NOCTURNOS
Arte y deseo
![[Img #48375]](http://eldiadezamora.es/upload/images/01_2021/8441_ella.jpg)
¿Es pecado contra religión monoteísta vivir para trasladar al Nirvana a cualquier belleza femenina, a una diosa encarnada en un cuerpo de mujer? No merezco castigo alguno, ni humano ni divino, por haber querido amar a féminas que uniesen en un mismo espacio arte y talento.
¡Dios, qué debería haber hecho si en mi camino hacia la nada apareció una mujer con la cara oculta de la luna en su cabeza y una constelación en su cerebro, más toda la belleza de la catedral de Florencia en su rostro, y sus piernas esculpidas por Fidias con el mismo genio que las columnas del Partenón!
Merecería pasar la eternidad en el Tártaro, si hubiera despreciado, ignorado y obviado a dama coronada por la hermosura y la inteligencia, más cierta dosis de malicia y sensualidad. Porque solo sé amar a una mujer que se transformarse en hetaira cuando, fundidos nuestros sexos, extrajese de mi alma el placer solo reservado a Zeus, y me diese a beber la ambrosía que fluye en su gineceo, espacio donde el tiempo se detiene para contemplar la lírica que emana toda cópula.
Mi yo auténtico, el que ama como escribe y escribe como ama, se desgajó de mi alma para conducir al éxtasis a esa dama que fundiese en el cuenco de su cuerpo arte y deseo, prosa y poesía, de integridad y depravación.
Alguien como tú, Dama del Solsticio, que no eres de nadie y de todos, ni tan si quiera tuya, esculpida en carne, espíritu tallado para vaciarme de amor y reducirme a escoria, arena y muerte viva. Apolíneo y dionisiaco. Filosofía y poesía. Tú y yo, Dama del Alba, del Esla, del alma.
Eugenio-Jesús de Ávila
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¿Es pecado contra religión monoteísta vivir para trasladar al Nirvana a cualquier belleza femenina, a una diosa encarnada en un cuerpo de mujer? No merezco castigo alguno, ni humano ni divino, por haber querido amar a féminas que uniesen en un mismo espacio arte y talento.
¡Dios, qué debería haber hecho si en mi camino hacia la nada apareció una mujer con la cara oculta de la luna en su cabeza y una constelación en su cerebro, más toda la belleza de la catedral de Florencia en su rostro, y sus piernas esculpidas por Fidias con el mismo genio que las columnas del Partenón!
Merecería pasar la eternidad en el Tártaro, si hubiera despreciado, ignorado y obviado a dama coronada por la hermosura y la inteligencia, más cierta dosis de malicia y sensualidad. Porque solo sé amar a una mujer que se transformarse en hetaira cuando, fundidos nuestros sexos, extrajese de mi alma el placer solo reservado a Zeus, y me diese a beber la ambrosía que fluye en su gineceo, espacio donde el tiempo se detiene para contemplar la lírica que emana toda cópula.
Mi yo auténtico, el que ama como escribe y escribe como ama, se desgajó de mi alma para conducir al éxtasis a esa dama que fundiese en el cuenco de su cuerpo arte y deseo, prosa y poesía, de integridad y depravación.
Alguien como tú, Dama del Solsticio, que no eres de nadie y de todos, ni tan si quiera tuya, esculpida en carne, espíritu tallado para vaciarme de amor y reducirme a escoria, arena y muerte viva. Apolíneo y dionisiaco. Filosofía y poesía. Tú y yo, Dama del Alba, del Esla, del alma.
Eugenio-Jesús de Ávila




















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