CON LOS CINCO SENTIDOS
Ahora que me voy a dormir
Ahora que voy a dormir, me vienen a la cabeza miles de cosas. Cosas que aún me quedan por escribir, imágenes que retener en mi cabeza antes de que sea tarde y las olvide para siempre. El aroma de las flores que te encuentras por el camino mientras caminas distraída por el parque, una piedra con una rara forma que te recuerda a algo y guardas por si acaso en una cajita de lata...Una postal de un viaje largo a tierras lejanas. Un posavasos usado en una cervecería en la que te reíste tanto que te explotaba el pecho de puro placer compartido con amigos...Un amor que pasó sin pena ni gloria, pero te dejó cosas que aprender para la próxima aventura.
Ahora que me voy a dormir y quizá despierte en otra parte, entre otros brazos o en una nube, echaré de menos todas estas cosas tan mundanas que ahora me parecen insulsas. Voy a guardar en mi pequeña cajita de latón todo lo que me pueda llevar, todo lo que quepa apretujado en ella. Debo de ir ligera de equipaje. Para viajar libre, por fin, como el viento que mesa mis cabellos y roza mi rostro suavemente, con olor a flores, a las primeras de esta primavera extraña que se convertirá en verano sin darnos cuenta, sin haber olido el aroma que destilan las flores. Imaginándolas o viéndolas desde el quicio o el alféizar de la ventana. El olor del Río Duero que veo desde mi casa, sin poder introducir mis manos en él para refrescarme el cuello con sus gélidas aguas…
Ahora que me voy a dormir, quiero llevarme un pedazo de tí, amor de mi vida, un trozo de cielo en la tierra y unos libros de poemas de Lorca y Machado, para entretenerme en la espera de mi largo viaje a ninguna parte. También quiero llevarme el olor de la tierra mojada cuando sabes que arrancará a llover en cualquier instante, el olor de tu piel, y el de la ropa recién lavada. Una caricia de mi padre y un abrazo de mi hija con ese olor a miel y jabón de Alepo. Eso sí son cosas importantes, lo demás, es pura tontería que ya no importa porque no aporta más que la nada.
Buenas noches y que los sueños os sean tan bonitos que os levanten por la mañana con una sonrisa tonta en la cara, de pura satisfacción.
Nélida L. del Estal Sastre
Ahora que voy a dormir, me vienen a la cabeza miles de cosas. Cosas que aún me quedan por escribir, imágenes que retener en mi cabeza antes de que sea tarde y las olvide para siempre. El aroma de las flores que te encuentras por el camino mientras caminas distraída por el parque, una piedra con una rara forma que te recuerda a algo y guardas por si acaso en una cajita de lata...Una postal de un viaje largo a tierras lejanas. Un posavasos usado en una cervecería en la que te reíste tanto que te explotaba el pecho de puro placer compartido con amigos...Un amor que pasó sin pena ni gloria, pero te dejó cosas que aprender para la próxima aventura.
Ahora que me voy a dormir y quizá despierte en otra parte, entre otros brazos o en una nube, echaré de menos todas estas cosas tan mundanas que ahora me parecen insulsas. Voy a guardar en mi pequeña cajita de latón todo lo que me pueda llevar, todo lo que quepa apretujado en ella. Debo de ir ligera de equipaje. Para viajar libre, por fin, como el viento que mesa mis cabellos y roza mi rostro suavemente, con olor a flores, a las primeras de esta primavera extraña que se convertirá en verano sin darnos cuenta, sin haber olido el aroma que destilan las flores. Imaginándolas o viéndolas desde el quicio o el alféizar de la ventana. El olor del Río Duero que veo desde mi casa, sin poder introducir mis manos en él para refrescarme el cuello con sus gélidas aguas…
Ahora que me voy a dormir, quiero llevarme un pedazo de tí, amor de mi vida, un trozo de cielo en la tierra y unos libros de poemas de Lorca y Machado, para entretenerme en la espera de mi largo viaje a ninguna parte. También quiero llevarme el olor de la tierra mojada cuando sabes que arrancará a llover en cualquier instante, el olor de tu piel, y el de la ropa recién lavada. Una caricia de mi padre y un abrazo de mi hija con ese olor a miel y jabón de Alepo. Eso sí son cosas importantes, lo demás, es pura tontería que ya no importa porque no aporta más que la nada.
Buenas noches y que los sueños os sean tan bonitos que os levanten por la mañana con una sonrisa tonta en la cara, de pura satisfacción.
Nélida L. del Estal Sastre




















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