Acoso y derribo al futuro empresarial de Zamora

Este coronavirus ha descubierto que ser de izquierdas o de derechas no implica capacidad de gestión.  El que toma el poder miente para conservarlo. Sánchez es el doctor del embuste. Engaña a todo el mundo, incluso a sí mismo. Sabe, además, que convive con su enemigo ideológico, Pablo Iglesias. El comunismo, también en España, eliminó, cuando se los permitieron las circunstancias, al socialismo. Por supuesto, en primer término, en Rusia.

Pero, en nuestro ámbito local, también, después de la pandemia vírica, conoceremos momentos graves para nuestra economía. En mi artículo de ayer, mencioné, al final del texto, a Zamora10, quizá el movimiento más interesante que se generó en nuestra provincia durante el periodo democrático. Estaban casi todos. No obstante, desde el principio, hubo una quinta columna, zapa que ha ido excavando el edificio de esta organización, destruyendo desde dentro, horadando su futuro. Empresarios cercanos a Martín Pozo, cuando ordenaba y mandaba en la Diputación, destacaron en este trabajo, más otras organizaciones que estaban ahí, pero nunca creyeron en la labor de Zamora10.

Si el trabajo  de ese magnífico profesional y zamorano lígrimo que es Francisco Prieto Toranzo, su gerente, ha dado frutos, se debe a la apuesta decidida de Caja Rural, liderada por su director general, Cipriano García, y su director de Comunicación, Narciso Prieto. Pero el mal nunca descansa. Ya lo comentó Einstein en su tiempo: “Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro”. Y si Zamora10 se muere, esta ciudad y su provincia habrán firmado su sentencia de muerte definitiva. Quizá, en un futuro no muy lejano, esta crisis vírica y económica dé lugar a otra organización del Estado y de las autonomías, que acabará con las provincias tal y como las diseño Javier de Burgos en 1833, secretario de Estado de Fomento. Sobrarán, pues, funcionarios en la capital de una provincia que ya no será.

Pediría a Cipriano García Rodríguez, perfecto conocedor de la economía provincial, que aceleré, que exija, que provoque una profunda catarsis en esa organización, y los que no creen en ella, den la cara y expliquen las razones de sus animadversión hacia este organismo, si es envidia, torpeza, estupidez, reacción ante el progreso o superior inteligencia. No va más. Si Zamora10 pierde esta batalla doméstica, nos quedaremos sin voz, sin bazas, sin nada, como un espantapájaros en un campo yermo.

Eugenio-Jesús de Ávila