Jueves, 18 de Septiembre de 2025

Redacción
Lunes, 04 de Enero de 2021
HABLEMOS

Legítima indignación

Carlos Domínguez

[Img #47795]Los zamoranos están contentos. Entre amigos y conocidos, raro será quien no haya oído protestar contra la burocracia durante la plaga que padecemos. Previa cita, claro está, el zamorano a día de hoy se sorprende de la alfombra, protocolo, barrera, alarma y vigilante pidiendo identificación, DNI, datos y lo que se tercie al administrado, sufrido contribuyente a mayor escarnio. ¡Vamos!, que hoy también para pagar, pídase audiencia al endiosado oficinista de sillón, nómina y muchísimo poderío.

 

La verdad es que los zamoranos tienen toda la razón. Uno no puede menos de preguntarse por qué si las clases activas y propietarias, autónomos, profesionales y empleados, incluso sanitarios, educadores y policías, están al frente de sus actividades, empresas, despachos, cajas y mostradores, con mascarilla y demás medidas protectoras, los funcionarios de mesa y ventanilla  no pueden hacer otro tanto en sus puestos de trabajo, al objeto de que las oficinas públicas abran con normalidad atendiendo sin cita previa, una sutil forma de echar balones, digo, contagios fuera, y de paso humillar al administrado. ¿Pues quién no ha sufrido el truquillo del teléfono sin operadora y menos aún operativo, más allá de la consabida letanía y soniquete, que no hacen sino exasperar al usuario, al igual que unas páginas que requieren previamente un curso exhaustivo, a fin de dar con tecla, clave, pestaña y, por descontado, pestiño del asunto?

 

Esas dos calamidades en forma de burocracia social que los zamoranos soportamos, la una Municipal en infinitas dependencias, la otra una Agencia Tributaria con sus apéndices, entre ellos el negociado tan concurrido del Catastro, han blindado el acceso al ciudadano común, mientras la burocracia de turno, digo horario reglado, probablemente se halle en ese trámite tan suyo del teletrabajo, acaso nueva fórmula, en virtual, de la antigua metempsicosis, con presencia corpórea aquí, allí o vaya usted a saber, dada la mágica y jubilar ubicuidad que caracteriza en este país el desempeño de la función administrativa.

 

En el fondo, se trata del vicio intrínseco a lo social, a todo lo público bajo forma de aparato en manos de los nuevos estamentos privilegiados, señoreando como políticos y burócratas instituciones, cargos, sillones y prebendas, incluyendo latisueldos con subida y jamás bajada. Sin embargo, tampoco estaría de más acudir al consabido refrán, porque, yendo a lo del voto y las urnas, ciertamente “sarna…”. Luego, cómo no, a despotricar contra IBI y catastrazo comunista.

Comentarios Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.17

Todavía no hay comentarios

El Día de Zamora

Ir al contenido
Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.