FÚTBOL FEMENINO
Virginia Hernández: “Cuando vas un paso por detrás del resto, te llevas un saco de goles”
La delantera del Amigos del Duero Caja Rural, cree que ese paso por detrás se está convirtiendo en un paso hacia adelante y gracias a ello van llegando las victorias, aunque piensa que merecen más puntos de los que tienen a estas alturas de la temporada.

No puede decir una edad en la que empezara a jugar al fútbol esta roaleña de Tierra del Pan -a tiro de piedra de Zamora capital- que se recuerda de siempre con un balón en los pies: “Toda mi vida he estado pegada a un balón, como cualquier niña que ame este deporte, pero nada serio. En septiembre de 2018 me surgió la oportunidad de llegar al equipo del Amigos del Duero y competir”.
Antes, en la USAL, durante su graduado en Filología Hispánica: “participaba en el Trofeo Rector de fútbol sala”. Ya en su equipo actual, empezó por abajo, en el equipo B, donde alternó posiciones de delantera y de media punta, algo que no le preocupa ya que, para ella, lo importante es jugar, ahora ya en el primer equipo y de extremo los últimos partidos: “que es donde más cómoda me siento y donde más puedo explotar mis cualidades, pero siempre jugaré donde me manden, no hay problema”.
Le pido que separe el trigo de la paja en sus cualidades futbolísticas: “En cuanto a defectos podría decir que tengo menos técnica y soy menos táctica que mis compañeras, ahí pesa lo poco que llevo jugando, pero intento mejorar cada día y los cambios son evidentes. Como virtudes destaco que soy muy competitiva, trabajadora y, físicamente, potente, además de las ganas que tengo de mejorar cada día”.
Igual que nos confesara en su momento su compañera, Alba Fariza: “claro que he escuchado comentarios de corte negativo, no nos vamos a engañar, pero por suerte todo está cambiando y hoy en día es normal ver a una chica jugar al fútbol. Pese al cambio, todavía queda mucho camino por recorrer”.

No así en su casa: ”mi familia ve lo feliz que soy jugando y me apoya al 100%. Desde pequeña he visto el fútbol con mi padre y lo llevo metido dentro. Mi madre quizá en un principio no estaba tan convencida de que jugase, pero a día de hoy está encantada, incluso en vacaciones me dice que tengo que entrenar más aún (aunque ya lo hago). Y mi hermana disfruta mucho viéndome jugar. Para ella, es un orgullo”.
Me doy cuenta ahora que no le he preguntado por sus gustos futboleros, pero tiene cara -arriesgaré- del Real Madrid. Todo será que no me vuelva a dirigir la palabra.
En cuanto a lo importante, el equipo, máxime cuando ella se ha definido gregaria: “siendo muy sincera, la clasificación no refleja la realidad, deberíamos llevar más puntos. Ganar hace que afrontes todo de una manera muy diferente. Cuando ves que llegan los resultados, la mentalidad cambia totalmente y es un nuevo chute de energía”.
Toma la carrerilla de una extremo y ya no para: “creo que empezamos la liga peor que nuestras rivales y para mí eso se veía reflejado directamente en la intensidad. Cuando vas un paso por detrás, te llevas un saco de goles. Ahora el trabajo de todas está siendo mucho mejor porque sabemos lo que cuesta ganar un partido. Estamos encajando pocos goles y, en mi opinión, se debe a que somos un bloque mucho más compacto y a que hacemos un gran desgaste físico cada partido para sacar los puntos”.
Ahora me regatea: “No podría decirte una jugadora concreta con la que me entienda más, pero sí es verdad que es más fácil con las jugadoras con las que más relación tienes, conoces sus fortalezas y ellas las tuyas, además de que a veces planteamos jugadas por si se da alguna situación en el partido”.
En otro orden de cosas: “Claro que es una inquietud ver la situación que atraviesa Zamora. Cada vez es más complicado que la gente joven se quede aquí y tenemos que afrontar -ahora la siento vencida y resignada por primera vez en la entrevista- que nuestro futuro está fuera, por desgracia. La solución que veo es que de verdad se apueste por Zamora en lugar de crear tantos castillos en el aire que al final quedan en eso, en nada. Zamora necesita un empujón, a ver si desde más arriba nos lo dan”.
Al preguntarle por la persona que la acompaña en la fotografía que tiene como portada en el medio por el que nos comunicamos, me dice que es su abuelo, otra víctima del Covid y ejemplo para ella por las vicisitudes que pasó en su infancia y su fuerza para seguir adelante con toda la familia. “Y lo más importante para mí, era buena persona y siempre tenía una sonrisa para regalar, esa misma que se me escapa hablando de él”.

No puede decir una edad en la que empezara a jugar al fútbol esta roaleña de Tierra del Pan -a tiro de piedra de Zamora capital- que se recuerda de siempre con un balón en los pies: “Toda mi vida he estado pegada a un balón, como cualquier niña que ame este deporte, pero nada serio. En septiembre de 2018 me surgió la oportunidad de llegar al equipo del Amigos del Duero y competir”.
Antes, en la USAL, durante su graduado en Filología Hispánica: “participaba en el Trofeo Rector de fútbol sala”. Ya en su equipo actual, empezó por abajo, en el equipo B, donde alternó posiciones de delantera y de media punta, algo que no le preocupa ya que, para ella, lo importante es jugar, ahora ya en el primer equipo y de extremo los últimos partidos: “que es donde más cómoda me siento y donde más puedo explotar mis cualidades, pero siempre jugaré donde me manden, no hay problema”.
Le pido que separe el trigo de la paja en sus cualidades futbolísticas: “En cuanto a defectos podría decir que tengo menos técnica y soy menos táctica que mis compañeras, ahí pesa lo poco que llevo jugando, pero intento mejorar cada día y los cambios son evidentes. Como virtudes destaco que soy muy competitiva, trabajadora y, físicamente, potente, además de las ganas que tengo de mejorar cada día”.
Igual que nos confesara en su momento su compañera, Alba Fariza: “claro que he escuchado comentarios de corte negativo, no nos vamos a engañar, pero por suerte todo está cambiando y hoy en día es normal ver a una chica jugar al fútbol. Pese al cambio, todavía queda mucho camino por recorrer”.

No así en su casa: ”mi familia ve lo feliz que soy jugando y me apoya al 100%. Desde pequeña he visto el fútbol con mi padre y lo llevo metido dentro. Mi madre quizá en un principio no estaba tan convencida de que jugase, pero a día de hoy está encantada, incluso en vacaciones me dice que tengo que entrenar más aún (aunque ya lo hago). Y mi hermana disfruta mucho viéndome jugar. Para ella, es un orgullo”.
Me doy cuenta ahora que no le he preguntado por sus gustos futboleros, pero tiene cara -arriesgaré- del Real Madrid. Todo será que no me vuelva a dirigir la palabra.
En cuanto a lo importante, el equipo, máxime cuando ella se ha definido gregaria: “siendo muy sincera, la clasificación no refleja la realidad, deberíamos llevar más puntos. Ganar hace que afrontes todo de una manera muy diferente. Cuando ves que llegan los resultados, la mentalidad cambia totalmente y es un nuevo chute de energía”.
Toma la carrerilla de una extremo y ya no para: “creo que empezamos la liga peor que nuestras rivales y para mí eso se veía reflejado directamente en la intensidad. Cuando vas un paso por detrás, te llevas un saco de goles. Ahora el trabajo de todas está siendo mucho mejor porque sabemos lo que cuesta ganar un partido. Estamos encajando pocos goles y, en mi opinión, se debe a que somos un bloque mucho más compacto y a que hacemos un gran desgaste físico cada partido para sacar los puntos”.
Ahora me regatea: “No podría decirte una jugadora concreta con la que me entienda más, pero sí es verdad que es más fácil con las jugadoras con las que más relación tienes, conoces sus fortalezas y ellas las tuyas, además de que a veces planteamos jugadas por si se da alguna situación en el partido”.
En otro orden de cosas: “Claro que es una inquietud ver la situación que atraviesa Zamora. Cada vez es más complicado que la gente joven se quede aquí y tenemos que afrontar -ahora la siento vencida y resignada por primera vez en la entrevista- que nuestro futuro está fuera, por desgracia. La solución que veo es que de verdad se apueste por Zamora en lugar de crear tantos castillos en el aire que al final quedan en eso, en nada. Zamora necesita un empujón, a ver si desde más arriba nos lo dan”.
Al preguntarle por la persona que la acompaña en la fotografía que tiene como portada en el medio por el que nos comunicamos, me dice que es su abuelo, otra víctima del Covid y ejemplo para ella por las vicisitudes que pasó en su infancia y su fuerza para seguir adelante con toda la familia. “Y lo más importante para mí, era buena persona y siempre tenía una sonrisa para regalar, esa misma que se me escapa hablando de él”.



















Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.122