NOCTURNOS
Conjugar el verbo amar
Por qué te preocupas ahora, si ya viviste más de la mitad de tu vida, si te quedan los años del sosiego, de la calma, de la jubilación sexual, del amor sin vicio, de los besos sin saliva. Preocuparse es vivir en el desasosiego antes de que te alcance el tiempo de la verdad.
Ocúpate cuando llegue la hora. Vive como si no hubiera un final. Ama como si esa mujer fuese el amor de tu vida, la dama más hermosa, más culta, elegante con la que conocerás el nirvana del hedonismo. Y no mires hacia atrás con ira. El pasado es el alimento de la memoria, que, además, a veces se le olvida.
Tampoco te atribules con imaginar el futuro, con profetizar. Vive como si fueras eterno, joven, bello, fuerte. Y no vuelvas a cometer errores, ni a traicionar a tus amigos, ni a engañar a la mujer que más te amó.
Somos tan canallas que despreciamos a las personas que mejor se portaron con nosotros, como si fuera obligación habernos escuchado, acompañado, ayudado, amado.
Ocúpate del momento. Carpe diem. Si te encanta esa mujer, porque, además de bella, es culta, intenta enamorarla; pero si considera que no eres su hombre, olvídala, y espera. Yo no busco, encuentro, como Picasso el arte. Aguarda. No tengas prisa. Que corra el tiempo. Yo me río de mí mismo, de mis fracasos y de mis éxitos, y me bebo las lágrimas cuando me acuerdo de ella, de la ucronía, de lo que pude amarla, de lo que me pudo amar. Pero no me preocupo.
Eugenio-Jesús de Ávila
Por qué te preocupas ahora, si ya viviste más de la mitad de tu vida, si te quedan los años del sosiego, de la calma, de la jubilación sexual, del amor sin vicio, de los besos sin saliva. Preocuparse es vivir en el desasosiego antes de que te alcance el tiempo de la verdad.
Ocúpate cuando llegue la hora. Vive como si no hubiera un final. Ama como si esa mujer fuese el amor de tu vida, la dama más hermosa, más culta, elegante con la que conocerás el nirvana del hedonismo. Y no mires hacia atrás con ira. El pasado es el alimento de la memoria, que, además, a veces se le olvida.
Tampoco te atribules con imaginar el futuro, con profetizar. Vive como si fueras eterno, joven, bello, fuerte. Y no vuelvas a cometer errores, ni a traicionar a tus amigos, ni a engañar a la mujer que más te amó.
Somos tan canallas que despreciamos a las personas que mejor se portaron con nosotros, como si fuera obligación habernos escuchado, acompañado, ayudado, amado.
Ocúpate del momento. Carpe diem. Si te encanta esa mujer, porque, además de bella, es culta, intenta enamorarla; pero si considera que no eres su hombre, olvídala, y espera. Yo no busco, encuentro, como Picasso el arte. Aguarda. No tengas prisa. Que corra el tiempo. Yo me río de mí mismo, de mis fracasos y de mis éxitos, y me bebo las lágrimas cuando me acuerdo de ella, de la ucronía, de lo que pude amarla, de lo que me pudo amar. Pero no me preocupo.
Eugenio-Jesús de Ávila



















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