NUESTRA HISTORIA
El hallazgo de "dírhams" en la zona del Consultivo cambia la historia de Zamora
Estudio de Cruces Blázquez, de la Universidad de Salamanca, y Alberto Martín, ambos miembros de Hesperia y ATAEMHIS
Es el conjunto de dírhams encontrado en la zona más al norte de la Península y revela que la localidad acogió a una población híbrida de cristianos y musulmanes
El estudio del lote de moneda de plata andalusí que presentan en su trabajo Cruces Blázquez Cerrato, doctora en Historia y profesora titular del Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Universidad de Salamanca, y Alberto Martín Esquivel, doctorando vinculado a este mismo departamento (los dos investigadores de Hesperia, el grupo de Investigación sobre la Península Ibérica en la Antigüedad y ATAEMHIS) contribuye a aclarar el panorama histórico de Zamora durante la etapa altomedieval.
Este "tesorillo" recuperado durante la intervención arqueológica desarrollada en el año 2008 en el solar donde posteriormente se ha construido el edifcio del Consejo Consultivo, zona intramuros de la ciudad medieval, correspondiente al solar ocupado por el antiguo Convento de las Adoratrices, en pleno casco histórico de Zamora, "ha permitido constatar una secuencia extensa y continuada hasta época contemporánea".
Los trabajos arqueológicos, desarrollados sobre una extensión de 2.800 m2, han proporcionado unas 17.000 piezas, que abarcan desde época prehistórica hasta la actualidad. El bloque más signifcativo de materiales, según indican en su estudio, "corresponde a fragmentos cerámicos, de los que el 40 %, presenta características relacionables con producciones andalusíes".
A pesar de que la mayoría aún está en estudio, "el análisis inicial de estos materiales ha proporcionado una perspectiva notablemente diferente de la historia de esta ciudad, respecto a la aceptada tradicionalmente y derivada exclusivamente de las fuentes escritas", aunque, según señalan en su estudio, este "no es el único hallazgo de moneda musulmana en Zamora, aunque su emisión es bastante posterior, recordamos la presencia de una dobla nazarí de Muhammad IX (1419-1453 d. C.) en el conjunto recuperado en la plaza de Arias Gonzalo".
Restos encontrados en el yacimiento
Además de las monedas, en este yacimiento se han documentado "algunos fragmentos de materiales constructivos, concretamente de tejas y adobes. También se han recuperado restos de producciones cerámicas andalusíes bruñidas y pintadas. Pero en ese mismo echadizo, aparecieron otros ejemplares de cerámica común de cocina, de piezas para almacenamiento y de sigillata hispana tardía, que parecen asociarse a momentos tardoantiguos o romanos. También se han hallado galbos torneados celtibéricos y, por último, otro lote más de cerámicas elaboradas a mano, lisas o con decoraciones, características de finales de la Edad del Bronce. Otros materiales localizados son varios elementos de bronce –fíbula, agujas, varillas, elemento tubular, placas, vástagos, remache, etc.– y otros líticos –un prisma de cuarzo, varias bolas, una afladera y un fragmento de molino circular–. Así, la cronología de estos materiales abarca desde fecha prehistórica indeterminada hasta la etapa medieval".
Este nuevo registro arqueológico "ha obligado a replantearse el panorama altomedieval de Zamora, confiriéndole una importancia a la presencia andalusí hasta hace poco totalmente insospechada. De hecho, el conjunto cerámico localizado en el Consultivo de Zamora es el mayor lote de cerámica hispanomusulmana del norte peninsular, con una cronología que parece arrancar del siglo VIII d. C. Todo ello hace cada vez más evidente la necesidad de rechazar la tradicional teoría del vacío estratégico del valle del Duero. De hecho, Zamora, para estos siglos, parece revelarse como un establecimiento con una población híbrida que pudo haber configurado el punto de partida de la expansión urbana que se produjo en el siglo XI".
Las monedas
El conjunto está compuesto por 3 dírhams completos, otros 2 que han sufrido algunos recortes y 5 fragmentos de monedas similares. El estado de conservación no es bueno, porque casi todas las monedas se presentan algo dobladas, gastadas y la mayoría, recortadas. De hecho, cuando se encontraron conformaban un pequeño bloque, debido a que los dírhams que estaban completos aparecieron plegados, adaptándose así a la superficie más reducida de las piezas recortadas y de los fragmentos (Fig. 3). Este tipo de deposición resulta frecuente para la moneda medieval, y especialmente la andalusí, ya que es facilitada por la propia delgadez de los fanes". "La disposición de las piezas, agrupadas unas sobre otras hasta adherirse, podría constituir un indicio de su introducción en un pequeño monedero o bolsa de material perecedero que el paso del tiempo ha hecho desaparecer".
"El dírham más antiguo es una acuñación de Abd al-Ra?m?n III, de los años centrales del siglo X d. C. La aportación principal, con dos dírhams completos y dos fragmentos, corresponde a emisiones de Al-?akam II datadas en las dos décadas siguientes, entre 963 y 976 d. C. Las monedas más tardías son dos piezas de Hiš?m II, una completa y otra que se presenta cortada a la mitad, que fueron acuñadas en las décadas fnales del siglo X d. C".
"Un aspecto signifcativo de este conjunto es que la mayor parte de los dírhams hallados en Zamora están fragmentados. De hecho, hay tres ejemplares que corresponden a recortes de la zona de la orla, indudablemente califales, pero sin posible adscripción a series ni a fechas concretas. Es frecuente encontrar la plata andalusí troceada ya desde época emiral y, sobre todo, en la califal. En esos momentos, el Estado no proporciona moneda fraccionaria y la fragmentación del numerario argénteo, el producido en mayores cantidades, es una respuesta de los usuarios para conseguir moneda de menor valor que facilite las transacciones cotidianas. La manipulación de las monedas estaba penada por el Estado; sin embargo, son varios los testimonios que mencionan pagos expresados en fracciones de dírham. Esto parece indicar que, a pesar de las prohibiciones, la población las fragmentaba para obtener denominaciones de menor valor y poder hacer frente a las necesidades cotidianas".
Valoración del hallazgo
Resulta evidente, para los dos investigadores, que la importancia de este hallazgo radica principalmente en que permite ampliar el área geográfica con presencia de moneda califal en la zona septentrional peninsular.
"Todos los indicios hacen pensar en que se trata de una pérdida fortuita de un pequeño monedero, en un sector habitacional, donde los gustos cerámicos revelan una notable convivencia o hibridación de la población cristiana y la andalusí. Sobre los posibles usuarios de este numerario poco se puede afinar. Sabemos que la población mozárabe alcanza en estas fechas en Zamora, tanto en la ciudad, como en el territorio de la actual provincia, un notable protagonismo. Según algunas fuentes, como la Crónica de Ibn Hayyán, Alfonso III (866-910) urbaniza, fortifca y repuebla a fnes del siglo IX esta ciudad, calificada como “despoblada”. En ese proceso de reconstrucción urbana, los agemíes de Toledo tuvieron un papel fundamental, especialmente en la labor constructiva de las murallas. Sin embargo, puesto que Zamora se encontraba cerca de la cabecera de la antigua calzada romana que unía Mérida con Astorga, es muy posible que los nuevos habitantes establecidos como repobladores, y que en las crónicas islámicas se califican como ‘fronterizos’, no fueran exclusivamente de origen toledano, sino también de origen extremeño. La misma composición del conjunto numismático parece avalar esta propuesta".
El estudio del lote de moneda de plata andalusí que presentan en su trabajo Cruces Blázquez Cerrato, doctora en Historia y profesora titular del Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Universidad de Salamanca, y Alberto Martín Esquivel, doctorando vinculado a este mismo departamento (los dos investigadores de Hesperia, el grupo de Investigación sobre la Península Ibérica en la Antigüedad y ATAEMHIS) contribuye a aclarar el panorama histórico de Zamora durante la etapa altomedieval.
Este "tesorillo" recuperado durante la intervención arqueológica desarrollada en el año 2008 en el solar donde posteriormente se ha construido el edifcio del Consejo Consultivo, zona intramuros de la ciudad medieval, correspondiente al solar ocupado por el antiguo Convento de las Adoratrices, en pleno casco histórico de Zamora, "ha permitido constatar una secuencia extensa y continuada hasta época contemporánea".
Los trabajos arqueológicos, desarrollados sobre una extensión de 2.800 m2, han proporcionado unas 17.000 piezas, que abarcan desde época prehistórica hasta la actualidad. El bloque más signifcativo de materiales, según indican en su estudio, "corresponde a fragmentos cerámicos, de los que el 40 %, presenta características relacionables con producciones andalusíes".
A pesar de que la mayoría aún está en estudio, "el análisis inicial de estos materiales ha proporcionado una perspectiva notablemente diferente de la historia de esta ciudad, respecto a la aceptada tradicionalmente y derivada exclusivamente de las fuentes escritas", aunque, según señalan en su estudio, este "no es el único hallazgo de moneda musulmana en Zamora, aunque su emisión es bastante posterior, recordamos la presencia de una dobla nazarí de Muhammad IX (1419-1453 d. C.) en el conjunto recuperado en la plaza de Arias Gonzalo".
Restos encontrados en el yacimiento
Además de las monedas, en este yacimiento se han documentado "algunos fragmentos de materiales constructivos, concretamente de tejas y adobes. También se han recuperado restos de producciones cerámicas andalusíes bruñidas y pintadas. Pero en ese mismo echadizo, aparecieron otros ejemplares de cerámica común de cocina, de piezas para almacenamiento y de sigillata hispana tardía, que parecen asociarse a momentos tardoantiguos o romanos. También se han hallado galbos torneados celtibéricos y, por último, otro lote más de cerámicas elaboradas a mano, lisas o con decoraciones, características de finales de la Edad del Bronce. Otros materiales localizados son varios elementos de bronce –fíbula, agujas, varillas, elemento tubular, placas, vástagos, remache, etc.– y otros líticos –un prisma de cuarzo, varias bolas, una afladera y un fragmento de molino circular–. Así, la cronología de estos materiales abarca desde fecha prehistórica indeterminada hasta la etapa medieval".
Este nuevo registro arqueológico "ha obligado a replantearse el panorama altomedieval de Zamora, confiriéndole una importancia a la presencia andalusí hasta hace poco totalmente insospechada. De hecho, el conjunto cerámico localizado en el Consultivo de Zamora es el mayor lote de cerámica hispanomusulmana del norte peninsular, con una cronología que parece arrancar del siglo VIII d. C. Todo ello hace cada vez más evidente la necesidad de rechazar la tradicional teoría del vacío estratégico del valle del Duero. De hecho, Zamora, para estos siglos, parece revelarse como un establecimiento con una población híbrida que pudo haber configurado el punto de partida de la expansión urbana que se produjo en el siglo XI".
Las monedas
El conjunto está compuesto por 3 dírhams completos, otros 2 que han sufrido algunos recortes y 5 fragmentos de monedas similares. El estado de conservación no es bueno, porque casi todas las monedas se presentan algo dobladas, gastadas y la mayoría, recortadas. De hecho, cuando se encontraron conformaban un pequeño bloque, debido a que los dírhams que estaban completos aparecieron plegados, adaptándose así a la superficie más reducida de las piezas recortadas y de los fragmentos (Fig. 3). Este tipo de deposición resulta frecuente para la moneda medieval, y especialmente la andalusí, ya que es facilitada por la propia delgadez de los fanes". "La disposición de las piezas, agrupadas unas sobre otras hasta adherirse, podría constituir un indicio de su introducción en un pequeño monedero o bolsa de material perecedero que el paso del tiempo ha hecho desaparecer".
"El dírham más antiguo es una acuñación de Abd al-Ra?m?n III, de los años centrales del siglo X d. C. La aportación principal, con dos dírhams completos y dos fragmentos, corresponde a emisiones de Al-?akam II datadas en las dos décadas siguientes, entre 963 y 976 d. C. Las monedas más tardías son dos piezas de Hiš?m II, una completa y otra que se presenta cortada a la mitad, que fueron acuñadas en las décadas fnales del siglo X d. C".
"Un aspecto signifcativo de este conjunto es que la mayor parte de los dírhams hallados en Zamora están fragmentados. De hecho, hay tres ejemplares que corresponden a recortes de la zona de la orla, indudablemente califales, pero sin posible adscripción a series ni a fechas concretas. Es frecuente encontrar la plata andalusí troceada ya desde época emiral y, sobre todo, en la califal. En esos momentos, el Estado no proporciona moneda fraccionaria y la fragmentación del numerario argénteo, el producido en mayores cantidades, es una respuesta de los usuarios para conseguir moneda de menor valor que facilite las transacciones cotidianas. La manipulación de las monedas estaba penada por el Estado; sin embargo, son varios los testimonios que mencionan pagos expresados en fracciones de dírham. Esto parece indicar que, a pesar de las prohibiciones, la población las fragmentaba para obtener denominaciones de menor valor y poder hacer frente a las necesidades cotidianas".
Valoración del hallazgo
Resulta evidente, para los dos investigadores, que la importancia de este hallazgo radica principalmente en que permite ampliar el área geográfica con presencia de moneda califal en la zona septentrional peninsular.
"Todos los indicios hacen pensar en que se trata de una pérdida fortuita de un pequeño monedero, en un sector habitacional, donde los gustos cerámicos revelan una notable convivencia o hibridación de la población cristiana y la andalusí. Sobre los posibles usuarios de este numerario poco se puede afinar. Sabemos que la población mozárabe alcanza en estas fechas en Zamora, tanto en la ciudad, como en el territorio de la actual provincia, un notable protagonismo. Según algunas fuentes, como la Crónica de Ibn Hayyán, Alfonso III (866-910) urbaniza, fortifca y repuebla a fnes del siglo IX esta ciudad, calificada como “despoblada”. En ese proceso de reconstrucción urbana, los agemíes de Toledo tuvieron un papel fundamental, especialmente en la labor constructiva de las murallas. Sin embargo, puesto que Zamora se encontraba cerca de la cabecera de la antigua calzada romana que unía Mérida con Astorga, es muy posible que los nuevos habitantes establecidos como repobladores, y que en las crónicas islámicas se califican como ‘fronterizos’, no fueran exclusivamente de origen toledano, sino también de origen extremeño. La misma composición del conjunto numismático parece avalar esta propuesta".
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