas sobre un lecho de pétalos y alcanzar un orgasmo de néctar y polen.

Y, como reza la leyenda de la II Feria Apícola Internacional de Zamora (MELIZA), que se celebrará en IFEZA, entre el 14 y el 16 de febrero, tiene nombre de mujer. Sí, todo en una colmena rezuma gobierno femenino, desde su reina hasta su producto estrella, la miel. Ya lo escrito y dicho muchas veces: si Dios existiera, sería un ser femenino. Las abejas son nuestras diosas. Recuerdo. Mitología: Melisa, hija del rey de Creta, fue nodriza de Zeus durante su infancia, al que crio con leche de cabra y…miel. Dionisos también fue alimentado con miel.

La miel me sabe a mujer, a dama, a feminidad. Los besos de una mujer enamorada son néctar de almendro. Quiero construir un enjambre para la señorita que adoro. Zamora es la ciudad del alma; su provincia, miel de jara, de romero, de brezo, de tomillo; miel dorada, miel negra. ¡Quién fuera abeja para libar el néctar de tus pétalos de carne!

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