Suciedad y contaminación en las aguas del Duero

No es nada  nuevo, porque ocurre día sí y día también, como bien conocen los paseantes de la zona, que no son pocos. En la margen derecha del río, pocos metros más abajo del puente de Hierro, aparece en la línea de flotación, muy cerca de la orilla y alcanzando gran extensión, una capa de suciedad de distinta materia. Todo ello, sin que desde el aliviadero del colector en el puente del ferrocarril, se hayan apreciado vertidos en las últimas semanas. Ni tampoco se observan corrientes, aun mínimas de filtraciones de cualquier pérdida de tuberías de aguas sucias cercanas.

Es suciedad. La escasa corriente de la zona favorece que no se produzcan arrastres de las materias en flotación, como por deducción tampoco los hay de aquellas partículas que se encentren en capas inferiores. Agua prácticamente retenida que, con las altas temperaturas, favorece la aparición de los enemigos, hongos, algas y bacterias. Añádase las consecuencias, en un punto donde niños y no tanto, acuden habitualmente a dar comida a los patos salvajes.

La zona afectada queda por debajo del azud  que acaba en las aceñas de Cabañales, que dio problemas tras su reconstrucción, al no considerarse con una mínima precisión los niveles, quedando una zona seca en la margen derecha cuando el agua del rio es más bien escasa, cosa que se solventó parcialmente, con la incorporación de dos cortes en la represa y sus respectivas compuertas, que permitían desocupar agua. Pero que, por obstrucciones naturales de material arrastrado por la corriente, a veces no permite un caudal mínimo, sin que se realice ninguna comprobación de que las referidas represas están limpias y funcionan correctamente, sufriendo desde hace años y aún pendiente de reparación, la desocupación masiva de aguas por la rotura del azud cercano a las aceñas, que afecta a la capacidad de líquido embalsado y por lo tanto al rebosante de toda la contención, que cruza longitudinalmente el Duero.

Recordemos que la limpieza ordinaria de los tramos urbanos de los cauces de los ríos y arroyos, corresponde a los ayuntamientos por los que transcurre, informado el organismo de cuenca. Pero que para una actuación de mayores dimensiones, corresponde a la Confederación Hidrográfica del Duero, que depende del gobierno de Madrid. Dos puertas a las que llamar.

Manuel Herrero Alonso