Miércoles, 22 de Octubre de 2025

Eugenio de Ávila
Lunes, 30 de Marzo de 2020
REPÚBLICO

Día helador para preparar el invierno económico

[Img #36960]Hoy, lunes, 30 de marzo, sentí el invierno en mi piel cuando salí a la calle, rumbo a la redacción, e incluso más cuando regresé. En el trayecto, reflexioné  sobre la epidemia, y me pregunté, sin hallar respuesta:  ¿Cómos se produjo ese virus de laboratorio en China, qué sucedió realmente, a qué se jugaba, existe un diseño de esta peste amarilla del siglo XXI, se halla en el contexto de la guerra comercial y tecnológica con USA con el objetivo de liderar el orden mundial en estas ocho décadas que nos quedan de centuria? No sé nada.  Pero tengo derecho a pensar mal, que no duele, porque puedo, además,  acertar. Solo soy un veterano periodista de provincias, que se pasó una década en el desempleo, porque un tipo que mandaba mucho en el PP, así lo consideró. La venganza del mediocre acomplejado.

Me preocupa, por supuesto, la pandemia, su hora, su mañana y su pasado. Me apena tantas muertes y las que aún reclamará el coronavirus. Pero, de vez en cuando, pienso, porque formo parte de esta ciudad, de su gente, de su sociedad, y soy un ciudadano español,  en el después de la pandemia. Como he escrito, este gobierno dual, que ha recogido el chantaje de los secesionistas vascos y catalanes, y el desafío del neocomunismo de Unidas Podemos, sabe hacer propaganda, erudito en vender arena en el desierto. Pablo Iglesias, que ama la excepcionalidad para asaltar los cielos, se preguntaba, no ha mucho tiempo, antes de ser casta: “¿Pedagogía o propaganda?” Y se respondía: “¡Propaganda! Ya educaremos cuando controlemos el Ministerio de Educación”. El único líder de Podemos, porque este partido es Iglesias, sin él, no existiría, me parece el político más sincero entre los españoles. No engaña a nadie. Llegó a afirmar que, si dirigía la televisión, sería el mejor regalo político que te pueden hacer...para ti la Consejería de Turismo. A mí dame los telediarios”. Diáfano.

Se colige que el actual escenario pandémico favorece los intereses de la rama de izquierda extrema que gobierna con el sanchismo. Pero el caudillo de Podemos no piensa en la resolución de esta crisis vírica, sino en el después. Poco a poco, ha ido convenciendo de sus tesis económicas a Pedro Sánchez, un político sin ideología, una imagen, antítesis del PSOE felipista, sin el bagaje cultural y social del Partido Socialista de la transición, de hecho los gerifaltes de antaño se han manifestado en contra de esta excrecencia, como lo demostró el director de El País más lígrimo e íntimo de González, Juan Luis Cebrián, hace tan solo unos días.

Las medidas adoptadas, con ciertos sobresaltos, contra autónomos y pymes desprenden un fuerte aroma a neocumunismo, a Iglesias. El objetivo consiste en generar tal caos económico que la sociedad española  se colapse, momento excepcional, al que aspira Pablo para tomar el poder, realizar sus sueños leninistas, concretarlos. En mi artículo de ayer noche transcribí sus reflexiones al respecto: “La alteración de todas las bases estructurales del poder, eso solamente puede ocurrir en momentos de excepción. Los comunistas y alargando esto  a la izquierda solo pueden tener éxito político en los momentos de excepción, en los momentos de tempestad. Y creo que la historia lo ha demostrado”.

Todo está dispuesto para que Pablo Iglesias y sus bolcheviques burgueses asalten los cielos. Mientras, la oposición guarda silencio. Solo autónomos y pequeños empresarios protestas y los economistas dibujan un panorama apocalíptico para España después de que el ejército del coronavirus sea derrotado: cuatro millones de parados en el próximo otoño. Ideal para aplicar medidas económicas totalitarias. Tiempo al tiempo. Y si el PSOE normal, el de los veteranos, el de González y Guerra, no reacciona, esta nación vivirá momentos decisivos en su historia. La excepcionalidad de la que hablaba el líder podemita ya está aquí.

Nos espera un duro invierno económico, como el de esta jornada del marzo agonizante, heladora, seca y contagiada de miedo, cobardía y pandemia.

Eugenio-Jesús de Ávila

Comentarios Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.116

Todavía no hay comentarios

Quizás también te interese...

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.