Martes, 23 de Septiembre de 2025

Eugenio de Ávila 1
Viernes, 15 de Mayo de 2020
REPÚBLICO

Ideas y proyectos, ocurrencias y propaganda

[Img #39220]Un político es una persona, hombre o mujer, al que el pueblo vota, tras ser elegido por la elite de su partido para ocupar determinado cargo en cualquiera de las instituciones del Estado.  Usted solo sanciona con su voto en la urna. Su labor consiste en administrar nuestro dinero, que siempre es privado, pero que se convierte en público, y priorizar gastos con toda la cosecha de impuestos que el ciudadano se ve obligado a pagar. En España, trabajamos unos siete meses para mantener todas las estructuras del Estado y abonar el salario de los denominados administradores de la res pública: presidente del Gobierno, ministros, diputados, senadores, presidentes de comunidades autónomas, nada menos que 17; consejeros, procuradores, alcaldes de capitales de ciudades y diputaciones. Toda una caterva de políticos.

Se le exige a este personal que, como digo, no elegimos, sino que rubricamos su elección por parte de una casta de las respectivas formaciones, honradez en la administración de ese dinero que es nuestro, de todos los españoles, y que no pronuncie ni una sola mentira, ni tan si quiera piadosa. Como el valor en el Ejército, integridad y verdad se le supone a toda autoridad pública. 

Además de esos principios,  que deberían ser comunes a todos los políticos, de derecha, de izquierda o medio pensionista,  e intentar  después mejorar la calidad de  vida de todos los ciudadanos.  ¿Cómo? Sencillo: gestionar que es un verbo que se proyecta sobre la administración, organización y funcionamiento del Estado. Este Gobierno socialcomunista ha demostrado su analfabetismo en la gestión, pero, a su vez, su doctorado en la propaganda.

Lo que distingue al gran político del mediocre, como sucede en otras profesiones, radica en su capacidad para producir ideas y proyectos. Este ejecutivo tiene ideas del primer fascismo, que coincidirían con el Programa de San Sepolcro de Mussolini, como, verbigracia: “Un fuerte impuesto extraordinario sobre el capital con carácter progresivo que tenga la forma de una verdadera expropiación de todas las riquezas”. También del leninismo, doctrina heterodoxa del marxismo, como, por ejemplo: “Para abolir el beneficio empresarial habrá que expropiar a los patronos, cuyos beneficios provienen precisamente de que han monopolizado los medios de producción”.

Pero un asunto es parir ideas y otro fabricar ocurrencias. Pedro Sánchez y sus cuates son artesanos de la improvisación, de la publicidad, del proselitismo. Ahí no hay inteligencia para crear el bien. Solo existe talento para el beneficio propio, que es el egoísmo y la permanencia en el poder, siempre reaccionaria. Cada día tiene su afán para agredir a los empresarios del turismo, como Garzón, el ministro comunista del Consumo, oxímoron de extraordinario calado, un chiste de Eugenio; bien para despreciar la tauromaquia, como demostró hoy Iglesias, un hombre con coleta, al que le “incomoda enormemente” que se reivindiquen las corridas de toro como “algo cultural”.  Sus críticas solo buscan ir demoliendo la democracia burguesa: monarquía parlamentaria, prensa independiente, propiedad, autónomos  e Iglesia. Después acontecerá la dictadura del proletariado,  pastoreado por la burguesía, la suya.

Al respecto circula por ciertos medios un carta del PSOE, que, en cada provincia, firma un socialista de la tierra, en la que carga contra la estructura católica. Aquí ya la publicó ese diario que siempre ordeña a la vaca que da leche, popular en su momento, cuando Maíllo y Pozo mandaban en la Diputación; Izquierda Unida ahora, y, PSOE, en el ámbito nacional. Un servidor es un ateo racional que nunca perseguirá a un creyente.

Esa caterva es la que gobierna España. Pero, por fortuna, los políticos zamoranos sí ofrecen ideas, proyectos, cambios. Lo hace Guarido y sus muchachada en el Ayuntamiento, con sus toques de distinción autoritarios, muy humanos, con sus programas Relan-Za para viviendas y alquileres, y, por supuesto, Francisco J. Requejo, presidente de la Diputación, que, como joven empresario, conoce lo que es llevar un negocio en nuestra tierra. Esta mañana presentó un portal Web para la venta y promoción de productos de calidad de la provincia. Y, desde que se confirmó la pandemia, no ceja de pensar en qué hacer para que la economía zamorana no se desmorone, quiebre, cruja.

La gente que administra la Casa de las Panaderas puede ser lo que les dé la real gana. Pero no persiguen a nadie. Por el contrario, eruditos en economía local, saben que esta ciudad no saldrá adelante si su comercio, ya enfermo de gravedad antes de la pandemia vírica, recibe la puntilla, y si el sector de hostelería y el turismo se colapsa. Porque sin tiendas abiertas, ni terrazas, Zamora recibirá sagrada sepultura.

Si hay ideas, hay buenos políticos y futuro; si solo existe la ocurrencia y la propaganda, significará que nos gobiernan  unos “piernas” que nos recluirán en la ergástula de la historia.

Eugenio-Jesús de Ávila

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  • Gonzalo Julián

    Gonzalo Julián | Sábado, 16 de Mayo de 2020 a las 00:14:57 horas

    Reitero aquí mi felicitación a nuestra Diputación por la iniciativa de ayuda a nuestros productores, unidos por la "CALIDAD"
    Animo, a estas pequeñas empresas de Zamora, a tener en cuenta esta oferta para dar a conocer y, sobré todo, dar salida a SUS PRODUCTOS... y lejos de aquí.
    Suerte a unos y otros.

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