Miércoles, 24 de Septiembre de 2025

Nélida L. Del Estal Sastre
Viernes, 22 de Mayo de 2020
CON LOS CINCO SENTIDOS

El boli "Bic" azul

[Img #39512] Estoy escribiendo notas sobre posibles relatos con un boli “bic” de los de siempre, de color azul. Me gusta escribir mis notas a mano, o irme de un lado a otro de la casa con mi grabadora en el bolsillo por si se me ocurre algo y, de camino a escribirlo, se me olvida. No sería la primera vez. Volviendo al boli “bic”, me viene a la cabeza el anuncio de marras de los años ochenta y toda la parafernalia que rodeó esa década en la que yo era poco más que una adolescente a la que le estaban creciendo las...Piernas.

Para mí fue, sin lugar a dudas, la mejor década musicalmente hablando. Lo de la ropa se acabó de joder en los noventa…Sin remedio. U2, A-ha, Spandau Ballet, Depeche Mode, Alphaville, Madonna, Michael Jackson, The Police, Wham, George Michael, Tears for Fears, The Alan Parsons Project...Y tantos otros. Creo que jamás habrá una década en la que se pueda aunar tanto talento y tan buena música en tan corto período de tiempo. Y fue mi década.

Si pensáis un poquito seguro que os salen más nombres de grupos y solistas porque fue una década prolífica y maravillosa en este y en muchos otros sentidos. Ahora se hace mucha mierda, todo intentando remedar sin éxito ni ganas lo que fue entonces. También hay grupos de calidad, pero ya no es lo mismo. Se me ocurren, a lo sumo, cinco o seis, no más…

En aquellos años ochenta y principios de los noventa bailamos mucho, con ganas y disfrutando cada segundo de cada canción en la pista de baile y pidiendo a dios que no acabara nunca la noche. ¡Otra vez!, le pedíamos al pinchadiscos como locas cuando la canción con la que queríamos ligar y casi lo estábamos consiguiendo, acababa… ¡Otra vez!, con el cubata en la mano y apoyada con dos amigas en la cabina poniendo morritos de “por favor, si me la pones otra vez, te pego un morreo de no te menees, pero luego”… ¿Qué tiempos, no? Esos que no volverán, pero nos hicieron tan felices que creíamos ser el centro del universo. Probablemente lo éramos para alguien en quien ni reparamos en su momento.

Cuánta gente nos pudo amar sin haberla conocido. Ya nunca lo sabremos, pero formaremos parte de su equipaje emocional, sin saberlo. Oportunidades que se perdieron por miedo al rechazo o por simple vergüenza. Ya nunca lo sabremos. Fueron buenos tiempos, en los que no teníamos más responsabilidad que llegar a casa sin hacer mucho ruido al entrar, ni tirar nada por el pasillo de camino a la habitación.

En mi caso, cuando la hora a la que llegaba no era la acordada, había una señora con muy mala hostia sentada en pijama en una silla en mitad del pasillo, a oscuras, claro. Esa voz, ronca y de ultratumba me decía a las tantas “mañana hablamos”. Pues vale, tanta monserga para decirme eso. Luego iba a la cocina, encendía la luz y me hacía el consabido mega bocadillo de nocilla con patatas fritas estrujadas, todo junto. Manjar de dioses cuando llegas baja de azúcar pero henchida de besos. Rico, rico. Más que un beso furtivo, o complemento ideal para tal beso. Aisss, recuerdos que ahora me vienen a la memoria y hacen que esboce una sonrisa.

Buenas noches ochenteros, compañeros y amigos. La mejor de las décadas es la nuestra. Eso sin lugar a dudas.

Comentarios Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.35

Todavía no hay comentarios

Quizás también te interese...

El Día de Zamora

Ir al contenido
Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.