NOCTURNOS
Carisma y seducción
He conocido a mujeres muy hermosas durante la ya cansina vida que no me deja morirme en paz. Damas con enormes potenciales físicos e intelectuales. Ahora bien, por timidez, por apocamiento, vergüenza o modestia, jamás se atrevieron a potenciar sus virtudes, resaltar belleza, enfatizar talento y cultura.
También me ha sucedido todo lo contrario, que chicas sin demasiado atractivo lograsen seducir a hombres encantadores, cultivados, deseables. Hay féminas y caballeros con duende. Lo que también se denomina carisma, palabra que viene del latín, “charisma”, y esta del griego: agradar y hacer favores.
No sé sabe por qué pero hay personas con un magnetismo personal que seduce, encanta, desborda, conquista. Gente que sabe vestir, combinar colores, caminar, siempre con naturalidad, no de manera impostada; elegir perfume, calzado, palabras, forma de mirar, de hablar…de ser y estar.
Si esas virtudes se acompañan de educación exquisita, cultura, genio, personalidad y sensibilidad, el hombre o la mujer que las posean enamorarán a quién deseen, incluso a personas de su mismo género.
Yo me he enamorado de una mujer que camina con autoridad, que viste con elegancia, que destila clase y le encanta cultivar su espíritu, su mente, su alma. Pero yo no soy digno de que esa dama se enamore de mí. Huérfano de carisma, talento y estilo, nunca podré seducirla. Solo me permitirá ser su amigo.
Eugenio-Jesús de Ávila
He conocido a mujeres muy hermosas durante la ya cansina vida que no me deja morirme en paz. Damas con enormes potenciales físicos e intelectuales. Ahora bien, por timidez, por apocamiento, vergüenza o modestia, jamás se atrevieron a potenciar sus virtudes, resaltar belleza, enfatizar talento y cultura.
También me ha sucedido todo lo contrario, que chicas sin demasiado atractivo lograsen seducir a hombres encantadores, cultivados, deseables. Hay féminas y caballeros con duende. Lo que también se denomina carisma, palabra que viene del latín, “charisma”, y esta del griego: agradar y hacer favores.
No sé sabe por qué pero hay personas con un magnetismo personal que seduce, encanta, desborda, conquista. Gente que sabe vestir, combinar colores, caminar, siempre con naturalidad, no de manera impostada; elegir perfume, calzado, palabras, forma de mirar, de hablar…de ser y estar.
Si esas virtudes se acompañan de educación exquisita, cultura, genio, personalidad y sensibilidad, el hombre o la mujer que las posean enamorarán a quién deseen, incluso a personas de su mismo género.
Yo me he enamorado de una mujer que camina con autoridad, que viste con elegancia, que destila clase y le encanta cultivar su espíritu, su mente, su alma. Pero yo no soy digno de que esa dama se enamore de mí. Huérfano de carisma, talento y estilo, nunca podré seducirla. Solo me permitirá ser su amigo.
Eugenio-Jesús de Ávila
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