REPÚBLICO
Epi Sánchez y Blas Iglesias, protagonistas de este Barrio Sésamo que es España
No se ganan, se heredan, elegancia y blasón”. Pablo Iglesias ni heredó elegancia, ni blasón, solo doctrina, ideología, la que más muertos causó entre los seres humanos. Él, quizá porque lo heredó, odia a la burguesía, aun siendo burgués en su manera de vivir. Las revoluciones contemporáneas, todas, las dirigieron burgueses y aristócratas desclasados. Entre los bolcheviques había algún noble polaco, como Dzerzhinski, fundador de la salvaje policía soviética. El líder de Unidas Podemos admira a Lenin. Yo creo que ignora el genocidio provocado por este sociópata o es mala persona. O computa ambos vicios en su espalda.
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias son nuestros Epi y Blas. En Zamora, gozamos, en su momento también de otros Epi y Blas, en las personas de Martínez-Maíllo y García Carnero, otros dos maestros de la política provincial y nacional.
El comunista de la mansión, de la dacha de Galapagar, se dirigió ayer a los niños y las niñas, que son muchos y muchas, vosotros y vosotras, desde La Moncloa. No creo que ningún infante, ni infanta, Sofía estaba leyendo el Quijote, libro que quizá Blas no habrá leído en su vida, porque se la pasó leyendo El Capital, un coñazo que no entendería, o “Materialismo e Empirocriticismo”, de Vladimir Illich, otro pestiño, lo escucharan.
Epi, mientras, permite a Blas que falte al respeto a los ministros socialistas, a la Justicia, a la Monarquía y…la madre que me parió. Yo creo que lo utiliza para no quemarse él. Cuando sea menester, cuando el régimen huela a totalitarismo, que es un hedor horrible, a hambrunas, checas, cierre de periódicos, emisoras y televisiones libres -¿hay algunas?-, cartillas de racionamiento, prohibiciones de salir del país e incluso de ciudad, pueblo y provincia, Sánchez provocará una crisis de gobierno para soltar este lastre anacrónico que es el comunismo, padre de todos los totalitarismos del siglo XX, prohibido en Alemania, nación que soportó, a un precio inolvidable, comunismo y nacionalsocialismo.
España se ha convertido en un Barrio Sésamo, el programa preferido de Epi Sánchez y Blas Iglesias, dos marionetas de la política, en la deriva hacia el abismo de la nación más antigua de Europa.¡Bastante hubo con la dictadura de Franco para tolerar una más atroz, la comunista de esta burguesía desclasada!
No obstante, antes de marcharse a la zahúrda de la historia, este Gobierno, tan republicano, paradojas políticas, podría recibir el Premio Princesa de Asturias, porque el padre Ángel así lo propondrá…¡Váyase al infierno, señor cura, no nos haga comulgar con las ruedas de un molino sin agua!
Eugenio-Jesús de Ávila
No se ganan, se heredan, elegancia y blasón”. Pablo Iglesias ni heredó elegancia, ni blasón, solo doctrina, ideología, la que más muertos causó entre los seres humanos. Él, quizá porque lo heredó, odia a la burguesía, aun siendo burgués en su manera de vivir. Las revoluciones contemporáneas, todas, las dirigieron burgueses y aristócratas desclasados. Entre los bolcheviques había algún noble polaco, como Dzerzhinski, fundador de la salvaje policía soviética. El líder de Unidas Podemos admira a Lenin. Yo creo que ignora el genocidio provocado por este sociópata o es mala persona. O computa ambos vicios en su espalda.
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias son nuestros Epi y Blas. En Zamora, gozamos, en su momento también de otros Epi y Blas, en las personas de Martínez-Maíllo y García Carnero, otros dos maestros de la política provincial y nacional.
El comunista de la mansión, de la dacha de Galapagar, se dirigió ayer a los niños y las niñas, que son muchos y muchas, vosotros y vosotras, desde La Moncloa. No creo que ningún infante, ni infanta, Sofía estaba leyendo el Quijote, libro que quizá Blas no habrá leído en su vida, porque se la pasó leyendo El Capital, un coñazo que no entendería, o “Materialismo e Empirocriticismo”, de Vladimir Illich, otro pestiño, lo escucharan.
Epi, mientras, permite a Blas que falte al respeto a los ministros socialistas, a la Justicia, a la Monarquía y…la madre que me parió. Yo creo que lo utiliza para no quemarse él. Cuando sea menester, cuando el régimen huela a totalitarismo, que es un hedor horrible, a hambrunas, checas, cierre de periódicos, emisoras y televisiones libres -¿hay algunas?-, cartillas de racionamiento, prohibiciones de salir del país e incluso de ciudad, pueblo y provincia, Sánchez provocará una crisis de gobierno para soltar este lastre anacrónico que es el comunismo, padre de todos los totalitarismos del siglo XX, prohibido en Alemania, nación que soportó, a un precio inolvidable, comunismo y nacionalsocialismo.
España se ha convertido en un Barrio Sésamo, el programa preferido de Epi Sánchez y Blas Iglesias, dos marionetas de la política, en la deriva hacia el abismo de la nación más antigua de Europa.¡Bastante hubo con la dictadura de Franco para tolerar una más atroz, la comunista de esta burguesía desclasada!
No obstante, antes de marcharse a la zahúrda de la historia, este Gobierno, tan republicano, paradojas políticas, podría recibir el Premio Princesa de Asturias, porque el padre Ángel así lo propondrá…¡Váyase al infierno, señor cura, no nos haga comulgar con las ruedas de un molino sin agua!
Eugenio-Jesús de Ávila
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