DESDE USA
Elecciones, coronavirus y un presidente delirante: explosivo cóctel
La cosa no pinta bien para las elecciones de noviembre próximo en los Estados Unidos. Tal y como comentábamos días atrás, el presidente Donald Trump está tejiendo estrategias que puedan postergar su mandato. En declaraciones recientes, de este jueves 30 de julio, Trump ha afirmado que hay que posponer las elecciones presidenciales debido al riesgo que representaría llevarlas a cabo usando un sistema de votos por correo.
Debido a la situación incontrolable con los contagios por coronavirus en el país, muchos estados han propuesto que las votaciones puedan efectuarse de manera remota, utilizando el servicio de correo postal para emitir y enviar los votos a los centros electorales.
Según las declaraciones de Trump, hechas a través de twitter:
“Con la votación universal por correo (no la votación en ausencia, la cual es buena), la del 2020 será la elección más INEXACTA Y FRAUDULENTA de la historia. Será una gran vergüenza para los Estados Unidos. ¿Retrasemos las elecciones hasta que la gente pueda votar de manera adecuada y segura?”[1].
Sin embargo, según la Constitución de los Estados Unidos, el presidente no tiene autoridad para posponer o cancelar las elecciones, y corresponde al Congreso de la nación determinar la fecha para llevar al cabo las votaciones, en caso de que se decidiera cambiarla del ya programado 3 de noviembre próximo.
Como apuntábamos el pasado 20 de julio[2], los estados podrían declarar inviables las elecciones por diferentes motivos y, por tanto, tendrían la capacidad de nominar a “su candidato presidencial”. Uno de estos motivos podría ser, tal y como están las cosas, que se declarara un estado de emergencia por la situación del coronavirus. Si eso llegase a ocurrir, Donald Trump tendría asegurada la presidencia para un segundo término porque la mayoría de los estados son republicanos, el partido al que pertenece el presidente.
En una audiencia con el comité de Justicia del Congreso este pasado martes 28 de julio, el Procurador General, William Barr aseguró que “no tenía motivos para pensar” que las próximas elecciones serán “manipuladas”. Sin embargo, y esto es lo preocupante, sí dijo que cree que si las elecciones se llevan al cabo por correo postal, “aumenta sustancialmente el riesgo de fraude”. Que el presidente afirme lo mismo dos días después no parece ser casual, dado el apoyo mayoritario de la Corte Suprema de Justicia al mandatario en estos momentos.
Todas las encuestas más recientes sobre intención de voto en este país le dan ventaja al candidato demócrata Joe Biden. En las 72 encuestas llevadas al cabo entre enero y junio del presente año, Biden tiene una ventaja de 5.9 puntos sobre Trump (solo una de las encuestas le da ventaja al actual presidente). En el mismo período, pero del 2016, cuando los candidatos eran Hillary Clinton por el Partido Demócrata y Donald Trump por el Republicano, Clinton llevaba una ventaja de 5.7 puntos en promedio en las 44 encuestas realizadas. Sin embargo, Trump triunfó en la contienda electoral de hace cuatro años. ¿Podría ocurrir lo mismo ahora?
Vamos por partes. La situación actual es mucho más complicada que en el 2016. En la pasada elección presidencial el país disfrutaba de una bonanza económica y de una estabilidad social que no tiene nada que ver con el panorama de estos días. Y en los Estados Unidos, como en todas partes, los votantes piensan antes con el bolsillo que con la razón.
Según acaba de informar la Oficina de Análisis Económico, la economía estadounidense se contrajo un 32.9% entre abril y junio, lo que se considera la peor caída registrada
La economía de Estados Unidos se contrajo a una tasa anual del 32,9% de abril a junio, su peor caída registrada histórica desde que se lleva cuenta del crecimiento económico en este país (desde 1947), dijo el jueves la Oficina de Análisis Económico. El número de personas desempleadas ha aumentado exponencialmente, mientras que el Senado ha disminuido el subsidio de desempleo de $600 a $200 a la semana. Con esa cantidad de dinero es casi imposible sobrevivir. La tasa de desempleo es la más alta en los últimos 80 años, desde que comenzó a llevarse una estadística al respecto.
A este panorama desolador se añade la crisis de salud provocada por el coronavirus. Hoy 30 de julio se cumplen seis meses exactos desde que el coronavirus fuera declarado una emergencia internacional de salud pública, y casi cuatro meses desde que en los Estados Unidos comenzaran a tomarse algunas medidas para controlar la propagación de la enfermedad. Sin embargo, el virus sigue sin control. Tan solo el martes hubo 1244 muertes a causa del covid–19, lo que hace de ese día el que más decesos ha registrado en el verano por esta causa. De manera acumulada, los números duelen: más de 4.5 millones de enfermos en los Estados Unidos; más de 153 mil muertes.
Por otra parte, a pocos días de que comiencen las clases en el país, y sin una estrategia definida de cómo será el próximo curso escolar, hay un temor fundado de que el contagio podría ser incluso mayor una vez que los niños y jóvenes regresen a las aulas. Aunque esta ha sido la esperanza de los administradores escolares, lo más probable y sensato, sin embargo, sería que las clases sean online.
La combinación de la crisis de salud y económica, la radicalización de los fundamentalismos políticos y una presidencia delirante, es un caldo de cultivo explosivo cuyos resultados es casi imposible de prever.
En el país, tradicionalmente dividido, el coronavirus se ha convertido en la última batalla política. Pero con el estado actual de las cosas, en esta batalla todos somos perdedores.
Damaris Puñaales-Alpízar
[1] Aquí el tweet original del presidente: https://twitter.com/realDonaldTrump/status/1288818160389558273
[2] Véase: http://eldiadezamora.es/art/28293/la-semana-en-resumen-en-usa
La cosa no pinta bien para las elecciones de noviembre próximo en los Estados Unidos. Tal y como comentábamos días atrás, el presidente Donald Trump está tejiendo estrategias que puedan postergar su mandato. En declaraciones recientes, de este jueves 30 de julio, Trump ha afirmado que hay que posponer las elecciones presidenciales debido al riesgo que representaría llevarlas a cabo usando un sistema de votos por correo.
Debido a la situación incontrolable con los contagios por coronavirus en el país, muchos estados han propuesto que las votaciones puedan efectuarse de manera remota, utilizando el servicio de correo postal para emitir y enviar los votos a los centros electorales.
Según las declaraciones de Trump, hechas a través de twitter:
“Con la votación universal por correo (no la votación en ausencia, la cual es buena), la del 2020 será la elección más INEXACTA Y FRAUDULENTA de la historia. Será una gran vergüenza para los Estados Unidos. ¿Retrasemos las elecciones hasta que la gente pueda votar de manera adecuada y segura?”[1].
Sin embargo, según la Constitución de los Estados Unidos, el presidente no tiene autoridad para posponer o cancelar las elecciones, y corresponde al Congreso de la nación determinar la fecha para llevar al cabo las votaciones, en caso de que se decidiera cambiarla del ya programado 3 de noviembre próximo.
Como apuntábamos el pasado 20 de julio[2], los estados podrían declarar inviables las elecciones por diferentes motivos y, por tanto, tendrían la capacidad de nominar a “su candidato presidencial”. Uno de estos motivos podría ser, tal y como están las cosas, que se declarara un estado de emergencia por la situación del coronavirus. Si eso llegase a ocurrir, Donald Trump tendría asegurada la presidencia para un segundo término porque la mayoría de los estados son republicanos, el partido al que pertenece el presidente.
En una audiencia con el comité de Justicia del Congreso este pasado martes 28 de julio, el Procurador General, William Barr aseguró que “no tenía motivos para pensar” que las próximas elecciones serán “manipuladas”. Sin embargo, y esto es lo preocupante, sí dijo que cree que si las elecciones se llevan al cabo por correo postal, “aumenta sustancialmente el riesgo de fraude”. Que el presidente afirme lo mismo dos días después no parece ser casual, dado el apoyo mayoritario de la Corte Suprema de Justicia al mandatario en estos momentos.
Todas las encuestas más recientes sobre intención de voto en este país le dan ventaja al candidato demócrata Joe Biden. En las 72 encuestas llevadas al cabo entre enero y junio del presente año, Biden tiene una ventaja de 5.9 puntos sobre Trump (solo una de las encuestas le da ventaja al actual presidente). En el mismo período, pero del 2016, cuando los candidatos eran Hillary Clinton por el Partido Demócrata y Donald Trump por el Republicano, Clinton llevaba una ventaja de 5.7 puntos en promedio en las 44 encuestas realizadas. Sin embargo, Trump triunfó en la contienda electoral de hace cuatro años. ¿Podría ocurrir lo mismo ahora?
Vamos por partes. La situación actual es mucho más complicada que en el 2016. En la pasada elección presidencial el país disfrutaba de una bonanza económica y de una estabilidad social que no tiene nada que ver con el panorama de estos días. Y en los Estados Unidos, como en todas partes, los votantes piensan antes con el bolsillo que con la razón.
Según acaba de informar la Oficina de Análisis Económico, la economía estadounidense se contrajo un 32.9% entre abril y junio, lo que se considera la peor caída registrada
La economía de Estados Unidos se contrajo a una tasa anual del 32,9% de abril a junio, su peor caída registrada histórica desde que se lleva cuenta del crecimiento económico en este país (desde 1947), dijo el jueves la Oficina de Análisis Económico. El número de personas desempleadas ha aumentado exponencialmente, mientras que el Senado ha disminuido el subsidio de desempleo de $600 a $200 a la semana. Con esa cantidad de dinero es casi imposible sobrevivir. La tasa de desempleo es la más alta en los últimos 80 años, desde que comenzó a llevarse una estadística al respecto.
A este panorama desolador se añade la crisis de salud provocada por el coronavirus. Hoy 30 de julio se cumplen seis meses exactos desde que el coronavirus fuera declarado una emergencia internacional de salud pública, y casi cuatro meses desde que en los Estados Unidos comenzaran a tomarse algunas medidas para controlar la propagación de la enfermedad. Sin embargo, el virus sigue sin control. Tan solo el martes hubo 1244 muertes a causa del covid–19, lo que hace de ese día el que más decesos ha registrado en el verano por esta causa. De manera acumulada, los números duelen: más de 4.5 millones de enfermos en los Estados Unidos; más de 153 mil muertes.
Por otra parte, a pocos días de que comiencen las clases en el país, y sin una estrategia definida de cómo será el próximo curso escolar, hay un temor fundado de que el contagio podría ser incluso mayor una vez que los niños y jóvenes regresen a las aulas. Aunque esta ha sido la esperanza de los administradores escolares, lo más probable y sensato, sin embargo, sería que las clases sean online.
La combinación de la crisis de salud y económica, la radicalización de los fundamentalismos políticos y una presidencia delirante, es un caldo de cultivo explosivo cuyos resultados es casi imposible de prever.
En el país, tradicionalmente dividido, el coronavirus se ha convertido en la última batalla política. Pero con el estado actual de las cosas, en esta batalla todos somos perdedores.
Damaris Puñaales-Alpízar
[1] Aquí el tweet original del presidente: https://twitter.com/realDonaldTrump/status/1288818160389558273
[2] Véase: http://eldiadezamora.es/art/28293/la-semana-en-resumen-en-usa




















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