PASIÓN POR ZAMORA
El proyecto de la Biorrefinería de Barcial cuenta aún con incansables enemigos
La mayor inversión privada que podría recibir nuestra provincia en toda su historia, la del proyecto que lidera el ingeniero zamorano Vicente Merino, ya tiene el capital que se necesitaba para construir, en Barcial del Barco, una Biorrefinería Multifuncional, como ayer informaba, en rigurosa primicia, El Día de Zamora, este periódico que ha dado cuenta de las principales nuevas acontecidas en nuestra tierra en la última década, desde la verdad del incidente protagonizado por Rosa Valdeón hasta la posible reutilización de Monte La Reina como instalación militar, sin entrar en otros menesteres de menor importancia.
A un servidor le parece la noticia más importante del siglo XXI para nuestra Zamora, y también lo hubiese sido de la anterior centuria. Pero este proyecto todavía cuenta con feroces enemigos en Pucela, políticos y ex políticos que ocupan importantes puestos, y en Zamora, entre una cierta clase empresarial, y, por supuesto, en la prensa, que ha minusvalorado esta información, relegándola a una llamada en portada. Se sabe a qué intereses obedecen esos medios. El que paga manda. Hay que ordeñar a la vaca que dé leche.
Ahora, la Diputación aguarda a una serie de trámites burocráticos, lógicos en toda institución pública que desee comprar unos terrenos privados para que en ellos se asiente una gran industria, que podría cambiar la historia y la economía de una provincia humillada y olvidada. Por supuesto, esos 300.000 euros, coste de ese erial de Barcial, no los pierde la Corporación Provincial, porque la empresa Magdala se los devolverá a su debido tiempo. Iberdrola también ha dado su palabra de honor, su palabra de multinacional de la energía, al presidente Requejo, un empresario que dirige la institución como persona libre e independiente y que cree en la empresa privada. Iberdrola le debe mucho a esta provincia. No regala nada. Pero se le agradecería la venta de esos terrenos baldíos.
No obstante, aviso que no todo está cerrado, porque los hijos de las tinieblas mantienen sus conspiraciones en el silencio. La Biorrefinería es un regalo para esta depauperada provincia. Pero, a su vez, rompería con el caciquismo económico que manejan cuatros gerifaltes, personajes reaccionarios y antiliberales, temerosos de la gran competencia que supondría la Biorrefinería de Merino. Convencido estoy que los agricultores y los ganaderos zamoranos mejorarán su nivel de vida cuando empiece a funcionar esta industria de Barcial del Barco.
Reitero. Ya hay un potente inversor, hecho que aquí, por parte de algunos periodistas al servicio de la reacción, de que todo siga igual, siempre ocasionó mofas y sarcasmo en sus textos y locuciones. Si, para desgracia de Zamora, se abortará esta colosal empresa que podría cambiar la economía provincial. Ojalá este proyecto vea la realidad a no tardar. Si no fuera así, alguien publicaría los nombres de los enemigos políticos y empresariales del progreso de nuestra tierra. Tiempo al tiempo. El mal, como se sabe, nunca descansa.
La mayor inversión privada que podría recibir nuestra provincia en toda su historia, la del proyecto que lidera el ingeniero zamorano Vicente Merino, ya tiene el capital que se necesitaba para construir, en Barcial del Barco, una Biorrefinería Multifuncional, como ayer informaba, en rigurosa primicia, El Día de Zamora, este periódico que ha dado cuenta de las principales nuevas acontecidas en nuestra tierra en la última década, desde la verdad del incidente protagonizado por Rosa Valdeón hasta la posible reutilización de Monte La Reina como instalación militar, sin entrar en otros menesteres de menor importancia.
A un servidor le parece la noticia más importante del siglo XXI para nuestra Zamora, y también lo hubiese sido de la anterior centuria. Pero este proyecto todavía cuenta con feroces enemigos en Pucela, políticos y ex políticos que ocupan importantes puestos, y en Zamora, entre una cierta clase empresarial, y, por supuesto, en la prensa, que ha minusvalorado esta información, relegándola a una llamada en portada. Se sabe a qué intereses obedecen esos medios. El que paga manda. Hay que ordeñar a la vaca que dé leche.
Ahora, la Diputación aguarda a una serie de trámites burocráticos, lógicos en toda institución pública que desee comprar unos terrenos privados para que en ellos se asiente una gran industria, que podría cambiar la historia y la economía de una provincia humillada y olvidada. Por supuesto, esos 300.000 euros, coste de ese erial de Barcial, no los pierde la Corporación Provincial, porque la empresa Magdala se los devolverá a su debido tiempo. Iberdrola también ha dado su palabra de honor, su palabra de multinacional de la energía, al presidente Requejo, un empresario que dirige la institución como persona libre e independiente y que cree en la empresa privada. Iberdrola le debe mucho a esta provincia. No regala nada. Pero se le agradecería la venta de esos terrenos baldíos.
No obstante, aviso que no todo está cerrado, porque los hijos de las tinieblas mantienen sus conspiraciones en el silencio. La Biorrefinería es un regalo para esta depauperada provincia. Pero, a su vez, rompería con el caciquismo económico que manejan cuatros gerifaltes, personajes reaccionarios y antiliberales, temerosos de la gran competencia que supondría la Biorrefinería de Merino. Convencido estoy que los agricultores y los ganaderos zamoranos mejorarán su nivel de vida cuando empiece a funcionar esta industria de Barcial del Barco.
Reitero. Ya hay un potente inversor, hecho que aquí, por parte de algunos periodistas al servicio de la reacción, de que todo siga igual, siempre ocasionó mofas y sarcasmo en sus textos y locuciones. Si, para desgracia de Zamora, se abortará esta colosal empresa que podría cambiar la economía provincial. Ojalá este proyecto vea la realidad a no tardar. Si no fuera así, alguien publicaría los nombres de los enemigos políticos y empresariales del progreso de nuestra tierra. Tiempo al tiempo. El mal, como se sabe, nunca descansa.



















Un contribuyente | Domingo, 24 de Mayo de 2020 a las 20:21:28 horas
Cuidado deben tener los enemigos en la sombra. El pueblo, ese puble zamorano castigado y vejado hasta la saciedad, está harto. Harto de tanto jerifalte inútil y bien pagado, harto de tanto político inútil y apsebrado, harto de tantos condicionales "se instalaría, asentaria, invertiria", harto de tanto traidor con piel de Cordero. Zamorsdenbe estar vigilante con la marcha de la biorrefineria y la implantación del campamento en M. la Reina. Caso de no conseguir lo prometido, habrá que asaltar el Palacio de Invierno.
Accede para votar (0) (0) Accede para responder