FÚTBOL FEMENINO
María González, la elegancia al servicio del Amigos del Duero
Sus movimientos -basta con ver las fotografías- con el balón en los pies, trasmiten plasticidad, elegancia, pero cuando hace falta, lo cambia por potencia, como demostró en su gol contra el Salamanca el pasado sábado y que supuso el empate para su equipo, tras una descomunal carrera

Zamorana, maestra y jugadora de fútbol. Ejerce de lo primero y lo último y está pendiente de poder opositar para la maestría y ganarse la vida con ello, porque lo otro son estados del alma de los que no se vive, aunque se respire con ellos.
Zamorana, de nacimiento, claro, porque lo de poder ejercer aquí su profesión, está difícil: “Creo que existe inquietud pero que está desapareciendo, porque cada vez asumimos más temprano que aquí, por desgracia, existen pocas posibilidades de futuro”. Y la solución: “en mi humilde opinión, no es que no las hay ahora mismo, sino que no se ve movimiento desde ningún organismo como el Ayuntamiento o la Diputación para impulsar algo que pueda atraer a gente joven de fuera e incluso permanecer y que nos quedemos los de aquí en un futuro cercano”.
De lo otro, del fútbol, lleva en el Amigos del Duero desde los 5 años y lo de patear un balón no puede precisar una edad, porque se recuerda así de siempre y lo que no recuerda son comentarios malsonantes por jugar, como mujer, al fútbol: “no sé si debo decir que he tenido suerte, porque no se debería tener suerte en este sentido, ya que, simplemente, no deberían de existir ciertos tipos de comportamientos y comentarios, pero no recuerdo ningún comentario malsonante, aunque de pequeñas cuando ganabas a ciertos equipos de chicos o les empatabas o el simple hecho de que les costara marcarnos algún gol, veías actitudes o gritos en ciertos padres o entrenadores hacia sus jugadores como diciendo, algo estamos haciendo mal para que no podamos ganar a las chicas. Se enfadaban por no conseguirlo o porque fuera difícil hacerlo”.
Se sorprende cuando le digo que es elegante jugando al fútbol. Para ella, aunque le resulta definirse, destacaría la potencia, la arrancada, “esos primeros metros de un sprint”. Como defectos, dice que el nivel más bajo lo ofrece en el juego aéreo casi sin ninguna duda.

Del por qué la mejoría del equipo de un tiempo a esta parte: “bajo mi punto de vista la confianza en el fútbol es muy importante, además del trabajo grupal. El partido contra el Atlético de Madrid es un claro ejemplo de todo ello, a pesar de perderlo, nos ayudó en eso, en ver que a fin de cuentas podíamos plantar cara a cualquiera estando juntas, a nivel táctico en las líneas y a nivel de compañerismo, y creo que eso hemos hecho estos últimos partidos en los que hemos acabado sumando puntos. También parece que hemos aprendido a sufrir, ahora metemos un gol y hemos conseguido poder aguantar el resultado, como el día del Burgos en casa. Son distintas facetas de los partidos que tienes que controlarlas todas porque cada partido es un mundo.
Se siente a gusto jugando de delantera, aunque ahora juega algo más retrasada, según nos dice, ayudando en tareas defensivas a su lateral y habla de Alba y Virginia, sus compañeras más habituales en el ataque del Amigos del Duero: “son dos jugadoras muy parecidas respecto al tema de la fuerza, en la lucha, en la capacidad de aguantar el balón para que el equipo pueda salir un poco. Es fácil jugar con ellas porque las conoces, sabes sus preferencias y eso no solo te ayuda a ti, sino también al equipo”.
Le pregunto por el equipo más fuerte del grupo y señala, sin duda, al Atlético de Madrid: “está un punto por encima. Al resto de los equipos, permíteme la valentía, creo que los podemos poner en apuros siempre y cuando se hagan las cosas bien”.
Preferiría la hierba natural siempre que esté en buenas condiciones para practicar fútbol, algo que no sucede en la Ciudad Deportiva, nos dice, y está de acuerdo en mudarse a los campos de Valorio si se decide que es lo mejor para el equipo.

Le había preguntado por su parecer del partido aplazado con el Rayo Vallecano, que deberían jugar este pasado martes, respecto si les podría pasar factura el que hubiera tan poco tiempo de recuperación, ya que su partido anterior se había celebrado 3 días antes y María hizo un apunte muy curioso: “claro que puede pasar factura el poco tiempo de recuperación, al final no estamos acostumbradas a tanto partido seguido, pero creo que viajamos con esa sensación positiva de poder conseguir algo tras los últimos partidos sumando puntos, aunque también es cierto que fuera de casa aún no hemos puntuado. Algo que si me resulta extraño es que cuando jugamos un partido aplazado entre semana, el equipo contra el que jugamos o ha descansado el fin de semana anterior o descansa el siguiente. Llámalo casualidad, suerte... pero resulta extraño”. Por 3-0 acabaron perdiendo.

Zamorana, maestra y jugadora de fútbol. Ejerce de lo primero y lo último y está pendiente de poder opositar para la maestría y ganarse la vida con ello, porque lo otro son estados del alma de los que no se vive, aunque se respire con ellos.
Zamorana, de nacimiento, claro, porque lo de poder ejercer aquí su profesión, está difícil: “Creo que existe inquietud pero que está desapareciendo, porque cada vez asumimos más temprano que aquí, por desgracia, existen pocas posibilidades de futuro”. Y la solución: “en mi humilde opinión, no es que no las hay ahora mismo, sino que no se ve movimiento desde ningún organismo como el Ayuntamiento o la Diputación para impulsar algo que pueda atraer a gente joven de fuera e incluso permanecer y que nos quedemos los de aquí en un futuro cercano”.
De lo otro, del fútbol, lleva en el Amigos del Duero desde los 5 años y lo de patear un balón no puede precisar una edad, porque se recuerda así de siempre y lo que no recuerda son comentarios malsonantes por jugar, como mujer, al fútbol: “no sé si debo decir que he tenido suerte, porque no se debería tener suerte en este sentido, ya que, simplemente, no deberían de existir ciertos tipos de comportamientos y comentarios, pero no recuerdo ningún comentario malsonante, aunque de pequeñas cuando ganabas a ciertos equipos de chicos o les empatabas o el simple hecho de que les costara marcarnos algún gol, veías actitudes o gritos en ciertos padres o entrenadores hacia sus jugadores como diciendo, algo estamos haciendo mal para que no podamos ganar a las chicas. Se enfadaban por no conseguirlo o porque fuera difícil hacerlo”.
Se sorprende cuando le digo que es elegante jugando al fútbol. Para ella, aunque le resulta definirse, destacaría la potencia, la arrancada, “esos primeros metros de un sprint”. Como defectos, dice que el nivel más bajo lo ofrece en el juego aéreo casi sin ninguna duda.

Del por qué la mejoría del equipo de un tiempo a esta parte: “bajo mi punto de vista la confianza en el fútbol es muy importante, además del trabajo grupal. El partido contra el Atlético de Madrid es un claro ejemplo de todo ello, a pesar de perderlo, nos ayudó en eso, en ver que a fin de cuentas podíamos plantar cara a cualquiera estando juntas, a nivel táctico en las líneas y a nivel de compañerismo, y creo que eso hemos hecho estos últimos partidos en los que hemos acabado sumando puntos. También parece que hemos aprendido a sufrir, ahora metemos un gol y hemos conseguido poder aguantar el resultado, como el día del Burgos en casa. Son distintas facetas de los partidos que tienes que controlarlas todas porque cada partido es un mundo.
Se siente a gusto jugando de delantera, aunque ahora juega algo más retrasada, según nos dice, ayudando en tareas defensivas a su lateral y habla de Alba y Virginia, sus compañeras más habituales en el ataque del Amigos del Duero: “son dos jugadoras muy parecidas respecto al tema de la fuerza, en la lucha, en la capacidad de aguantar el balón para que el equipo pueda salir un poco. Es fácil jugar con ellas porque las conoces, sabes sus preferencias y eso no solo te ayuda a ti, sino también al equipo”.
Le pregunto por el equipo más fuerte del grupo y señala, sin duda, al Atlético de Madrid: “está un punto por encima. Al resto de los equipos, permíteme la valentía, creo que los podemos poner en apuros siempre y cuando se hagan las cosas bien”.
Preferiría la hierba natural siempre que esté en buenas condiciones para practicar fútbol, algo que no sucede en la Ciudad Deportiva, nos dice, y está de acuerdo en mudarse a los campos de Valorio si se decide que es lo mejor para el equipo.

Le había preguntado por su parecer del partido aplazado con el Rayo Vallecano, que deberían jugar este pasado martes, respecto si les podría pasar factura el que hubiera tan poco tiempo de recuperación, ya que su partido anterior se había celebrado 3 días antes y María hizo un apunte muy curioso: “claro que puede pasar factura el poco tiempo de recuperación, al final no estamos acostumbradas a tanto partido seguido, pero creo que viajamos con esa sensación positiva de poder conseguir algo tras los últimos partidos sumando puntos, aunque también es cierto que fuera de casa aún no hemos puntuado. Algo que si me resulta extraño es que cuando jugamos un partido aplazado entre semana, el equipo contra el que jugamos o ha descansado el fin de semana anterior o descansa el siguiente. Llámalo casualidad, suerte... pero resulta extraño”. Por 3-0 acabaron perdiendo.



















Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.122