Miércoles, 17 de Septiembre de 2025

Emilia Casas
Domingo, 03 de Enero de 2021
LITERATURA

Como una flecha envenenada

[Img #47787]Transitar por la vida sin darnos golpes con los obstáculos que nos presenta es un gran reto para todos nosotros. Algo que debemos tener muy en cuenta, es que lidiar con personalidades agresivas u hostiles requiere tacto y mucho esfuerzo. En el trabajo, por ejemplo, no solo nos enfrentamos al aprendizaje de nuevas técnicas, tareas o conocimientos, sino también a la relación con nuevos compañeros y al clima laboral construido por los mismos.

Actualmente se utiliza con mucha frecuencia en el lenguaje cotidiano el término persona tóxica. Normalmente se trata de individuos que tienen una serie de conflictos internos que las llevan a vivir una tormenta en su interior. De tal forma, que para satisfacer las necesidades no cubiertas, necesitan perturbar el bienestar ajeno, para ellos sentirse bien. Es muy poco probable que una persona te diga que te tiene envidia directamente, tal vez, ni siquiera sea consciente de su inseguridad emocional. Por lo general, suelen manifestarla con comportamientos y comentarios negativos hacia tí y tu trabajo. Y no es de extrañar, porque una persona así en un ambiente en el que te ves obligado a interactuar con él o ella, generará inconformidades, absorberá la buena energía y la productividad, y generará frustraciones a la hora de trabajar. Teniendo en cuenta que hablamos del ámbito laboral, las consecuencias de la ansiedad en el trabajo pueden ser nefastas; especialmente porque las interacciones entre compañeros deben ser positivas y también enriquecedoras. Pero éste no es el tema que deseo tratar hoy, por muy interesante que pueda parecer...

Todos nos hemos cruzado con personas rencorosas a lo largo de nuestra vida. Ya sea por parte de un amigo, pareja o familiar. Estos últimos, a diferencia de los dos primeros no los elegimos, por lo que posiblemente tengamos que hacer frente a una situación compleja. Las personas rencorosas suelen decir que perdonan; pero no olvidan. En realidad, ni perdonan ni olvidan, porque si realmente perdonaran, olvidarían. El hecho de no perdonar significa que lo ocurrido sigue presente y por eso se sienten de esa manera. La mejor forma de olvidarse de algo es perdonando. Y el perdón, aunque a veces nos cueste verlo, es necesario para mantener el equilibrio emocional.

He conocido personas que no aprenden del pasado y se quedan estancadas en los hechos que les han ocurrido. En vez de ver las malas experiencias como oportunidades para crecer, se toman todo como algo personal; lo que les imposibilita poder avanzar. Este tipo de individuos piensan que son perfectos y que ellos no cometen fallos. Son poco tolerantes y demasiado rígidos y cuando alguien no actúa como ellos quieren, suelen ser muy duros con los demás. Lamentablemente, no se sienten cómodos dialogando y no aceptan que el resto de mortales tengan su opinión y un gusto diferente. A pesar de que ahora mismo nos venga a la mente alguna que otra persona rencorosa que hemos conocido, hay un aspecto que no debemos descuidar: quien no es capaz de dar un escape, una salida válida a tanta rabia y amargura, termina haciendo del rencor su forma de vida.

“Tener sentimientos de rencor es algo natural en el ser humano. Todos lo hemos sentido alguna vez, pero lo que realmente no debemos permitir es que se nos quede enquistado en nuestro corazón, como una flecha envenenada”. 

© Emilia Casas Fernández.

 

Comentarios Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.17

Todavía no hay comentarios

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.