El Zamora CF pudo ganar al Rácing de Ferrol, pero no se lo acabó de creer

¿Fue justo el reparto de puntos entre Zamora CF y Racing de Ferrol? No soy juez. Ahora bien, después de analizar el encuentro, sostengo que el cuadro rojiblanco pudo haber ganado con cierta comodidad al verdiblanco. No obstante, creo que la primera entrega del choque se perdió para ambos cuadros, como si se tratase de un asalto de estudio por parte de los contendientes. Registro solo un disparo a puerta del Racing, cuando corría el minuto 26, y la falta directa, con paradón  incluido de Mapisa, como únicas muestras ofensivas de los visitantes. Pero el Zamora tampoco incordió, como sucede en otras ocasiones, al meta rival, aunque el peso del partido recayese en las botas rojiblancas.

Movilla decidió darle la titularidad al recién llegado Astray, que no se parece en nada a Juanan, porque no posee esa fuerza titánica del charro, pero, en cambio, demostró talento y finura en su forma de concebir el fútbol. Mapisa, una jornada más, siguió bajo palos, y el resto los de casi siempre, con Adri Herrera como hombre más adelantado en ataque, junto a Perero, al que se desaprovecha al centrarlo tanto, pues la gran baza del rojiblanco consiste en su velocidad por banda. De hecho, tras el descanso, el técnico vasco decidió que pasase a ejercer de lo que mejor sabe hacer, de exterior diestro, aunque no estuviese tan brillante como en anteriores compromisos. De ahí que la salida de los rojiblancos fuese  más impetuosa, tanto que un centro de Coque, desde la izquierda, lo rematase, de cabeza, de forma espléndida Adri Herrera, para adelantar a los rojiblancos en el marcador.

El cuadro gallego quedó durante unos minutos tocado, casi noqueado. Pero el Zamora no supo sacar partido del atolondramiento visitante, un equipo muy físico,  rudimentario si se quiera, que apenas juega el balón en la medular y que fía su juego a lanzamientos largos desde la defensa a las bandas y a los saques de esquina y faltas en ataque, donde la envergadura de sus hombres resulta siempre peligrosa. Lo sabía Movilla y también sus jugadores.

Larraz, técnico visitante, tras el gol rojiblanco, realizó el primer cambio en su once inicial, dando entrada a un medio centro, Javi Rey, para que enhebrar el juego desde su medular. Espabiló el equipo gallego y paso a dominar la contienda, pero sin que Mapisa se viese obligado a realizar paradas prodigiosas.

Movilla también buscó más frescura en el ataque de su equipo, dando entrada  Escudero, un delantero más alto, por Perero. Poco después, Adri Herrera, aquejado de un dolor en la rodilla, también fue sustituido por otro novato, el argentino Coscia. Así el Zamora incordiaba la posible salida del balón desde la defensa rival. El Racing no se encontraba cómodo, pero soñaba con alguna falta o saque de esquina para restablecer el equilibrio. Los rojiblancos, que conocía como se las gasta el cuadro gallego, cedieron algunos  córners tontos. En uno de ellos, cuando faltaba un cuarto de hora para el finiquito del encuentro, empataban los ferrolanos. Barullo tremendo en el área chica zamorana, que la defensa rojiblanca no acierta a despejar, y gol visitante. Un empate que llegó por donde se esperaba.

El técnico gallego quiso darle mayor velocidad y contundencia a su ataque. Así dio entrada a un extremo veloz, cuando Coque ya notaba agotamiento físico, y a un ariete también de gran envergadura, para que vencer en la batalla aérea. Movilla resolvió el problema, sacando a Coque y dando entrada a otro refuerzo en el mercado de inviernos, Dani H., que se mostró voluntarioso en el escaso tiempo que estuvo en el terreno de juego.

Creo que, además, hubo un momento en el que ambas escuadras parecieron conformarse con el reparto de puntos, aunque el Rácing, en un par de saques de esquina, buscó otra carambola, que, por fortuna para el Zamora, no se registró. También buscaron  esa suerte los rojiblancos, pero la ejecución de una falta desde casi el córner se perdió lamentablemente.

Corolario: el Zamora quizá, si de repitiese el partido, se apuntase el triunfo, pero perdió 45 minutos. El Racing, un conjunto que sabe a lo que juega y conoce cuáles son sus carencias, aprovechó su erudición en saques de esquina para llevarse un punto a tierras ferrolanas.