DENUNCIAS
Museo de Zamora: entrar, resbalar y tropezar por tan solo un euro
Con la nieve caída recientemente y la excesiva demora en ser retirada de las aceras, hemos tenido que caminar con mucho cuidado para no resbalarnos. Si bien ha quedado demostrado que, al menos en esta ciudad, no estábamos muy preparados para ello, también excusaría la circunstancia de que se trata de algo temporal y que ocurre cada muchos años, por lo que no debe de preocuparnos excesivamente y pudieran disculparse ciertos casos concretos. La entrada al Museo Provincial por la calle de San Cipriano tuvo que ser cerrada provisionalmente, como rezaba en un cartel expuesto, desviando al personal por otra de sus puertas, para evitar que por causas de la nieve caída, pudiera producirse algún accidente.
Tristemente, y sin nevada alguna, acudir al Museo de Zamora puede resultar peligroso haga el tiempo que haga. Para salvar la diferencia de niveles en el patio interior de varios puntos, la puerta de entrada desde San Cipriano, el espacio con escaleras desde la plaza entre los dos edificios, los accesos al Palacio del Cordón y a la iglesia de Santa Lucia, se instaló una plataforma. Si bien el añadido de madera pudiera considerarse una solución, más que eso lo que presenta son problemas continuos de tropezones, llegando incluso a producirse alguna caída entre los visitantes al museo.
Las tablas superficiales, por donde hay que pisar, se encuentran, unas levantadas y otras hundidas. Por las características el material, que está expuesto a la intemperie, con las humedades propias y las diferencias de tempera, acusa mermas, crecidas y encorvamientos, que dan como resultado diferencias de nivel entre una madera y otra.
El ensamblamiento realizado en su colocación, deja mucho que desear, por lo que la unión de una tabla con otra, por la parte inferior no existe en la práctica. Si a todo lo anterior, añadimos que no se ha hecho un revestimiento mediante barniz o pintura apropiada antideslizante tenemos el espacio apropiado, para ver en el interior muchas cosas interesantes y para no poder pisar, y, por lo tanto pasar, con seguridad y de eso se trata. ¡Lástima, que para entrar en el Museo provincial, haya que ir mirando al suelo, para no caer. La alfombrilla, de bien poco sirve.
Manuel Herrero Alonso
Con la nieve caída recientemente y la excesiva demora en ser retirada de las aceras, hemos tenido que caminar con mucho cuidado para no resbalarnos. Si bien ha quedado demostrado que, al menos en esta ciudad, no estábamos muy preparados para ello, también excusaría la circunstancia de que se trata de algo temporal y que ocurre cada muchos años, por lo que no debe de preocuparnos excesivamente y pudieran disculparse ciertos casos concretos. La entrada al Museo Provincial por la calle de San Cipriano tuvo que ser cerrada provisionalmente, como rezaba en un cartel expuesto, desviando al personal por otra de sus puertas, para evitar que por causas de la nieve caída, pudiera producirse algún accidente.
Tristemente, y sin nevada alguna, acudir al Museo de Zamora puede resultar peligroso haga el tiempo que haga. Para salvar la diferencia de niveles en el patio interior de varios puntos, la puerta de entrada desde San Cipriano, el espacio con escaleras desde la plaza entre los dos edificios, los accesos al Palacio del Cordón y a la iglesia de Santa Lucia, se instaló una plataforma. Si bien el añadido de madera pudiera considerarse una solución, más que eso lo que presenta son problemas continuos de tropezones, llegando incluso a producirse alguna caída entre los visitantes al museo.
Las tablas superficiales, por donde hay que pisar, se encuentran, unas levantadas y otras hundidas. Por las características el material, que está expuesto a la intemperie, con las humedades propias y las diferencias de tempera, acusa mermas, crecidas y encorvamientos, que dan como resultado diferencias de nivel entre una madera y otra.
El ensamblamiento realizado en su colocación, deja mucho que desear, por lo que la unión de una tabla con otra, por la parte inferior no existe en la práctica. Si a todo lo anterior, añadimos que no se ha hecho un revestimiento mediante barniz o pintura apropiada antideslizante tenemos el espacio apropiado, para ver en el interior muchas cosas interesantes y para no poder pisar, y, por lo tanto pasar, con seguridad y de eso se trata. ¡Lástima, que para entrar en el Museo provincial, haya que ir mirando al suelo, para no caer. La alfombrilla, de bien poco sirve.
Manuel Herrero Alonso





















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