LITERATURA
Algo tiene la luna que nos hipnotiza
Después del Sol, la Luna es el cuerpo celeste que más llama la atención. El Sol representa a la unidad y la regularidad en sus ciclos, mientras que la Luna simboliza la irregularidad cíclica y la multiplicidad, esta característica dispar y variable, se manifiesta claramente en las diferentes fases lunares que se relacionan simbólicamente con los ritmos biológicos del nacimiento, el crecimiento, la mengua y la muerte.
El halo de misterio que rodea todo aquello que habita en la noche, la luz que desprende y el deseo con el que la ven los ojos del científico y del poeta, han convertido al único satélite de la Tierra en el centro de muchas teorías. Ha fascinado a la humanidad desde la antigüedad, y ha sido protagonista de ritos, mitos y leyendas. Desde el motivo de celebración de aquelarres de brujas perdidos en el tiempo, hasta el origen de las creencias de hombres lobo que se transforman con la luna llena. Y es esta fase de la luna, la que suele despertar más admiración y superstición, y la que me ha llevado a escribir sobre ella.
La frase “debe haber luna llena”, se ha mantenido extemporánea a través de los siglos en un intento de explicar la ocurrencia de hechos extraños durante la noche e incluso, para sobresaltar los periodos de locura que se apoderan de las personas. Aristóteles fue el primero en afirmar que existe una influencia directa entre la luna llena y la alteración que produce sobre el cerebro. Ya en la antigua Grecia se creía que el hombre estaba influenciado por el Sol y la mujer por la Luna y, en consecuencia, se estableció la teoría de que el periodo menstrual de la mujer tenía relación con nuestro satélite. Por eso se tiene la creencia que el ciclo menstrual es de 28 días igual que dura el ciclo lunar.
Para algunas personas la Luna Llena es el momento justo para tomar decisiones, para definir un punto de vista o una opción. Durante el s.XIX en Inglaterra, los abogados utilizan el “culpable por razón de la luna llena” como defensa de sus clientes para afirmar que no podían ser considerados responsables por actuar bajo la influencia de la luna.
Aunque todo el mundo está de acuerdo en que la Luna llena no puede transformar a las personas en hombres lobo, no son pocos los que acusan a nuestro satélite de provocar alteraciones en el sueño o, incluso, en nuestro organismo y nuestra mente. Probablemente habéis escuchado más de una vez como las determinadas estadísticas muestran una correlación con las fases de la luna con un aumento de personas que se suicidan, un aumento de la delincuencia o incluso determinadas catástrofes. Podríamos decir que la relación de las fases de la luna con la salud o el comportamiento ha dejado de ser un mito para ser una certeza real para mucha gente pero ¿Opinarán lo mismo los estudios científicos?
Emilia Casas Fernández.
Después del Sol, la Luna es el cuerpo celeste que más llama la atención. El Sol representa a la unidad y la regularidad en sus ciclos, mientras que la Luna simboliza la irregularidad cíclica y la multiplicidad, esta característica dispar y variable, se manifiesta claramente en las diferentes fases lunares que se relacionan simbólicamente con los ritmos biológicos del nacimiento, el crecimiento, la mengua y la muerte.
El halo de misterio que rodea todo aquello que habita en la noche, la luz que desprende y el deseo con el que la ven los ojos del científico y del poeta, han convertido al único satélite de la Tierra en el centro de muchas teorías. Ha fascinado a la humanidad desde la antigüedad, y ha sido protagonista de ritos, mitos y leyendas. Desde el motivo de celebración de aquelarres de brujas perdidos en el tiempo, hasta el origen de las creencias de hombres lobo que se transforman con la luna llena. Y es esta fase de la luna, la que suele despertar más admiración y superstición, y la que me ha llevado a escribir sobre ella.
La frase “debe haber luna llena”, se ha mantenido extemporánea a través de los siglos en un intento de explicar la ocurrencia de hechos extraños durante la noche e incluso, para sobresaltar los periodos de locura que se apoderan de las personas. Aristóteles fue el primero en afirmar que existe una influencia directa entre la luna llena y la alteración que produce sobre el cerebro. Ya en la antigua Grecia se creía que el hombre estaba influenciado por el Sol y la mujer por la Luna y, en consecuencia, se estableció la teoría de que el periodo menstrual de la mujer tenía relación con nuestro satélite. Por eso se tiene la creencia que el ciclo menstrual es de 28 días igual que dura el ciclo lunar.
Para algunas personas la Luna Llena es el momento justo para tomar decisiones, para definir un punto de vista o una opción. Durante el s.XIX en Inglaterra, los abogados utilizan el “culpable por razón de la luna llena” como defensa de sus clientes para afirmar que no podían ser considerados responsables por actuar bajo la influencia de la luna.
Aunque todo el mundo está de acuerdo en que la Luna llena no puede transformar a las personas en hombres lobo, no son pocos los que acusan a nuestro satélite de provocar alteraciones en el sueño o, incluso, en nuestro organismo y nuestra mente. Probablemente habéis escuchado más de una vez como las determinadas estadísticas muestran una correlación con las fases de la luna con un aumento de personas que se suicidan, un aumento de la delincuencia o incluso determinadas catástrofes. Podríamos decir que la relación de las fases de la luna con la salud o el comportamiento ha dejado de ser un mito para ser una certeza real para mucha gente pero ¿Opinarán lo mismo los estudios científicos?
Emilia Casas Fernández.
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