DENUNCIAS
Árboles que se plantan en sitios nuevos, pero no se reponen donde ya los había
Alcorques vacíos en calles que llevan años esperando, simplemente, un árbol.

En determinadas calles donde nunca los hubo, ahora sí que los hay. Como la anchura permite ciertas concesiones sin que se entorpezca el paso normal de los peatones, se procedió a hacer unas pequeñas excavaciones en el suelo. Se retiraron unas pocas baldosas y se ahondó hasta encontrar simplemente tierra, donde pueden comenzar a crecer y desarrollarse. Así se han colocado plantones que prosperarán, darán sombra y serán un ornamento natural para esas vías tan desangeladas. Un acierto total que supone una transformación con un mínimo coste económico. Además es algo muy vistoso, llama poderosamente la atención y da cuenta de una mejora realizada en la ciudad.
![[Img #47928]](http://eldiadezamora.es/upload/images/01_2021/1901_alcorques.jpg)
Es de agradecer, en cualquier caso, que se hayan plantado árboles en las aceras donde no las había, pero también habrá que tener en cuenta el criterio escogido para que sea esta, o aquella la calle afortunada, no siendo que cambien de opinión y acaben retirándolos, y tapando con el mismo material que el resto del pavimento, el hueco que ocupaban. Casos ya se han dado ¿Qué no? En la Marina, junto a la fuente, al lado del acceso para peatones del aparcamiento, aún queda señal de lo que allí hubo plantado y que, por un cambio de criterio, se retiraron. Otro ejemplo encontramos en San Torcuato, esquina con la calle del Riego. Como en la calle Alfonso XII donde el hueco de los alcorques fue rellenado con los típicos pedruscos del casco antiguo.

Lo curioso del caso es que en otras aceras, de otras tantas zonas de la ciudad, había, desde hace muchos años, árboles plantados, algunos frondosos, pero por aquellos caprichos del destino, enfermedades, accidentes o fin de una vida, han desparecido, quedando, bien un trozo de tierra sin más, o hasta en el peor de los casos, el tocón de madera a medio cortar, a ras de las baldosas. La imagen de estos alcorques vacíos no es nada buena, y solo manifiesta la sensación de descuido, porque en algunos casos llevan así años. Ahora surge la pregunta de ¿Por qué se plantan en sitios donde antes no los había, y donde ya los hubo, ni siquiera se reponen? ¿Alguien tiene respuesta?


En determinadas calles donde nunca los hubo, ahora sí que los hay. Como la anchura permite ciertas concesiones sin que se entorpezca el paso normal de los peatones, se procedió a hacer unas pequeñas excavaciones en el suelo. Se retiraron unas pocas baldosas y se ahondó hasta encontrar simplemente tierra, donde pueden comenzar a crecer y desarrollarse. Así se han colocado plantones que prosperarán, darán sombra y serán un ornamento natural para esas vías tan desangeladas. Un acierto total que supone una transformación con un mínimo coste económico. Además es algo muy vistoso, llama poderosamente la atención y da cuenta de una mejora realizada en la ciudad.
![[Img #47928]](http://eldiadezamora.es/upload/images/01_2021/1901_alcorques.jpg)
Es de agradecer, en cualquier caso, que se hayan plantado árboles en las aceras donde no las había, pero también habrá que tener en cuenta el criterio escogido para que sea esta, o aquella la calle afortunada, no siendo que cambien de opinión y acaben retirándolos, y tapando con el mismo material que el resto del pavimento, el hueco que ocupaban. Casos ya se han dado ¿Qué no? En la Marina, junto a la fuente, al lado del acceso para peatones del aparcamiento, aún queda señal de lo que allí hubo plantado y que, por un cambio de criterio, se retiraron. Otro ejemplo encontramos en San Torcuato, esquina con la calle del Riego. Como en la calle Alfonso XII donde el hueco de los alcorques fue rellenado con los típicos pedruscos del casco antiguo.

Lo curioso del caso es que en otras aceras, de otras tantas zonas de la ciudad, había, desde hace muchos años, árboles plantados, algunos frondosos, pero por aquellos caprichos del destino, enfermedades, accidentes o fin de una vida, han desparecido, quedando, bien un trozo de tierra sin más, o hasta en el peor de los casos, el tocón de madera a medio cortar, a ras de las baldosas. La imagen de estos alcorques vacíos no es nada buena, y solo manifiesta la sensación de descuido, porque en algunos casos llevan así años. Ahora surge la pregunta de ¿Por qué se plantan en sitios donde antes no los había, y donde ya los hubo, ni siquiera se reponen? ¿Alguien tiene respuesta?






















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