TÍMIDA
Libertad y soledad
Soledad es una palabra que suele producir tristeza y miedo. Durante muchos años, la vida te va dando golpes, porque quiere que aprendas. Y no hay manera: repetimos, una y mil veces, los mismos errores, aferrándonos a ideas que no nos dejan ver lo bonito de las cosas. Y, en definitiva, todo es un aprendizaje.
Debemos darnos cuenta que a veces nos equivocamos. Resulta que estás rodeada de gente y te sigues sintiendo sola y sigues ahí martirizándote y diciéndote a ti misma que estás ahí, porque te da miedo la soledad. Pero, ¡si ya estás SOLA!
Es increíble la capacidad que tenemos los humanos para engañar o disfrazar una realidad, simplemente, por no querer enfrentarnos a ella. Aún así tenemos algo bueno, que consiste en que nos sabemos reinventar. Aunque tardemos, al final, lo hacemos, sobre todo, si tocas fondo, te levantas un día y empiezas a amar esa soledad que te parecía tan dañina; a echarle valor y empezar a ver tu propia realidad y darte cuenta que no es lo mismo estar sola que sentirte sola. Y vas y despiertas y te empiezas a querer y a descubrir cosas en ti que tenías anuladas por miedo.
¡Qué sensación más maravillosa es despertar y darte cuenta de que si no te sientes sola, nunca lo estarás! Descubrirás un mundo oculto maravilloso del que no eras consciente. Empiezas a valorar y disfrutar de todo y de todos; en una palabra, empiezas a vivir tu libertad como ser humano y sí, es cierto, compartir esa libertad con los demás es maravilloso, pero siempre desde el convencimiento de que la soledad no es mala, porque como tal no existe, porque nunca estarás solo, si estás en paz contigo mismo.
Creo que deberían ir ligadas estas dos palabras LIBERTAD y SOLEDAD, y el día que nos demos cuenta de ello seremos más libres y mejores personas.
Raquel Barroso
Soledad es una palabra que suele producir tristeza y miedo. Durante muchos años, la vida te va dando golpes, porque quiere que aprendas. Y no hay manera: repetimos, una y mil veces, los mismos errores, aferrándonos a ideas que no nos dejan ver lo bonito de las cosas. Y, en definitiva, todo es un aprendizaje.
Debemos darnos cuenta que a veces nos equivocamos. Resulta que estás rodeada de gente y te sigues sintiendo sola y sigues ahí martirizándote y diciéndote a ti misma que estás ahí, porque te da miedo la soledad. Pero, ¡si ya estás SOLA!
Es increíble la capacidad que tenemos los humanos para engañar o disfrazar una realidad, simplemente, por no querer enfrentarnos a ella. Aún así tenemos algo bueno, que consiste en que nos sabemos reinventar. Aunque tardemos, al final, lo hacemos, sobre todo, si tocas fondo, te levantas un día y empiezas a amar esa soledad que te parecía tan dañina; a echarle valor y empezar a ver tu propia realidad y darte cuenta que no es lo mismo estar sola que sentirte sola. Y vas y despiertas y te empiezas a querer y a descubrir cosas en ti que tenías anuladas por miedo.
¡Qué sensación más maravillosa es despertar y darte cuenta de que si no te sientes sola, nunca lo estarás! Descubrirás un mundo oculto maravilloso del que no eras consciente. Empiezas a valorar y disfrutar de todo y de todos; en una palabra, empiezas a vivir tu libertad como ser humano y sí, es cierto, compartir esa libertad con los demás es maravilloso, pero siempre desde el convencimiento de que la soledad no es mala, porque como tal no existe, porque nunca estarás solo, si estás en paz contigo mismo.
Creo que deberían ir ligadas estas dos palabras LIBERTAD y SOLEDAD, y el día que nos demos cuenta de ello seremos más libres y mejores personas.
Raquel Barroso


















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