Timoteo Hernández Mulas, obispo de Guadix, primer centenario de su fallecimiento

Nacido el 22 de agosto de 1856 en el municipio zamorano de Morales del Vino, Timoteo Hernández Mulas realizó sus primeros estudios en el Seminario de Zamora, doctorándose en Teología en la universidad de Salamanca, así como en Derecho Público Eclesiástico y Derecho Romano en la universidad de Madrid.
En el año de 1882 fue ordenado sacerdote, ejerciendo la docencia de las asignaturas de Latín y Humanidades en el Seminario. En 1884 pasó a ser beneficiado de la iglesia de Santo Tomás y, posteriormente, de la iglesia de San Marcos de Zamora.

En 1896 ganó la canonjía doctoral de Cuenca, lo que le ayudó a convertirse en fiscal eclesiástico. En 1897 asumió el cargo de provisor y vicario general y, tras el fallecimiento de González Conde, vicario capitular. 
Como curiosidad, podemos señalar que en el año de 1902 aprobó las solicitudes de incorporación a las procesiones del viernes santo de las Hermandades del Cristo de la Agonía, la del Cristo de la Luz y la del Cristo de la Salud de la ciudad de Cuenca.

El 19 de diciembre de 1907 fue nombrado obispo de Guadix, siendo consagrado en la catedral de Cuenca el 26 de abril de 1908 por el obispo Wenceslao Sangüesa. Entró en la diócesis accitana el 11 de mayo de ese mismo año, inaugurando un larguísimo episcopado que se prolongaría durante trece años.

Fue elegido senador por el arzobispado de Granada, cargo desde el que combatió, con el apoyo explícito del cabildo de Guadix, el proyecto de la llamada “Ley del Candado”, promovida por José Canalejas, presidente del gobierno y, cuya finalidad, era la de prohibir el establecimiento de nuevas órdenes religiosas sin la autorización previa del ministerio de Gracia y Justicia. 

El discurso que pronunció en la Cámara Alta en defensa de los religiosos regulares lo convirtió en uno de los más destacados opositores a la citada ley. De hecho, el mismo había favorecido en Cuenca el establecimiento de las Siervas de Jesús y en Guadix había hecho lo propio con la institución de San Vicente de Paúl y las Esclavas de la Divina Infantita. Hay que señalar que, a pesar de la oposición del clero español, este proyecto de ley solo fue abortado a raíz del asesinato de Canalejas.

Impulsó la construcción de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en el incipiente barrio de la estación del ferrocarril de Guadix, cuya primera piedra se colocó el 15 de agosto de 1913. Puso verdadero empeño en la edificación de las nuevas parroquias de Cuevas del Campo y Fonelas, cuyas obras empezaron en 1915 y 1919 respectivamente. Desgraciadamente, no pudo ver concluidos ninguno de estos templos a pesar de la poca duración de las obras de construcción de los mismos. 

Impulsó la restauración de la iglesia del extinto convento de los Padres Franciscanos Alcantarinos en cuyo interior se rendía culto a la imagen de la Virgen de las Angustias, una talla barroca obra de Torcuato Ruiz del Peral. El obispo Timoteo se encargó de estimular su devoción entre los accitanos, promoviendo su coronación canónica, cuyo proyecto materializó su sucesor, Ángel Marquina Corrales el 21 de septiembre de 1923.

Entre las acciones mas relevantes de su episcopado destaca la creación del Colegio del Niño Jesús para la instrucción y formación musical de los Seises (1913); la confección de un nuevo plan de estudios para el Seminario (1915); la elaboración de nuevas reglas para las conferencias morales del clero (1917). También aprobó los estatutos del cabildo (1919); potenció, aunque con escasos resultados, el Círculo de Obreros Católicos y mejoró la economía del obispado, la cual pasaba por un momento extremadamente delicado.

Falleció en Guadix el 18 de marzo de 1921. Su multitudinario funeral, del que dan testimonio las fotografías de la época, evidencian el sentimiento de gratitud y admiración de los diocesanos hacia su prelado.
En la casa en la que vivió durante su juventud, de la que sólo se conserva la fachada, cuelga una placa que el ayuntamiento de Morales del Vino colocó en señal de reconocimiento. Dicha fachada se ha hecho famosa recientemente por tener esculpida una mano con el pulgar hacia arriba, al ser identificada como uno de los primeros “me gusta” de la historia.   

Antonio Reyes Martínez.