Ni bozal ni mordaza

El regreso de Fernando VII a España, finalizada la guerra de Independencia, generó tal entusiasmo popular que se llegaron a desenganchar los caballos de su carroza y sus propios súbditos tiraron de ella. Esto puede servir de sólido argumento a republicanos para desengañar a sus conciudadanos sobre el papel de las coronas. Pero siempre es obligado recordarles que, por suerte, ni aquellos Borbones son los que tenemos en el siglo XXI ni esa monarquía despótica en ciernes era la parlamentaria establecida en la Constitución de 1978. Hoy el absolutismo no tiene porqué vincularse únicamente con monarcas o dictadores con uniformes militares y gafas de sol. Llegada la hora, cualquiera puede ser un peligro real para la democracia. Especialmente si pretendes o crees estar solo para defenderla.

Los "afortunados" que sirvieron de corceles al coche real gritaban "¡Viva las caenas!", en clara referencia a las que traía asomando el rey pródigo en su manga. Ésas con las que metió mano a los padres de la Pepa, sin importar que hubiesen luchado a su favor durante seis años. Hay que ser masoquista o desabrido para desear un mal colectivo, sin distinción alguna ni hacer exclusión de la propia persona. O quizás baste con estar debidamente desinformado, ignorante de posibilidades evidentes como cambios de parecer -propios de quien toca el poder sin haberlo creído nunca posible- y traiciones futuras. ¿Habrían gritado eso, sabiendo que el "Deseado" perseguiría a miles de españoles leales y gestaría un largo devenir de conflictos civiles por su proceder ladino?

Si hallan algún parecido inquietante entre los ilusos que coreaban a ese felón y los que le ríen las gracias a Sánchez, bienvenidos al club. Pa caenas las que tenemos con este PSOE, tan obsesionado por mantenerse que trata de ser pillado siempre entre Pinto y Valdemoro. ¿El escándalo del expresidente González y su presunta vinculación con los GAL? Ni sí ni no ni todo lo contrario, tan pronto guarda silencio como se opone. De toda la vida, el que calla otorga. Y demasiadas cosas han otorgado ya a sus "socios" como para quedarnos tranquilos.

Aquí hemos pasado del "Vivan las caenas" con un régimen absolutista monárquico al siniestro "¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte!", como telón de fondo al advenimiento de una dictadura militar; acabamos hoy con el "Viva el 8M" que pronunciara el Fénix de los Ingenuos, hace bien poco. Si pretende hacer borrón y cuenta nueva sobre el papel de ese día en el desarrollo del Covid-19, rana va a salirles el experimento. Veremos la asistencia del próximo año al macroevento y si tendrán la decencia de asumir su responsabilidad. Ningún poder debería quedar al alcance de un irresponsable.