EL CONSENSO
Con Trump o contra Trump
Pedro Calzada @peterRoad
Una de las principales diferencias entre una democracia y una dictadura es el hecho de que, en las primeras, el poder cambia de manos de manera pacífica, por la mera decisión colectiva de una sociedad. La legitimidad descansa sobre la voluntad de las mayorías y no sobre el control de la fuerza bruta.
Partiendo de lo anterior, no debe pasar inadvertido el hecho de que Trump ha tardado más de tres semanas en poner en marcha el proceso de transición y reconocer su derrota. Esto puede parecer una mera anécdota o una excentricidad más pero es extremadamente grave, pues el mero amago de no respetar unos resultados electorales pone el riesgo el frágil equilibrio sobre el que pivotan nuestros sistemas.
Afortunadamente, el sistema político de los Estados Unidos es sólido y todo parece indicar que, finalmente, todo transcurrirá por los cauces normales: el próximo día 20 de enero, Joe Biden se convertirá en presidente, habiendo batido el récord de votos de una democracia que cuenta con más de doscientos años de antigüedad.
Trump ha puesto punto y final a su presidencia tal y como la comenzó: polarizando, cuestionando el sistema político de su país y amagando con no respetar los resultados electorales si éstos reflejaban su derrota. Joe Biden tiene por delante un reto complicado: volver a unir a un país que ahora mismo que lleva demasiado tiempo dividido en dos mitades “con Trump o contra Trump”
Una de las principales diferencias entre una democracia y una dictadura es el hecho de que, en las primeras, el poder cambia de manos de manera pacífica, por la mera decisión colectiva de una sociedad. La legitimidad descansa sobre la voluntad de las mayorías y no sobre el control de la fuerza bruta.
Partiendo de lo anterior, no debe pasar inadvertido el hecho de que Trump ha tardado más de tres semanas en poner en marcha el proceso de transición y reconocer su derrota. Esto puede parecer una mera anécdota o una excentricidad más pero es extremadamente grave, pues el mero amago de no respetar unos resultados electorales pone el riesgo el frágil equilibrio sobre el que pivotan nuestros sistemas.
Afortunadamente, el sistema político de los Estados Unidos es sólido y todo parece indicar que, finalmente, todo transcurrirá por los cauces normales: el próximo día 20 de enero, Joe Biden se convertirá en presidente, habiendo batido el récord de votos de una democracia que cuenta con más de doscientos años de antigüedad.
Trump ha puesto punto y final a su presidencia tal y como la comenzó: polarizando, cuestionando el sistema político de su país y amagando con no respetar los resultados electorales si éstos reflejaban su derrota. Joe Biden tiene por delante un reto complicado: volver a unir a un país que ahora mismo que lleva demasiado tiempo dividido en dos mitades “con Trump o contra Trump”



















Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.122