VILLALAR
23 de abril: ¿Una fecha para celebrar?
Cada 23 de abril celebramosen las llanuras de Villalar, este año no, y en nuestras ciudades, la fiesta de la Comunidad de Castilla-León conmemorando el final, poco feliz, del levantamiento comunero contra las pretensiones fiscales de Carlos I de sufragar sus campañas imperiales con nuestros impuestos. Las cabezas de Bravo, Padilla y Maldonado rodaron por el suelo castellano como colofón de dicho enfrentamiento. Corría el año 1521.
Elegir como “Fiesta Nacional” una derrota no nos hace originales. Hay cierto masoquismo en las gentes y parecemos orgullosos de los castigos históricos que se nos infligen. Cataluña (sin haberlo sometido a referéndum) celebra su Diada cada 11 de septiembre, recordatorio también de otra derrota, la sufrida en 1714 a manos del ejército borbónico de Felipe V. (que nos ha recordado el Conseller por el número de mascarillas recibidas: 1.714.000)
Quienes ostentaban el poder, en aquel tiempo absoluto, dirigían los destinos de la gente sin tenerlos en cuenta. No consentían salidas de tono y ponían todo su empeño en impedir cualquier crítica con que "la plebe" manifestara lo que no les pareciera bien, más si con sus manifestaciones ponían en duda el poder absoluto del rey.
No ha cambiado la historia demasiado. Las armas no son las mismas, ni se lucha en campo abierto. Ahora se ataca con decretos y un endurecimiento de las condiciones de vida de los humildes, favoreciendo siempre al capital. Las víctimas continúan siendo las mismas, la clase más humilde. Se critica, desde la derecha, el Ingreso Mínimo vital, única forma, el carecer de ingresos, de seguir teniendo al pueblo llano, a los trabajadores que generan la riqueza, como súbditos entregados a la fuerza.
Se nos pide lo mismo que a los viejos comuneros, un esfuerzo económico y vital con que satisfacer y solventar los desmanes, que no han cesado, de la banca y el haber ido llenando los bolsillos, demasiado tiempo, de corruptores y corrompidos. Eso sí, ahora que está al mando un gobierno de izquierdas en unas condiciones horribles por la explosión de pandemia del Covid19, todo son ataques y ninguna propuesta constructiva para solventar la gravedad sobrevenida por todo lo que ellos, cuando gobernaban, desmantelaron en su favor.
Cuando se estaba cortando ya la "sangría" social de esos años “horríbilis” de gobierno de derecha, nos ataca este otro mal, el virus, y vuelven a estar nuestras cabezas en peligro por el "jodido bicho" pero, desde luego, quien mejor nos va a defender, como mejor pueda, es el gobierno de coalición que ocupa ahora la Moncloa. Incluso con los errores que hayan cometido y cometerán y que ya tendremos tiempo de criticar, estarán siempre más a favor de la Vida que de la Bolsa. Francia, gobernada por el centro; Reino Unido, por la derecha o Estados Unidos, por la ultraderecha, desde luego, no lo están haciendo mejor que los nuestros, y veremos al final, quién cuida mejor de todos los ciudadanos.
Pero si al final, como en el siglo XVI, salen vencedores quienes sólo saben poner palos en las ruedas e impedir la mejor solución para que el Gobierno caiga, esos que sólo hablan de Venezuela. Si consiguen hacer comulgar a muchos con sus demagogias y mentiras, su victoria será nuestra derrota y tendremos otra fecha a celebrar, metafóricamente decapitados, como los viejos comuneros, en defensa de nuestros derechos, pero si no caemos en la trampa, habremos mantenido nuestra dignidad.
Marino Carazo Martín
Cada 23 de abril celebramosen las llanuras de Villalar, este año no, y en nuestras ciudades, la fiesta de la Comunidad de Castilla-León conmemorando el final, poco feliz, del levantamiento comunero contra las pretensiones fiscales de Carlos I de sufragar sus campañas imperiales con nuestros impuestos. Las cabezas de Bravo, Padilla y Maldonado rodaron por el suelo castellano como colofón de dicho enfrentamiento. Corría el año 1521.
Elegir como “Fiesta Nacional” una derrota no nos hace originales. Hay cierto masoquismo en las gentes y parecemos orgullosos de los castigos históricos que se nos infligen. Cataluña (sin haberlo sometido a referéndum) celebra su Diada cada 11 de septiembre, recordatorio también de otra derrota, la sufrida en 1714 a manos del ejército borbónico de Felipe V. (que nos ha recordado el Conseller por el número de mascarillas recibidas: 1.714.000)
Quienes ostentaban el poder, en aquel tiempo absoluto, dirigían los destinos de la gente sin tenerlos en cuenta. No consentían salidas de tono y ponían todo su empeño en impedir cualquier crítica con que "la plebe" manifestara lo que no les pareciera bien, más si con sus manifestaciones ponían en duda el poder absoluto del rey.
No ha cambiado la historia demasiado. Las armas no son las mismas, ni se lucha en campo abierto. Ahora se ataca con decretos y un endurecimiento de las condiciones de vida de los humildes, favoreciendo siempre al capital. Las víctimas continúan siendo las mismas, la clase más humilde. Se critica, desde la derecha, el Ingreso Mínimo vital, única forma, el carecer de ingresos, de seguir teniendo al pueblo llano, a los trabajadores que generan la riqueza, como súbditos entregados a la fuerza.
Se nos pide lo mismo que a los viejos comuneros, un esfuerzo económico y vital con que satisfacer y solventar los desmanes, que no han cesado, de la banca y el haber ido llenando los bolsillos, demasiado tiempo, de corruptores y corrompidos. Eso sí, ahora que está al mando un gobierno de izquierdas en unas condiciones horribles por la explosión de pandemia del Covid19, todo son ataques y ninguna propuesta constructiva para solventar la gravedad sobrevenida por todo lo que ellos, cuando gobernaban, desmantelaron en su favor.
Cuando se estaba cortando ya la "sangría" social de esos años “horríbilis” de gobierno de derecha, nos ataca este otro mal, el virus, y vuelven a estar nuestras cabezas en peligro por el "jodido bicho" pero, desde luego, quien mejor nos va a defender, como mejor pueda, es el gobierno de coalición que ocupa ahora la Moncloa. Incluso con los errores que hayan cometido y cometerán y que ya tendremos tiempo de criticar, estarán siempre más a favor de la Vida que de la Bolsa. Francia, gobernada por el centro; Reino Unido, por la derecha o Estados Unidos, por la ultraderecha, desde luego, no lo están haciendo mejor que los nuestros, y veremos al final, quién cuida mejor de todos los ciudadanos.
Pero si al final, como en el siglo XVI, salen vencedores quienes sólo saben poner palos en las ruedas e impedir la mejor solución para que el Gobierno caiga, esos que sólo hablan de Venezuela. Si consiguen hacer comulgar a muchos con sus demagogias y mentiras, su victoria será nuestra derrota y tendremos otra fecha a celebrar, metafóricamente decapitados, como los viejos comuneros, en defensa de nuestros derechos, pero si no caemos en la trampa, habremos mantenido nuestra dignidad.
Marino Carazo Martín
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