Viernes, 28 de Noviembre de 2025

Redacción
Jueves, 04 de Marzo de 2021
HABLEMOS

Humanidad ambiciosa

Carlos Domínguez

[Img #50349]Resulta curiosa la percepción que una humanidad entregada a las más ilusorias fantasías tiene de la realidad que le ha tocado vivir. Hoy por hoy, se airean para consumo mediático delirios futuristas como la posibilidad de poblar no ya Marte, sino cualquier exoplaneta perdido a millones de años luz en cualquier basurero galáctico, o quizá simplemente muladar, esto por lo orgánico, de contar con algún tipo de fauna alienígena amén de inteligente.

 

Respecto al hombre, la estupidez no conoce límite, ni terráqueo ni celeste, circunstancia que podría explicar la hipótesis un tanto peregrina de cualquier visionario de la plebécula oficial, científica o mediática, que sueña con una humanidad curiosa, viajera, ambulante o mediopensionista, husmeando en el gran paraíso cósmico, según acostumbra aquí abajo el hortera playero de chancla y sombrilla, para ejercer de turista en el primer chiringuito que encuentra a mano.

 

Modo y manera de realizar semejantes hazañas son un misterio, si bien no faltan quienes, ejerciendo de lo mismo, aunque con pedigrí de físicos teóricos, empíricos, o acaso de santeros al vudú, hablan de circular alegremente por agujeros negros, de gusano o algún otro más mundano de ratera, que cual cómodo sumidero, algo así como una antigua N- reconvertida en autopista sideral, permitiría a esta especie un tanto inmunda migrar, encontrarse, amigarse y acaso aparearse con cualquier otra que, sería de agradecer, resultase más aseada viniendo a mejorar la raza, ¡vaya!, quiero decir la especie sin distinción ni incorrección exclusiva.

 

Sin embargo, a las puertas de tan magnífico y tutelar porvenir, no deja de llamar la atención que esta humanidad nuestra, es de insistir, un poco sucia en lo material y más todavía en lo moral, pese a tanta invención y elucubración, igual que después de movilizar a lo largo de meses ingentes recursos, no haya sido capaz de proporcionar a la población, la especie, la raza o lo que se quiera, un humilde mecanismo, un artilugio, un truquillo, ¡oiga!, un no sé qué en forma de plástico, filtro o  telitoria viricida, capaz de poner coto a algo tan minúsculo, tan simple, tan asquerosamente minimalista como este bacilo terrestre, natural y ecológico que nos asedia, valiéndose de los hoy por desgracia famosos aerosoles; o miasmas tal cual.

 

¡Una lástima!, la verdad. Aun así, nos congratularemos de que al planeta rojo, ¡y cosas tiene el color!, lleguen prácticamente a diario misiones de baratillo y aparatillo, enviadas a no tardar hasta por la raza, ¡qué digo!, humanidad pigmea o bosquimana, ansiando mejorar, con criterio sin duda inclusivo, una en su caso, igual que en el de todos los demás, muy menguada talla y especie.

Comentarios Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.99

Todavía no hay comentarios

Quizás también te interese...

El Día de Zamora

Ir al contenido
Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.