LITERATURA
¿Por qué a la gente buena le pasan cosas malas?
Por lo general, todo el mundo se considera una buena persona. No conozco a nadie que diga: yo soy una mala persona. Sin embargo, si le preguntamos a aquellas personas a las que les caemos mal, seguramente dirán otra cosa. Para mí una buena persona es aquella que vive conforme a sus principios y valores. Además de esto, vive sin hacer daño intencional a otro ser vivo. Siendo así, muchos seres humanos se pueden considerar como buenos y tengo la plena certeza de que lo somos la mayoría de los que vivimos en este planeta.
Nadie duda hoy de que vivir es un proceso con etapas y con movimientos progresivos, regresivos y detenciones. Y a lo largo de este proceso, a las personas le pasan cosas, buenas y malas, desde su nacimiento. Estoy convencida de que, tanto tú como yo, nos hemos preguntado en varias ocasiones por qué a la gente buena le ocurren cosas malas. Pero la realidad es que las cosas malas le suceden a todos. La vida no se trata de pasar por aquello que creemos que nos corresponde, sino por lo que tenemos por delante, bueno o malo, sea lo que sea. Gran parte de lo que nos ocurre es consecuencia de nuestro modo de pensar, o por decirlo de otro modo, por todos los pensamientos que arrastramos y llevamos en nuestra mochila emocional; cosas que guardamos en nuestro interior y que nos llevan a ser las personas que somos.
El cerebro se siente muy atraído por las cosas malas y esto se explica porque tuvo que evolucionar en terrenos muy hostiles. Para sobrevivir debía estar muy atento a estos. Pero como siempre, todo tiene una solución. Por un lado hay que evitar alimentarnos en exceso de pesimismo y por otro incorporar conductas para limpiarlo. Es necesario aprender a sobrellevar cada instante, con sus alegrías y sus angustias, entender que nadie tiene una vida perfecta y que por más que lo intentemos será casi imposible que todo funcione como deseamos.
"Epícteto (filósofo griego que vivió gran parte de su vida como esclavo) hace 20 siglos dijo que lo importante es como reaccionas a lo que sucede, no lo que sucede".
Emilia Casas Fernández.
Por lo general, todo el mundo se considera una buena persona. No conozco a nadie que diga: yo soy una mala persona. Sin embargo, si le preguntamos a aquellas personas a las que les caemos mal, seguramente dirán otra cosa. Para mí una buena persona es aquella que vive conforme a sus principios y valores. Además de esto, vive sin hacer daño intencional a otro ser vivo. Siendo así, muchos seres humanos se pueden considerar como buenos y tengo la plena certeza de que lo somos la mayoría de los que vivimos en este planeta.
Nadie duda hoy de que vivir es un proceso con etapas y con movimientos progresivos, regresivos y detenciones. Y a lo largo de este proceso, a las personas le pasan cosas, buenas y malas, desde su nacimiento. Estoy convencida de que, tanto tú como yo, nos hemos preguntado en varias ocasiones por qué a la gente buena le ocurren cosas malas. Pero la realidad es que las cosas malas le suceden a todos. La vida no se trata de pasar por aquello que creemos que nos corresponde, sino por lo que tenemos por delante, bueno o malo, sea lo que sea. Gran parte de lo que nos ocurre es consecuencia de nuestro modo de pensar, o por decirlo de otro modo, por todos los pensamientos que arrastramos y llevamos en nuestra mochila emocional; cosas que guardamos en nuestro interior y que nos llevan a ser las personas que somos.
El cerebro se siente muy atraído por las cosas malas y esto se explica porque tuvo que evolucionar en terrenos muy hostiles. Para sobrevivir debía estar muy atento a estos. Pero como siempre, todo tiene una solución. Por un lado hay que evitar alimentarnos en exceso de pesimismo y por otro incorporar conductas para limpiarlo. Es necesario aprender a sobrellevar cada instante, con sus alegrías y sus angustias, entender que nadie tiene una vida perfecta y que por más que lo intentemos será casi imposible que todo funcione como deseamos.
"Epícteto (filósofo griego que vivió gran parte de su vida como esclavo) hace 20 siglos dijo que lo importante es como reaccionas a lo que sucede, no lo que sucede".
Emilia Casas Fernández.



























Clara | Lunes, 02 de Noviembre de 2020 a las 00:30:08 horas
Anna Frank no tuvo arte ni parte ni provocó ella misma "por su forma de pensar" las malas y nefastos actos de los nazis contra su vida y Vivio y murió sin saber por qué la trataron así, es justo.
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