Jueves, 18 de Septiembre de 2025

Eugenio de Ávila
Martes, 05 de Enero de 2021
BIORREFINERÍA

Requejo-Merino: una conjunción planetaria que puede cambiar la economía de Zamora

Esteban PedrosaDe forma implícita lo confesó hoy Vicente Merino. Un servidor lo afirma y lo enfatiza: si Francisco José Requejo no hubiera ocupado la presidencia de la Diputación desde la primavera de 2019 hasta la fecha, la Biorrefinería Multifuncional no se construiría en Barcial del Barco. Al ingeniero zamorano-leonés ninguna administración pública -jamás la Diputación de Zamora bajo los mandatos de Martínez-Maíllo y Martín Pozo- se tomó en consideración ese proyecto, la mayor inversión privada en la historia de nuestra provincia. La idea de Merino Febrero, desde la que la parió su genial cerebro, suscitó enemigos poderosos: multinacionales y políticos, apoyados en medios de comunicación al servicio del poder. En Zamora, solo la COPE y, por supuesto, El Día de Zamora, defendieron, como tabla de salvación, como futuro industrial, para nuestra provincia, la idea de Vicente Merino. Solo un joven de semejante fuerza interior, de tamaña paciencia, inasequible al desaliento, con una enorme fe en su proyecto, ha podido llegar a buen puerto, después de todo tipo de críticas periodísticas, algunas mofándose de su idea; de zancadillas políticas, de chantajes empresariales y tantas adversidades de todo tipo.

Ahora bien, la fe de Merino y el afán de Requejo recogerán sus frutos  empresariales  y políticos dentro de 24 meses, porque en abril de 2023 la Biorrefinería será una realidad. A finales de ese año, en el que habrá comicios locales y autonómicos en primavera, la planta de Barcial del Barco exportará bioetanol. Después también fabricará otra serie de productos con fuerte demanda en el mercado de las energías verdes.

Insisto, como lo he escrito con antelación, también con reiteración, que ha sido esencial para la institución provincial y para este proyecto industrial que el presidente de la Diputación sea empresario, porque su cosmovisión difiere de la de todo político funcionario. Las instituciones públicas de España, de sus autonomías y de la mayoría de sus municipios se gobiernan por funcionarios, personas que ignoran qué significa arriesgar un capital en un negocio,  que puede ser rentable o acabar en un fracaso económico; pagar nóminas al final de cada mes de los doce del año; amortizar créditos, pagar, religiosamente, impuestos a la administración, siempre con la espada de Damocles en la cabeza, carecer de vacaciones, preocupaciones constantes, problemas laborales. El empresario, excepción hecha de miserables, explotadores y golfos,  que también los he conocido, es persona progresista. El funcionario, aunque milite en partidos de izquierdas y sindicatos de clase, siempre es conservador. Oposita a tierna edad para asegurar un puesto para toda la vida, para cobrar un salario, en general bajo,  hasta la jubilación. No asume riesgo alguno. Sabe lo que ingresa mensualmente, cuenta con dos extraordinarias, fines de semana y puentes sin preocupaciones, vacaciones porque la ley así lo contempla, ocho horas de trabajo diarias. No hay nada tan conservador como el dinero.

Concluyo e insisto: la Presidencia de Francisco José Requejo en la institución provincial ha sido esencial para que el proyecto de Vicente Merino Febrero, que conlleva la mayor inversión privada de la historia en nuestra provincia, sea ya una realidad, a falta de 24 meses de obras. Con otro presidente, tipo Martínez-Maíllo o Martín Pozo, el ingeniero zamorano habría llevado su idea a otros lares, a otras tierras. La conjunción planetaria, que diría en su día la inefable ministra zapateril Leire Pajín, entre Requejo y Merino cambia nuestra historia, transformará el sector primario de buena parte de nuestra provincia e inyectará ilusión y esperanza a otros emprendedores zamoranos.

Esto sucedió en un día, 5 de enero de 2021, en el que hemos sabido que el mes de diciembre resultó funesto para los trabajadores zamoranos, pues 544 personas perdieron su puesto de trabajo. Traduzco:  Nuestra provincia, cuando se inicia el año bis de la pandemia vírica, cuenta con más de 13.000 desempleados. Brutal. Sangrante. Repugna. Y el Gobierno buscando dinero en las instituciones públicas y privadas zamoranas para invertir en Monte La Reina. Me encabrono. Perdón.

Eugenio-Jesús de Ávila

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