El progreso del cangrejo

Siempre se ha creído que Nerón estaba como un cencerro al atribuirle el incendio de Roma y que tocó su lira, cantando ante el espectáculo. Aun siendo un bulo histórico, no deja de ser una imagen que ha perdurado en el tiempo. Raro sería que no hiciera algo así el presidente del Gobierno desde Moncloa, dados los pronósticos psiquiátricos que se han realizado sobre su carácter. Las siguientes valoraciones fueron formuladas por la psicopedagoga Abigail Rodríguez en abril: “(…) trastorno de la personalidad narcisista y una personalidad psicopática (…) increíblemente camaleónico o multifacético simultáneo (…) amoral porque no está capacitado para distinguir lo que está bien de lo que está mal”. Tan endiosado se ve desde fuera que incluso llega -en su análisis- a compararlo con Dionisos, el dios griego del vino y la juerga. O Baco, para los romanos. Sabiéndolo, igual deberían llamar bacanales a sus reuniones del Consejo de Ministros.

¿Ser flor de un día o ser pino milenario? Ésa es la cuestión a la que se enfrentó Sánchez, recién retornado cual Teseo desde los infiernos. Y sus movimientos posteriores dan fe de cómo busca rebañar del reloj hasta el átomo más diminuto de tiempo. Si su gestión no da fruto abundante antes de volver a las urnas, más pronto que tarde, se acabará secando como la higuera maldita. Por mucho que la única flor probada en él brote de su pandero. Actuar coherentemente de higos a brevas no es garantía suficiente para seguir gozando de confianza. Por mucho que manipulen las encuestas tu imagen y la popularidad que suscitas. Nada hay oculto que no llegue a ver la luz. La tesis doctoral, el escándalo de los ERE, las polémicas ministeriales, la cifra total de fallecidos por la pandemia… ¡Quién iba a pensar que los ministros Huerta y Montón serían los más decentes del elenco al dimitir, viendo cómo sus compadres Celáa y Ábalos y Montero y Marlaska –entre otros– se aberronchan contra el rocaje vivo de sus carteras ministeriales!

Con las vergüenzas salen también los colores y de fuera vendrán quienes de casa te echarán. A buen seguro lo piensa este Gobierno con cada polémica de corresponsales extranjeros, ávidos de un producto básico que no sabe ofrecer como la verdad. ¿Recuerdan a la CNN y su pregunta sobre el estudio inexistente de la universidad John Hopkins? ¿O al periodista del New York Times cuando cuestionó el recuento de fallecidos por covid-19, afirmando que no conocía ningún otro país que quitara 2.000 muertos de la lista? No ampliar en casi dos semanas una cifra oficial cuando era lo habitual diariamente rechina demasiado. Por el humo se sabe dónde está el fuego y la chamusquina va camino de arrasar cuanto pille. Incluso a quienes esconden la mano por tirar la colilla donde no corresponde.

Ite, terrorem est. Finalizado el estado de alarma a nivel nacional, no cesa en las conciencias de quienes han visto superadas sus peores previsiones sobre la incapacidad de esta coalición. La zozobra generada en estos seis meses será una pantufla china, comparada con la acumulada dentro de cuatro años. Suponiendo que lleguen a aprobarse los PGE, el CIS siga hipnotizando al personal y la Justicia siga escurriendo el bulto en cuanto perjudique al nuevo régimen. Con Sánchez e Iglesias al frente, el pesar de nuestros pesares no será ciertamente el cesar de estos Césares. Lo malo de girar continuamente en la misma dirección es que sólo acabas trazando un círculo y no vas a ninguna parte. Que el cangrejo parezca caminar hacia atrás no significa que vea el futuro, sólo sabe mantener las distancias al ir de perfil. La Naturaleza es sabia.