Sábado, 20 de Diciembre de 2025

Irene Alfageme
Martes, 18 de Agosto de 2020
LA COLUMNA DE DOÑA ELVIRA

Oda al verano que no fue

"Oda al verano que no fue". Y no, no es plagio a la novela de Carlos del Amor: "El año sin verano", en la que este periodista y escritor menciona que en el año 1816 aconteció un "verano no verano": "En 1816, lord Byron y una Mary Shelley de 19 años, entre otros, pasaban sus vacaciones en Villa Diodati, Suiza. El verano no acudió a su cita por la erupción del Tambora, y el frío y la lluvia provocaron que apenas pudieran salir de la mansión (...) La primera entrada que se encuentra en Internet al teclear esa fecha señala que fue ´el año sin verano´, ´el año de la pobreza´, ´el verano que nunca fue´, ´el año que no hubo verano´(...)". Estas son unas de las líneas que, Del Amor, escribió en su libro. Unas líneas que pueden asemejarse a la situación actual; a este año 2020 tan querido por todos los ciudadanos del mundo, a los cuales escribo.

 

Un verano inexistente en el que la realidad tal y como la conocíamos ha cambiado. Un verano que si fuera novela, ese llamado COVID-19- coronavirus coloquialmente- sería ese protagonista malvado odiado por todos sus lectores. Un verano sin viajes, sin fiestas. Un año - generalmente- para recordar. Pero, el recuerdo y la nostalgia perdura en cada uno de los ciudadanos del mundo, y pueden - si hacen un esfuerzo- revivir cada uno de los estíos pasados, en los que: la brisa suave de las noches acaricia tu cara mientras estás sentado en un banco viendo anochecer; las pequeñas olas de aquel mar - que te recuerdan a las vacaciones de cuando eras pequeña- rozan tus pies haciéndote cosquillas; esas carreras a los columpios, situados en ese pequeño parque de tu pueblo- que normalmente nadie conoce-, que te hacen revivir la ilusión y la ignorancia de los tiempos de la infancia... un tiempo sin preocupaciones. Recuerdos que- por lo menos por un rato- te hacen olvidar que estás en el año 2020, ese año "sin verano" del que pronto sacarán una novela y será motivo de estudio en los libros de historia.

 

Las sensaciones que antes nombraba son de una época que, de momento, queda en el recuerdo. Pero, no todo está perdido. Las sensaciones que he mencionado anteriormente se pueden sentir a través del poder de la literatura y de los libros: viajar es posible sin salir de casa; un ejemplo es que seguramente- usted que está leyendo esto, a ti me dirijo- mientras estabas visualizando esas líneas, estabas pensando en tus vacaciones en el mar; en tu pueblo....; y, si no has ido a la playa, o vives en ciudad, seguramente hayas imaginado uno cualquiera; y, lo sé, porque el poder de la imaginación es así.

 

A través de los libros pueden viajar a cualquier época: a la Edad Media; a la Barcelona de los años 30; e incluso a Nueva York- donde te puedes pasear por sus calles en esos maravillosos años 50-. Cualquier época, país, ciudad... es posible si tú quieres imaginarlo. Por ello, este "verano que no fue" y esta oda que acabo de crear; esta alabanza al verano- que (casi) es una alabanza al poder de la literatura en estos tiempos en los que no viene mal crear un poco de nostalgia- ;echar de menos esos tiempos pasados, para así coger con más ganas, en un futuro, la antigua normalidad, y que, el término: "año sin verano", solamente quede reflejado en la novela de Carlos del Amor, en este texto que me he permitido escribir; y - seguramente- en los libros de historia del porvenir.

 

 

 

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