Miércoles, 26 de Noviembre de 2025

Irene Alfageme 1
Miércoles, 20 de Enero de 2021
LA COLUMNA DE DOÑA ELVIRA

Un Imperio que confisca hasta las pinzas de la ropa

[Img #48622]

 

Tengo una pinza en la mano. Sí, esas que se usaban para colgar la ropa en el llamado: “tendedero”, y no “tenderete”, como muchos decían. Yo siempre escogeré la primera opción, siento mucho a quien no le guste. La pinza la encontré en uno de los armarios con cosas que se guardan y no se sabe por qué; pero bueno, mira, ahora este objeto que a día de hoy es inservible ha servido de enlace para que mi mente recuerde como era el pasado donde se vivía sin tanta tecnología. Allí donde no existía ese al que llaman “Imperio de las nuevas tecnologías”. Pero, yo me pregunto: ¿por qué se sigue empleando la pablara “nuevas”  para acompañar al sustantivo, si ya de nuevas no tiene nada? Bueno, no criticaré mucho, que hoy en día esas llamadas “nuevas” tecnologías controlan la sociedad y estoy escribiendo esto a través de un ordenador; muy inteligente por mi parte, no lo es. Pero, ¿qué le voy a hacer? No guarde en su día, en ese armarito del que hablé antes ningún trozo de papel, y, como se han dejado ya de utilizar, solo puedo desahogarme desde aquí. Criticar la tecnología desde la propia tecnología. Qué hipócrita por mi parte.

 

Los seres humanos inventaron las tecnologías como métodos de ayuda para hacerles la vida más placentera, fácil, y que sirviera como método de ayuda para cualquier tipo de trabajo: desde cocinar, escribir, o manejar cualquier máquina que se les venga a la cabeza. Y, no nos olvidemos de las que controlan este nuevo Imperio de las “nuevas” tecnologías (*1): las Redes Sociales (*2).

 

(*1- Destaco que la palabra: nuevas, en su origen no lleva comillas, pero yo las seguiré poniendo ya que, por miles de años que pasen, nunca dejará de acompañar al nombre que tiene a derecha).

 

(*2- Y sí, “Redes Sociales” con mayúsculas, ya que podría decirse que son como Isabel y Fernando, los Reyes Católicos de la actualidad; qué ironía es también que los niños de hoy en día conozcan su reinado a través de los “nuevos” reyes del Imperio tecnológico).

                                                            

Las Redes Sociales ayudaron al ser humano, al ciudadano, a conectar, a reinventarse en términos comunicativos en todos los sentidos; fueron un gran soporte de ayuda en los empleos y en la vida social de los individuos. Hasta que llegó el momento en el que tenían tanta información que decidieron dejar de estar en el segundo plano y ponerse primeros en la carrera de velocidad de la sociedad. Usaron toda la información que habían guardado año tras año de cada fuente tecnológica que tenía cada individuo para crear su propio reino, donde, literalmente “nos tienen cogidos de las dos manos, atadas con una cuerda, y nos manejan como marionetas colgadas de un hilo de cobre”. Antes lo podían hacer a escondidas: recuerdo haber oído cosas acerca de ello; hasta que decidieron que sacando a la luz todo, nos podían controlar: y, así ha sido. La información de los teléfonos móviles, según leo en los noticiarios actuales (los clandestinos, claro, el resto está controlado por Ellos, y no dan esta información) fueron las más valiosas, ya que estas ofrecían la ubicación; la búsqueda de Google que ese usuario concreto hacía en el supermercado, en su casa, en el trabajo, etc., y todos los mensajes, fotos y videos que quedaban guardados en la Nube.

 

Por lo que, desde este escrito, que enviaré nada más acabarlo al periódico clandestino de confianza para su posterior publicación, quiero remitir que, si en un futuro (porque ya no puedo influenciar sobre el pasado, que sino a ellos me dirigía) alguien lee este texto,  deseo que tenga mucho cuidado con lo que habla delante del  móvil; con lo que busca; con lo que dice, y hasta con lo que no dice.

 

Finalmente, guardaré la pinza para la ropa de color madera que me he encontrado, no vaya a ser que para un recuerdo que tengo de mi vida pasada, también me lo puedan arrebatar. Y, por último decir que, aunque he estado pensando en si firmar con mi nombre real o no este escrito que espero que se publique, he decidido finalmente atreverme.

 

Muchas gracias lector, si lees algún día esto.

 

Firmado: Usuario 22009, a 23 de septiembre de 2046.

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  • Tomás

    Tomás | Miércoles, 20 de Enero de 2021 a las 21:46:15 horas

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