OPINIÓN
Quién eres tú para decidir por mí, por los míos, Pablo, Antonio, Juan...

No importa, de qué sea, de un partido u otro, me da igual, esto es nuevo, para todos, llevamos tres meses y pico de conocimiento del bicho y creo que ya hay suficientes datos como para dejar de decir tonterías. Es cierto que cada uno tiene un punto de vista para interpretar las cosas, pero, en estos tres meses, en España, se ha demostrado que no estamos preparados sanitariamente, por las causas que sean, da igual, como para afrontar mucha gente infectada, porque si no, serían muchos y yo no estoy dispuesta a perder a nadie, prefiero quedarme en mi casa con mi negocio cerrado, viviendo, si fuera necesario, de la caridad, pero amo a mi gente y no quiero perder a nadie, ni siquiera a ti, que me estás leyendo, ni que tú pierdas a tu padre o a tu madre, a nadie.
En estos pocos meses, aunque algunos exijamos más y otros exijamos menos, hemos podido ver que ningún Gobierno está orgulloso de sus muertos, de los muertos que el coronavirus se ha cobrado, porque hablar de muertos es hablar de personas, que han muerto en soledad, sin esas familias que jamás podrán olvidar.
Cómo a estas alturas se puede pedir que nos contagiemos todos o nos expongamos todos, cuando no tenemos los medios suficientes para combatirlo, qué vamos a decidir, quién si y quién no va a vivir. Quién tiene la capacidad de decidir sobre mi vida o la tuya, quién tiene la capacidad de decidir sobre tu padre o tu madre o sobre tu hijo o el de tu vecina...
Por qué no me extraña ver a estas personas: sanitarios, celadores administrativos, personal de limpieza, residencias, albergues, personal de pompas fúnebres (tiene que haber sido terrorífico para ellos, aunque sea su trabajo), llorando por los pasillos, en sus coches, en sus casas... ellos, todos los que se están enfrentando día a día a esas personas que están falleciendo, a las que han tratado, a las que han intentado sacar adelante con todos los medios disponibles a su alcance. Lo han dado todo, de ahí su alta exposición y sus contagios.
Por qué esta tan fácil ver las cosas a través de las noticias sin darnos cuenta de que nosotros somos la noticia, de que esta vez este "primer mundo" es el protagonista de la pandemia, de que no están hablando de otros, que somos nosotros.
Y yo no quiero perder a nadie, lo he dicho antes, tampoco quiero que lo pierdas tú.
Llamame egoísta, llámame lo que te dé la gana, pero ni uno más, lo que se va para siempre no vuelve y soy tan egoísta que lo quiero conmigo, no en mi recuerdo.
No importa, de qué sea, de un partido u otro, me da igual, esto es nuevo, para todos, llevamos tres meses y pico de conocimiento del bicho y creo que ya hay suficientes datos como para dejar de decir tonterías. Es cierto que cada uno tiene un punto de vista para interpretar las cosas, pero, en estos tres meses, en España, se ha demostrado que no estamos preparados sanitariamente, por las causas que sean, da igual, como para afrontar mucha gente infectada, porque si no, serían muchos y yo no estoy dispuesta a perder a nadie, prefiero quedarme en mi casa con mi negocio cerrado, viviendo, si fuera necesario, de la caridad, pero amo a mi gente y no quiero perder a nadie, ni siquiera a ti, que me estás leyendo, ni que tú pierdas a tu padre o a tu madre, a nadie.
En estos pocos meses, aunque algunos exijamos más y otros exijamos menos, hemos podido ver que ningún Gobierno está orgulloso de sus muertos, de los muertos que el coronavirus se ha cobrado, porque hablar de muertos es hablar de personas, que han muerto en soledad, sin esas familias que jamás podrán olvidar.
Cómo a estas alturas se puede pedir que nos contagiemos todos o nos expongamos todos, cuando no tenemos los medios suficientes para combatirlo, qué vamos a decidir, quién si y quién no va a vivir. Quién tiene la capacidad de decidir sobre mi vida o la tuya, quién tiene la capacidad de decidir sobre tu padre o tu madre o sobre tu hijo o el de tu vecina...
Por qué no me extraña ver a estas personas: sanitarios, celadores administrativos, personal de limpieza, residencias, albergues, personal de pompas fúnebres (tiene que haber sido terrorífico para ellos, aunque sea su trabajo), llorando por los pasillos, en sus coches, en sus casas... ellos, todos los que se están enfrentando día a día a esas personas que están falleciendo, a las que han tratado, a las que han intentado sacar adelante con todos los medios disponibles a su alcance. Lo han dado todo, de ahí su alta exposición y sus contagios.
Por qué esta tan fácil ver las cosas a través de las noticias sin darnos cuenta de que nosotros somos la noticia, de que esta vez este "primer mundo" es el protagonista de la pandemia, de que no están hablando de otros, que somos nosotros.
Y yo no quiero perder a nadie, lo he dicho antes, tampoco quiero que lo pierdas tú.
Llamame egoísta, llámame lo que te dé la gana, pero ni uno más, lo que se va para siempre no vuelve y soy tan egoísta que lo quiero conmigo, no en mi recuerdo.
Persona | Sábado, 16 de Mayo de 2020 a las 22:29:51 horas
Bonito mensaje
La vida siempre estará
Por encima de la economía
Solo así remontaremos
La fuerza de hoy
La felicidad de mañana
Gracias por tus palabras
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