EGIPTO
El faraón hereje
En la historia del Antiguo Egipto existieron faraones para todos los gustos. Pero, sin duda, el que más me llama la atención desde niña es Amenofis IV (más conocido como Akenatón). Conforme a la leyenda egipcia, descendió de las deidades que llegaron a la Tierra en el instante de Zep Tepi. En los mitos viejos se decía que el planeta surgió de un mar infinito y sin vida cuando el Sol se levantó por primera vez en un tiempo lejano... La personalidad de Akenatón, y buena parte de su biografía siguen siendo un auténtico enigma para los egiptólogos. Su figura aparece representada con ciertos rasgos andróginos, rostro delgado, cintura marcada y vientre abultado, alimentando las teorías que sugieren que no podría haber sido un faraón cualquiera, si no un misterioso líder que vino del cielo.
Desde el principio de su reinado decidió desafiar todo el sistema de fe del Antiguo Egipto, además de realizar diversos cambios en la cultura y el arte. Se caracterizó por un pacifismo insólito: todos los hombres eran iguales en deberes y derechos y, en consecuencia, serían recompensados por sus buenos actos; lo que hizo temblar el poderoso imperio. Se alejó de la nobleza y un clero corrupto y enriquecido, buscando colaboradores entre la gente humilde. En uno de sus decretos reales suprime los privilegios jurídicos y fiscales de las clases privilegiadas, repartiendo parte de sus tierras entre los labradores que las trabajaban, prohibiendo su esclavitud. Arrodillarse ante el faraón también quedaba prohibido. A la par que elimina suntuosas ceremonias religiosas y costosos desfiles militares, establecía el matrimonio monógamo. Antes de su reinado, el arte se caracterizaba por la falta de realismo. Las personas a menudo se plasmaban con la cabeza de lado, de perfil, debido a la creencia popular de que las obras podrían cobrar vida y atacar a sus creadores. Mientras gobernó esto cambió. Los artistas egipcios comenzaron a pintar a las personas como realmente eran, un estilo que persistió después de su muerte, incluso cuando la política no lo hizo.
El clero y la oligarquía militar nunca le perdonaron su revolución religiosa y, cuando falleció, trataron de hacerlo desaparecer también de la historia por considerarlo un «falso faraón». A su muerte destruyeron sus templos y restauraron los antiguos cultos. Incluso borraron su nombre escrito con jeroglíficos de las columnas de los monumentos públicos. La revolución religiosa protagonizada por Akenatón fue borrada de la historia oficial, así como prácticamente todo lo que estuvo relacionado con él. Se convirtió en un susurro, en un verdadero fantasma dentro de la historia del Antiguo Egipto, hasta que a finales del siglo XIX los arqueólogos empezaron a descubrir restos de su historia, que por suerte, habían sobrevivido a la destrucción que de su memoria se había hecho tras su muerte.
En fin... compartido lo escrito y al hilo de lo narrado, solo me queda una cosa más que añadir. Egipto siempre ha sido un punto de referencia mágico. Los egipcios heredaron de Babilonia (que fue la primera cultura conocida occidental) toda las ciencias, la astrología, las matemáticas… Pero también “se dice” que no fue de Babilonia, sino tal vez de los atlantes, estos antiguos moradores del continente perdido de la Atlántida. “Se dice” que sus pirámides tal vez no fueron construidas para ser tumbas, sino centrales energéticas ya que la energía que captan es muy especial debido a su forma y orientación. Hay un vacío de conocimiento perdido de siglos entre los primeros egipcios y los de 3 siglos después. Es por éso que “se dice” que los antiguos atlantes u otros seres superiores inspiraron el imperio de las pirámides; pero luego desaparecen dejándolos a su destino. Creo que es importante cuestionarse por qué estamos aquí y pensar que hay algo más. Es importante buscarle un significado a la vida tanto si te dedicas a hacer algo que te apasiona o simplemente a trabajar para sobrevivir esperando llegar a tener un buen retiro.
Emilia Casas Fernández
En la historia del Antiguo Egipto existieron faraones para todos los gustos. Pero, sin duda, el que más me llama la atención desde niña es Amenofis IV (más conocido como Akenatón). Conforme a la leyenda egipcia, descendió de las deidades que llegaron a la Tierra en el instante de Zep Tepi. En los mitos viejos se decía que el planeta surgió de un mar infinito y sin vida cuando el Sol se levantó por primera vez en un tiempo lejano... La personalidad de Akenatón, y buena parte de su biografía siguen siendo un auténtico enigma para los egiptólogos. Su figura aparece representada con ciertos rasgos andróginos, rostro delgado, cintura marcada y vientre abultado, alimentando las teorías que sugieren que no podría haber sido un faraón cualquiera, si no un misterioso líder que vino del cielo.
Desde el principio de su reinado decidió desafiar todo el sistema de fe del Antiguo Egipto, además de realizar diversos cambios en la cultura y el arte. Se caracterizó por un pacifismo insólito: todos los hombres eran iguales en deberes y derechos y, en consecuencia, serían recompensados por sus buenos actos; lo que hizo temblar el poderoso imperio. Se alejó de la nobleza y un clero corrupto y enriquecido, buscando colaboradores entre la gente humilde. En uno de sus decretos reales suprime los privilegios jurídicos y fiscales de las clases privilegiadas, repartiendo parte de sus tierras entre los labradores que las trabajaban, prohibiendo su esclavitud. Arrodillarse ante el faraón también quedaba prohibido. A la par que elimina suntuosas ceremonias religiosas y costosos desfiles militares, establecía el matrimonio monógamo. Antes de su reinado, el arte se caracterizaba por la falta de realismo. Las personas a menudo se plasmaban con la cabeza de lado, de perfil, debido a la creencia popular de que las obras podrían cobrar vida y atacar a sus creadores. Mientras gobernó esto cambió. Los artistas egipcios comenzaron a pintar a las personas como realmente eran, un estilo que persistió después de su muerte, incluso cuando la política no lo hizo.
El clero y la oligarquía militar nunca le perdonaron su revolución religiosa y, cuando falleció, trataron de hacerlo desaparecer también de la historia por considerarlo un «falso faraón». A su muerte destruyeron sus templos y restauraron los antiguos cultos. Incluso borraron su nombre escrito con jeroglíficos de las columnas de los monumentos públicos. La revolución religiosa protagonizada por Akenatón fue borrada de la historia oficial, así como prácticamente todo lo que estuvo relacionado con él. Se convirtió en un susurro, en un verdadero fantasma dentro de la historia del Antiguo Egipto, hasta que a finales del siglo XIX los arqueólogos empezaron a descubrir restos de su historia, que por suerte, habían sobrevivido a la destrucción que de su memoria se había hecho tras su muerte.
En fin... compartido lo escrito y al hilo de lo narrado, solo me queda una cosa más que añadir. Egipto siempre ha sido un punto de referencia mágico. Los egipcios heredaron de Babilonia (que fue la primera cultura conocida occidental) toda las ciencias, la astrología, las matemáticas… Pero también “se dice” que no fue de Babilonia, sino tal vez de los atlantes, estos antiguos moradores del continente perdido de la Atlántida. “Se dice” que sus pirámides tal vez no fueron construidas para ser tumbas, sino centrales energéticas ya que la energía que captan es muy especial debido a su forma y orientación. Hay un vacío de conocimiento perdido de siglos entre los primeros egipcios y los de 3 siglos después. Es por éso que “se dice” que los antiguos atlantes u otros seres superiores inspiraron el imperio de las pirámides; pero luego desaparecen dejándolos a su destino. Creo que es importante cuestionarse por qué estamos aquí y pensar que hay algo más. Es importante buscarle un significado a la vida tanto si te dedicas a hacer algo que te apasiona o simplemente a trabajar para sobrevivir esperando llegar a tener un buen retiro.
Emilia Casas Fernández





















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