En Zamora hay esperanza: tenemos emprendedores

Hoy he recibido una satisfacción de las que se otorgan muy pocas veces en nuestra ciudad. En la provincia (salvo en loable caso de la biorrefinería), prácticamente nunca.

Se ha reabierto en la tarde de este viernes un negocio cerrado, definitivamente a ojos de todos, tras un comienzo fulgurante y puntero de la restauración en Zamora, de la mano de la pareja Ricardo y Conchi, dando nombre a “La Oronja”… truncado súbitamente por un desgraciado accidente, del que deseamos ferviente y cariñosamente la recuperación de Ricardo y su reincorporación al frente de nuevos fogones, de los que nos preciemos ante cualquier invitado foráneo, tras haberlos disfrutado en primera persona.

Nos estamos refiriendo a la reapertura del Círculo de Zamora -EL CASINO-, de la mano de Raquel, Roberto y Alejandro, ya conocidos por su originalidad y profesionalidad  en otro local, que va camino de convertirse en un clásico, cuando ya es un imprescindible: Canalla Social Club.

Que en estos momentos que ya hemos calificado como desgraciados, inéditos, crueles y que harán que nada vuelva a ser igual, unos jóvenes en Zamora se planteen la disyuntiva entre:

1º.- Esperar a “ver que pasa” y, entre tanto, “llorar” con “los brazos cruzados” o...

2º.- Buscar otra variante del negocio que ya conocen dentro de la denostada hotelería, ampliándolo con el café de la mañana, el aperitivo de mediodía, la sobremesa, para terminar con el vino, la cerveza y aperitivo de la tarde y, entonces, ya continuar con lo que conocen y explotan: la copa agradablemente atendida, en un entorno sin igual del modernismo zamorano, como es el edificio del Casino de Zamora.

Esa visita, esa consumición, atendidos por profesionales tan encantados con su proyecto, como alentados con nuestra presencia y nuestro reconocimiento, ahora sí, al “emprendimiento”, cuando todos estamos acobardados.

Mucha suerte. Mucho ánimo. Muchas Gracias.